Señoras, señores, me alegro, buenos días.
De esta suerte comienza sus programas el candidato Herrera, Carlos todos los días entre semana a las 6 de la mañana, repitiendo a las 7 y las 8 tal fórmula. El periodista ha confirmado hoy su candidatura a presidir la RFEF. El hecho de contar con un presidente de la Real Federación Española de Fútbol que madrugue más que cualquiera de nosotros, no en vano se levanta a las 4 de la mañana para comenzar puntualmente su programa a las 6, ya dice que es un tipo habituado a trabajar mucho, si bien últimamente ha reducido la duración de sus intervenciones en su programa hasta las 10 de la mañana. Sin entrar a valorar el contenido del mismo, pues no es la intención de este escrito, los índices de audiencia indican que Herrera, Carlos debe hacer realmente bien su trabajo, no en vano siempre ha ubicado sus espacios en los primeros puestos de dichas clasificaciones. Un tipo madrugador, trabajador y competente en lo que hace. Su nivel de competencia, que asumimos alto merced al éxito de sus programas, le hace estar extraordinariamente bien remunerado por su trabajo, por lo que su posición económica muy bien podría ser calificada de buena o de muy buena.
Por lo anteriormente expuesto, podríamos encontrarnos con que hay un potencial presidente de la Real Federación Española de Fútbol con una contrastada capacidad de trabajo y, no es cosa baladí, una economía estupendamente saneada, motivo este que parece darle menos motivos para, a diferencia de sus antecesores, intentar lucrarse de manera espuria en función de su cargo.
Que nadie piense que el candidato Herrera, Carlos sea perfecto para el cargo, pues tiene aspectos que, al menos personalmente, no me acaban de gustar, siendo el primero su filiación inequívocamente culé. Seguidor del Barcelona y del Betis desde siempre, no menos cierto es que ha ido renegando del primero a medida que el club se ha manifestado políticamente, pero no parece contar con un aura de imparcialidad ideal para la posición. Igualmente, el longevo Ángel María Villar había sido jugador del Athletic de Bilbao, por lo que no parece un defecto invalidante.
Que nadie piense que el candidato Herrera, Carlos sea perfecto para el cargo, pues tiene aspectos que, al menos personalmente, no me acaban de gustar, siendo el primero su filiación inequívocamente culé
La falta de experiencia en la gestión de una federación deportiva podría penalizar al candidato Herrera, Carlos a la hora de calificar su idoneidad, si bien no cabe duda que, tan bien relacionado como está en todos los estratos de la sociedad española, no le costaría contar con asesores de prístinas prestaciones técnicas. No me cabe duda de cierta tendencia a la eficiencia en los gastos merced a la manera en que se maneja el candidato a la hora de no pagar comidas o ágapes en los más eximios comederos, lo cual nos lleva a la cuestión de las habilidades sociales. Se intuyen en el perfil del candidato capacidades en cuanto a trato y afabilidad, así como se corrobora la existencia de ciertas amistades que, desde el punto de vista del madridismo, podrían calificarse de peculiares, empezando por el inefable Roberto Gómez, a cuyas opiniones en caso de convertirse el candidato en electo, deseamos impermeabilidad absoluta.
De manera accesoria quisiera glosar algunos aspectos de Herrera, Carlos que no tienen incidencia en el perfil de su candidatura, pero que dan muestras claras de hallarnos con una persona inteligente. En primer lugar, el sentido del humor, síntoma inequívoco de agudeza, es una seña de identidad del candidato, por mucho que sea especialmente sensible a los chistes escatológicos, debilidad esta que comparto sin ambages. Un segundo aspecto que denota una cabeza privilegiada es un conocimiento vastísimo en materia de música contemporánea hasta el punto de haber seguido alguna recomendación dada por la radio y haber quedado gratísimamente sorprendido. El último punto que me predispone a favor del candidato Herrera Carlos es su condición de sibarita, un verdadero bon vivant amante del buen comer y beber, y con el que sólo disiento en su tirria al producto lácteo como el queso o la nata, circunstancia esta que me resulta incomprensible. Ya lo dijo Osgood al final de con faldas y a lo loco: Candidato de ustedes, Herrera Carlos.
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