Campos de Casilla

Dejen todo lo que estén haciendo, queridos galernautas. Dejen incluso de leer este Portanálisis en este preciso momento y abracen eufóricos a quien tengan cerca. Ya, sin demora ni vergüenza. Salgan incluso a la calle y continúen dando abrazos plenos de felicidad a los viandantes, sudorosos o no, qué más da el calor y sus efectos cuando love is in the air porque Messi ha vuelto. ¡Messi ha vuelto, carajo! ¡Y cuatro días antes de lo que tenía previsto! Esto sí es amor, compromiso y todo lo bueno que se les ocurra, porque sepan ustedes -que ya lo saben de sobra- que el argentino nunca jamás de los jamases ha escatimado esfuerzo alguno con su (més que un) club para triunfar (bueno, o lo que sea) con su albiceleste; y cuando decimos nunca, queremos decir exactamente algunas veces, pero pocas, y ya no importan, ya están perdonadas, porque love is all around.

En lógica y festiva respuesta, andan "motivados" y "¡a tope!" en Sport Deportivo (o tanto monta Mundo Sport). No es necesario saber nada de psicología para caer en la cuenta de que sendos entrecomillados no se refieren en realidad a los jugadores del Barcelona, sino a los propios periodistas culés, a quienes se les enamora el alma con la llegada anticipada de Messi. De ahí tal vez que (tampoco hoy) hayan tenido tiempo ni ganas de buscar fotografías manifiestamente diferentes para sus portadas, aunque basta un vistazo algo atento para percibir casi una secuencia cinematográfica que comienza en Mundo Deportivo y que acaba en Sport. Si en la primera foto son Mascherano y Alves (incomprensiblemente sin gafas) quienes se lanzan en esforzada carrera mientras Messi y Neymar esperan detrás su turno, en la foto de Sport se cierra magistralmente el plano para que suba la música y destaque por fin el galope de los cracks, que es lo que realmente importa, lo épico y lo lírico que se dan la mano, más o menos (mucho menos) al igual que a Rossellini le importaba el rostro de Ingrid Bergman como perfecta expresión de todas las cosas. Qué belleza (la de la Bergman, queremos decir).

Es tan grande la ola de amor que ha ocasionado la vuelta de Messi, que sus efluvios alcanzan también a la Central Lechera, si bien los temas principales de sus portadas son más mesetarios. Si Marca hace una valoración de conjunto de la consistencia defensiva que está demostrando el Madrid de Benítez en sus primeros partidos de pretemporada, el diario As focaliza en el formidable papel que desempeñó ayer Kiko Casilla. Nos alegramos muchísimo por él, por el Madrid y por nosotros (tres formas de decir lo mismo), pero no podemos dejar pasar la oportunidad de solidarizarnos con Relaño y sus chicos. Sabemos que esconden una ausencia que, por pudor, no se atreven aún a explicitar. Hay una S que falta, una S final que Casilla, haga lo que haga, no podrá aportar; una S que, sobre todo, su apellido no dejará de casi pedir que sea pronunciada, pero ay, Relaño, no, ya no.

Es tal vez el dolor quien habla cada vez que -hoy también- el As no pierde la oportunidad de restarle méritos a la llamada BBC, y aún con mayor fruición si se puede hacer a expensas de ensalzar a algún jugador patrio y/o canterano, la quintaesencia del madridismo para Relaño; o mejor, la quintaesencia de su antiflorentinismo y, sobre todo, el súmmum del provincianismo periodístico español. Así pues, anoten en sus libretas para esta temporada algo que ya deben de tener anotado de la temporada anterior: "El Madrid mejor con Isco y Jesé que con la BBC". De Keylor Navas, en cambio, nadie dice nada, ni bueno ni malo, sino exactamente nada. Pero desde La Galerna estamos en disposición de asegurar que sigue en el Madrid, que está jugando bien y hasta muy bien, y que sigue siendo nacido en Costa Rica y no en Campos de Castilla, donde

"Abunda el hombre malo del campo y de la aldea,
capaz de insanos vicios y crímenes bestiales,
que bajo el pardo sayo esconde un alma fea,
esclava de los siete pecados capitales."