Cuenta ese maravilloso narrador que es Stefan Zweig cómo cayó el Imperio de Romano de Occidente allá por el siglo XV, en asfixiante asedio del sultán otomano Mehmed II y sus huestes. Resistió heroica la ciudad, sin dejarse amedrentar por la mejor artillería hasta entonces conocida, esperando inocentemente la aparición en auxilio de algún reino cristiano. Con la extraordinaria capacidad que tiene Zweig para penetrar en los cerebros de la historia, el austriaco achaca esta resistencia numantina precisamente a la mentalidad, una oposición estoica que traspasaría la leyenda, una fortaleza mítica. Sin embargo, se produjo un descuido absurdo, alguien se olvidó de una pequeña puerta trasera abierta, y al penetrar los turcos por ella se derrumbó esa mentalidad férrea que les hizo soñar. Se dejó de creer en la ayuda del Papa, en el socorro de las distintas coronas cristianas. Bizancio cayó. Y Zweig cree que lo que le hizo caer fue precisamente ese cambio de fe en la victoria.
Basta, seamos sinceros. Este no va a ser un Madrid de individualidades excelsas, ni de exhibiciones ofensivas memorables. No hay nivel para eso, cuanto antes lo asumamos, antes dormiremos
Algo de esta fragilidad hay también en el derrumbe del Madrid. Basta, seamos sinceros. Este no va a ser un Madrid de individualidades excelsas, ni de exhibiciones ofensivas memorables. No hay nivel para eso, cuanto antes lo asumamos, antes dormiremos. Ahora bien, lo que sí hay es un grupo de chavales que el año pasado eran la primera Constantinopla, un equipo compacto de mentalidad férrea, que confiaba en que apareciese alguien, quizá Benzema con un taconazo sublime, quizá Ramos con un testarazo a la antigua. Y aparecían. Y entonces Bizancio resistía, y nada podía hacerla caer. Sin embargo, este año ese mismo grupo de chavales pierde la razón frente a cualquier pórtico abierto, incapaz de sortear hasta el más mínimo obstáculo que se interponga entre ellos y la victoria. Nadie, empezando por usted, que ahora lee estas líneas, y terminando por el equipo cree que se pueda remontar, encajar, rebatir.
En Sevilla se ha visto algo de aquel Madrid del año pasado que resistía cualquier envite como la primera Constantinopla
En Sevilla se ha visto algo de aquel Madrid del año pasado que resistía cualquier envite como la primera Constantinopla. Resistió sin alardes, no le sobra nada, va con la fuerza justa. Pero recibió el francés de espaldas, y con un pase de seda dejó vía libre para que Mendy encarase la portería hispalense. Centró bien, pero el balón rozó en la puntera de un defensa y pareció marcharse largo. Cualquier otro jugador hubiera hecho un esfuerzo estéril para llegar a esa pelota, hubiera contorsionado los rasgos faciales como si el ahínco fuese arduo, hubiera estirado la pierna sin fe… y a otra cosa. Pero a Vinicius, que le falta tanta comprensión en el juego, no le falta precisamente eso último, fe. Metió la bota lo justo para desequilibrar el orden natural, y el Madrid cantó gol. Todo lo que vino después es un homenaje a ese Madrid del año pasado, que no puede ni osar mirarse en el mourinhista Madrid de los récords o en el del reciente triunvirato europeo, pero que confiado y firme sí puede intentar que no caiga el último bastión de Oriente. Confiemos.
Fotografías Getty Images.
Bueno, esta bien que nos demos cuenta de nuestras limitaciones. Creer que somos los mejores porque sí, algo muy común entre una parte del madridismo, conduce a la frustración y más tarde al conformismo. Precisamente esas limitaciones de las que habla el artículo son las que me hacen defender a Zidane. No digo que el técnico no se equivoque en momentos puntuales, igual que todos, lo que digo es que tiene un mérito tremendo lo que esta haciendo. No ha sido un partido brillante. Para jugar bien, necesitamos recuperar a los titulares en su mejor versión y tener mucha más confianza. La confianza es fundamental. Te permite intentar cosas que sin ella no harías, te hacen más osado y menos funcionarial. Hoy se ha dado un primer paso.
Creo que te equivocas, la mayoría de los madridistas somos conscientes de las limitaciones del equipo, pero eso es una cosa y otra muy distinta que montemos una pira para quemar a todo el mundo desde el presidente a los utilleros. Con limitaciones o sin ellas son los nuestros y mientras estén en el club lo que hay que hacer es estar con ellos en las duras y las maduras porque lo contrario no sirve para nada y no ayuda. Y es impresentable que algunos que se dicen madridistas estén deseando que todo sea un desastre porque piensan que así se arrreglara todo, cuando los desastres no han arreglado nunca nada, son simplemente eso, desastres.
Yo no soy de los que esta en ese grupo de quemarlo todo. De hecho lo comenté el otro día. Ni soy de los que lo ven todo muy bien y que no pasa nada por caer 3 años seguidos en octavos, ni de los que no les vale nada. Primero porque me encanta Zidane. Segundo porque me parece que hay mimbres muy interesantes para hacer un buen equipo: Vinicius, Odegaard, Mendy, Courtois, Lunin, Valverde, Reguilón, Ceballos, Brahim, Rodrygo... Lo que pasa es que sin fichar tres o cuatro titulares de primer nivel, especialmente arriba, creo que no podremos competir como lo veníamos haciendo cuando teníamos al mejor Ronaldo, Bale, Kroos, Ramos, Marcelo, etc... ¿Este actual es el Madrid que yo quiero?. No. Pero es el que tenemos y hay que apoyarlo por supuesto. Pero apoyarlo no quiere decir que no vea sus defectos.
la realidad es la que es y el club no la va a cambiar. No hay dinero para fichajes (el unico fichaje se llama Nuevo SAntiago Bernabeu ) ni se sabe cuando lo habra. El club, en una de las pocas cosas que apoyo a Florentino, ha tomado una decision correcta para mi y lo que significa el Real Madrid y sus valores. No se pueden incumplir contratos con jugadores para conseguir 200 millones para fichar. Si no hay dinero tienes que tirar con lo que tienes, que tampoco es poco, aunque claramente no es lo mejor. Pero la historia del Madrid es la de la epica, la lucha, la solidaridad en el campo y eso debe hacer al equipo luchar por la Liga, la Copa , la Supercopa y llegar hasta los cuartos en Champions. Todos conocemos la historia y estando en cuartos, con dos partidos buenos , uno regular y otro malo hasta se puede alzar la orejona porque si el Madrid llega a la final las fuerzas se igualan sea contra quien sea. PD: yo si creo en Zidane, en los jugadores y sobre todo en el escudo.
No hemos tenido suerte con Hazard, mejor jugador de la liga inglesa y segundo del último mundial, y nuestros cracks nuevos del centro del campo no acaban de arrancar, Valverde y Odegaard.
Pero, ahí estamos, quizás el lunes que viene peleando por todo, intactas las ilusiones.
Hoy como hemos ganado, toca la cara bizantina de la moneda. Si hubiéramos perdido tocaría la cruz de Shame.
Alegrarse y llorar es una cosa, subirse y bajarse del carro, otra. En cualquier caso, la bipolaridad invalida para el análisis.
Todo muy bien pero me parece que el imperio romano occidental cayó en el siglo V y su capital era Rávena cuando aquello, stefanito antes de suicidarse y too eso escribió sobre la caída del otro imperio, el oriental.
pero bue... este es el nivel que se le va a hacer