Cuando a mitad de enero hablábamos en La Galerna del sorprendente y meritorio desempeño del Real Madrid femenino en su vuelta a la competición frente al Barcelona tras un mes de parón, lo hicimos con un ojo puesto en las jornadas de liga que estaban por llegar. Es ahí, y en la consecución de una plaza de Liga de Campeones a final de curso, donde radica la razón de ser del equipo blanco. Desde entonces, las de Alberto Toril han jugado dos partidos y han ganado ambos, permitiendo que su lento ascenso en la tabla siga adelante.
en la consecución de una plaza de Liga de Campeones a final de curso es donde radica la razón de ser del equipo blanco
Aunque la distancia con el tercer clasificado aún es importante, la plantilla empieza a transmitir la sensación de ser un mecanismo engrasado. Atrás quedaron las pesadillas del comienzo de curso, con una enfermería sin camas libres y piernas cansadas sobre el campo. Incluso el brote de covid que afectó al grueso del grupo parece cosa del pasado. El fútbol y la competición vuelven a ser protagonistas. Al nuevo técnico madridista se le pedía que el equipo diese un pase adelante en cuanto a fiabilidad y competitividad para desterrar la fragilidad que tan bien han sabido explotar los rivales, y así ha sido.
Frente al Sevilla FC en Valdebebas, el Madrid supo sobreponerse inmediatamente a un gol inicial de las visitantes para darle la vuelta al marcador en diez minutos. En ese tipo de escenarios cada equipo demuestra de qué está hecho, si su dinámica es ascendente o descendente, y si el 1-0 es una simple piedra en el camino o un Everest en temporada de invierno. La jugada del empate, iniciada en el saque de centro posterior al golpe, confirmó la confianza de unas jugadoras que se lanzaron a por la igualada y llegaron con éxito a la portería rival en pocos segundos.
A falta de delanteras de área en aquel once inicial, fueron Maite Oroz y Claudia Zornoza —junto con Athenea del Castillo— quienes se encargaron de la tarea goleadora. La madrileña, incombustible durante toda la campaña, volvió a firmar uno de sus goles de larga distancia para dejar su sello personal antes de cumplir ciclo de amonestaciones. El listado de buenas noticias lo completó Sofie Svava con su debut, tan solo días después de aterrizar en Madrid para sustituir a Marta Corredera, de baja por maternidad.
Frente al Sevilla FC en Valdebebas, el Madrid supo sobreponerse inmediatamente a un gol inicial de las visitantes para darle la vuelta al marcador en diez minutos
Si bien podría argumentarse que un Sevilla en racha no deja de ser rival de media tabla, el margen para mantener en pie cualquier interrogante sobre el estado del Madrid tenía los días contados. En concreto, hasta la jornada intersemanal disputada este miércoles. La Real Sociedad aguardaba en Zubieta, que es sinónimo de duelo ante el segundo mejor equipo de lo que va de campeonato, en lo que estaba llamado a ser el gran partido del día.
Habiendo ganado en el encuentro de ida ante las blancas y siguiendo la estela del Barça con 15 victorias en 19 partidos, la Real tenía la oportunidad de poner tierra de por medio ante uno de sus perseguidores directos. Sin embargo, Esther González se encargó de cambiar el guion lógico del partido con un doblete de los que hacen daño. Su primer tanto llegó apenas tres minutos después de comenzar a rodar el balón —calcando letra por letra la definición de gol psicológico— para noquear a las donostiarras. Y a la vuelta del descanso, visto el efecto creado, optó por repetir la estrategia para doblar la ventaja blanca cuando una vez más transcurrían 180 segundos desde la reanudación.
Aunque el Real Madrid saltó al campo sin Zornoza, el centro del campo conformado por Oroz, Aurélie Kaci y Teresa Abelleira supo administrar la ventaja y controlar un partido más complejo de lo que el marcador indicaba. Muestra de ello fue el tramo final del choque, cuando ni el 0-3 anotado por Kosovare Asllani desmoralizó a las locales. Guiadas por Amaiur Sarriegi, la Real continuó insistiendo, recortó distancias e hizo trabajar a la defensa madridista hasta el pitido final.
de asegurar las tres próximas victorias en liga, la temporada del Madrid habrá empezado entonces a parecerse a todo lo que se esperaba en verano
Para entonces el Real Madrid seguía en pie, fatigado pero con los tres puntos en el bolsillo. Y, aunque la Champions sigue a nueve puntos de distancia, las blancas cuentan con las balas en la recámara de sus partidos aplazados —incluyendo un derbi ante el Atlético de Madrid— para dibujar una hoja de ruta optimista. Betis, Eibar y Athletic Club, con un largo parón de selecciones de por medio, serán los rivales ligueros antes de afrontar la maratón de choques con el Barcelona en marzo. Pero aquel es un horizonte aún lejano; de asegurar las tres próximas victorias en liga, la temporada del Madrid habrá empezado entonces a parecerse a todo lo que se esperaba en verano.
Fotografías @realmadridfem
Siendo la mejor plantilla tras la del líder sigue tenido un déficit físico en el centro de la defensa y el centro del campo.También se hecha de menos más jugadoras en el centro del campo pues sólo se dispone de cuatro , con el peligro en caso de sanciones o lesiones.
Buenas tardes, me gusta el Sr. Alcala -Zamora, como comentarista del fútbol femenino blanco y hasta hoy no he hecho nada mas que ponderar y aplaudir sus crónicas, y digo hasta hoy, no porque no este de acuerdo con lo que dice, que es cierto en un 90%, sino porque estoy en desacuerdo con lo que calla, son evidentes los brotes verdes, pero en ellos algo habrá tenido que ver el nuevo entrenador Sr. Toril, el cual tiene una inmaculada estadística, ha ganado todos los partidos excepto el jugado contra LA Orga, esperemos que se trate de un simple olvido o error
Saludos blancos y femeninos
Alcalá-Zamora no es perfecto escribiendo, pero casi.
El Real Madrid femenino, es mejorable. Por supuesto. Como el equipo de Ancelotti, como los de Raúl y como los de Pablo Laso.
¡ A por el Betis !
Toril creó un Castilla maravilloso, un equipado que daba gusto ver jugar. Con el Femenino está en un muy buen camino. Un grandísimo entrenador.
Equipazo*