El Real Madrid se prepara para una competición sin precedentes. Once partidos que se disputarán durante cinco semanas, lo cual implicará un estrés competitivo muy importante, que se verá incrementado por las altas temperaturas y lo mucho que hay en juego. El Real Madrid cuenta con una ventaja sobre su máximo rival que se sedimenta en la profundidad de su plantilla y la costumbre de Zidane de utilizarla casi en su totalidad. El francés trazará diferentes dibujos tácticos entre los que el 4-3-3 estará muy presente, pero lo cierto es que la banda derecha del ataque no tiene un dueño claro.
Brahim Díaz llegó al Real Madrid hace algo más de un año tras negarse a renovar por el Manchester City de Guardiola. Pese a la insistencia de Pep, Brahim se mantuvo firme en su idea de llegar a Madrid pese a que nadie le garantizaba un puesto. Desde ese momento, Brahim apenas ha contado con un puñado de oportunidades; sin embargo, el malagueño tiene la extraña cualidad de no haber jugado nunca mal con la camiseta blanca. Resulta muy complicado entrar desde el banquillo, algunas veces con marcador adverso, y dejar detalles de calidad. En el caso de Brahim, si repasan sus partidos, es habitual entrar y dejar detalles esperanzadores.
Brahim es uno de esos escasos jugadores claramente ambidiestros. La conducción con ambas piernas le permite poder partir desde cualquier lado y, lo que es más importante, poder salir por cualquier lado. Es un jugador sumamente habilidoso que aporta desequilibrio desde el regate o la pared corta. Además Brahim tiene mucha personalidad en su juego y por ello no es un problema para él entrar con el partido ya empezado. Como declarara Zidane al final de la temporada anterior, “a Brahim le gusta jugar al fútbol”. Zidane no suele regalar elogios individuales, no me nieguen que parecía toda una beatificación.
Confieso que me cuesta entender su escasa participación esta temporada. Resulta claro que la competencia es feroz, pero como decía al principio de este artículo, la banda derecha ofrece minutos al jugador que destaque: Bale lleva dos temporadas ofreciendo números muy pobres y sus molestias físicas apenas le dan continuidad; Asensio vuelve ahora tras una larguísima lesión y es probable que tarde en encontrar el ritmo o que deba partir desde posiciones más interiores; Lucas es un jugador más apreciado por los técnicos que por el gran público, pero que indudablemente rinde peor que hace dos temporadas y Rodrygo, que ha dejado ya bastantes muestras de su talento, no deja de ser un niño de 18 años en sus primeros meses en Europa. En estas once finales, en las que todos serán necesarios, Brahim puede tener un papel importante. Su descaro y calidad piden minutos.
Fotografías Getty Images.
Carvajal necesitará descansos , eso si no sufre percance. Lo de Nacho deja interrogantes.Militao tendrá que irse probando en su puesto fetén para el día D y no probar la fruta que le sienta mal. Lucas no parece el más adecuado. Así que si llega un partido importante y Nacho no se ha recuperado, me parece que Ramos tendrá que escorarse y hacer de Carvajal, dejando el centro de la defensa a Varane y Militao. O buscar un remiendo para que los centrales titulares sean los últimos antes que el balón de banda una vez más llegue a zonas donde suele estar vendido el portero.
Aquí puede ser donde Brahim tenga que bailar con la más fea. Cuestión es de probar.
Ojalá sea una solución como apuntas. A mí es un jugador que me gusta, también es cierto que lo he visto poco porque Zidane apenas le ha dado oportunidades, pero como ya comenté me recuerda un poco a Messi en la conducción del balón, en ciertas habilidades, por supuesto salvando las distancias.
Cuando hablamos de soluciones es porque hay problemas. Teniendo en cuenta que el Real Madrid cuenta con jugadores, como Bale, o como Rodrygo, o como Lucas Vázquez, o como Vinicius, que pueden jugar por la derecha yo hubiera titulado el artículo: Brahim, otra opción para la derecha.