Aunque quizá no haya visto tantos tiros, y pocas veces tanta superioridad, Varane y Nacho tuvieron quizá la peor noche que les recuerdo, y eso bastó para poder disfrutar con un gol tan bonito como el de Romarinho, e incluso tener unos momentos la sensación de que el 2-0 podría cumplir lo inverosímil. El equipo emiratí se portó espléndidamente en todo caso, y seguro que no he visto nunca a un portero lesionarse tan solo por tener que intervenir demasiadas veces, saltando allí como un tigre y allá como un canguro pero siempre a tiempo.
Otro derechazo impecable de Ronaldo, esta vez desde el ángulo menos frecuente, y también otra lección de madurez por su parte, porque cada vez se ofusca menos con chutarlo todo, y levanta más la cabeza en busca de compañeros. Si la progresión continúa, quizá añada a su palmarés de goleador el de crack más longevo, que equilibra una velocidad menguante con sabiduría futbolística y tesón de gimnasta. Eso está a su alcance, y sería el mejor premio de los imaginables.
¿Y qué decir de Bale? La varita mágica que lleva años haciéndole sencillamente decisivo en muchas finales se ha trocado no pocas veces en conjuro maligno, sometiéndole a la humillación del atleta roto. Sin embargo, hoy volvió a ganar el partido, y estuvo a punto de meter una semi chilena que le habría encumbrado más aún. En Fuenlabrada consiguió la misma proeza de convertir el primer balón tocado en gol o asistencia, y es de esperar que esos golpes de fortuna suturen el orgullo herido, devolviéndole la confianza. No olvidemos que pocos cracks –si alguno- han sido más discretos ante rachas de infortunio. Ayudado o no por un carácter quizá tímido, su exhibición de estoicismo bien podría valerle para escalar otra vez los peldaños de la gloria.
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Bravo, maestro.
Siempre el mejor análisis
Buen punto de vista para la recuperación anímica de bale
Don Antonio, sus análisis son cátedra madridista.
Saludos desde la Ciudad Condal.
Es cierto que ayer los dos centrales (los únicos jugadores del Real Madrid con la orden de defender) estuvieron horribles. Pero no es menos cierto que en la jugada en la que un corner a favor del Real Madrid acabó en un gol en fuera de juego (por un pelo) de los árabes no eran ellos, sino Kovacic y Achraf, los que estaban defendiendo. Y fallaron también.
Creo sinceramente que el equipo de Dubai no era tan poquita cosa como se quiere hacer creer, al menos en sus tres hombres de arriba.