Biportadismo

Sí, sabemos perfectamente que hay motivos, ya no para la alegría, pero sí para cierta sonrisa socarrona ante la eliminación copera del Atleti. Sin embargo, debemos decir que hay razones para que esa sonrisa se nos convierta en mueca, no ya tan solo porque nuestra Copa se apuró casi antes de haberla comenzado a degustar (¿ha aparecido ya el documento de notificación de la sanción a Cheryshev?), sino porque hoy tenemos que dejar constancia de dos hechos realmente graves, uno de ellos de cariz incluso patológico. Cero bromas, por favor.

Sí, el Atleti ha perdido en su estadio contra un brillante Celta de Vigo, que ha sido capaz de marcarle tres goles al equipo de Diego Pablo "liga peligrosamente preparada" Simeone. Notable mérito el del equipo de Berizzo, sin duda. Pero a nosotros no nos engañan estos laureles. Miren que el Celta nos caía bien, y hasta muy bien con su Rianxeira cantada a coro, su azul celeste tan limpio como agradable a la vista y su césped siempre pulcro y bien regado por la humedad de la bella e industriosa ciudad gallega.

Pero una cosa es una cosa y otra bien distinta es que el Celta se haya permitido la osadía de rechazar la generosa oferta del Barcelona por Nolito. Qué se han creído. Cómo se atreven a mostrarse displicentes con el més que un club. Tendrían que estar agradecidos de que el equipo de los valors universales, cósmicos, teológicos y fundantes de la civilización se haya fijado en uno de sus jugadores para incorporarlo a sus filas. Es cierto que, al parecer, querían ficharlo sin ficharlo, es decir, sin contraprestación alguna para el club de origen, pero qué más da eso, queridos galernautas. ¿No es suficiente regalo que el Barcelona llame a tu puerta? Qué indigno es no abrírsela, qué poca clase. Y más cuando el Barcelona, siguiendo su virtuoso libro de estilo, ni siquiera le pedía al Celta dinero alguno por hacerle el favor de promocionar a Nolito en un club con mayores aspiraciones y sobresalientes maneras versallescas.

En Vigo han rehusado ser tocados por la gracia, y eso nos entristece y, como decíamos, nos congela un poco la sonrisa ante su victoria contra el Atleti en Copa, esa competición peligrosamente preparada para que la gane el Mirandés mientras Fernando Torres ve los partidos desde la grada. Como todo el mundo sabe, los símbolos son solo jugadores de fútbol cuando no juegan en el Madrid.

Sin embargo, el motivo recién esgrimido pasa a un segundo plano ante el caso que pasamos a relatar. Seamos cautos en esta ocasión, ya que nuestra formación en asuntos humanísticos tal vez se quede algo corta para tratar circunstancias tan delicadas como las que nos presenta hoy la bicefalia de Mundo Deportivo.

Stevenson estaría orgulloso de comprobar hasta qué punto su Jekyll y Hyde ha impregnado la cultura popular. Si el bipartidismo parece declinar en España, nace en Cataluña el fenómeno del biportadismo, siempre a la vanguardia. Lo que en Barcelona es una notable reacción gracias a un desbordante Neymar, se convierte en un sonoro "¡qué rabia!" en la edición vizcaína del mismo medio; y, sobre todo, lo que en Bilbao es insuficiente "para superar a los culés y al ARBITRAJE", en Barcelona es un sonido de grillos ensordecedor, un "nada por aquí, nada por allá", un "pío, pío, que yo no he sido", un "aquí huele a muerto, pues yo no he sido". Ciertamente, sabíamos que eso de la objetividad del periodismo ya era cosa problemática y en desuso, pero no queríamos pensar que los límites entre la información y la propaganda fueran tan difusos como para cocinar las noticias sin sonrojo según supuestos gustos territoriales. Suponemos que si el árbitro perjudicó al Athletic (por ejemplo, no expulsando a Luis Suárez), tal cosa será noticia en Barcelona, en Bilbao, en Tordesillas y en el estado de Michoacán, pero tal vez seamos nosotros los locos y no los de Mundo Deportivo, hábiles acomodadores de las exigencias del mercado. ¿El periodismo? Bah.

En todo caso, y a la espera de que se pronuncie el colegio oficial de psiquiatras, quedémonos con la simpar noticia (bueno, con par) de que Mundo Deportivo reconoce el trato de favor al Barcelona en su partido copero de ayer. Sí, lo reconoce en Bilbao y no en Barcelona, pero lo reconoce. Algo es algo, queridos galernautas. Aunque, bien pensado, tal vez este sea el tipo de cosas que se dicen por lo bajini y que se negarían frente a un juez. Dios nos libre de ser jueces de nadie, pero aquí vemos realmente difícil conseguir un abogado tan solvente como para no apelar a ciertos servicios clínicos como estrategia de defensa.

¿Algún médico en la sala? A ser posible que ejerza en Barcelona o alrededores, por favor. Absténganse los colegiados en Vizcaya, que nos joden la coartada.