Bienvenidas y condenas

En el frontispicio de la Academia de Platón se reservaba el derecho de admisión de un modo ya mítico con la siguiente frase: "No entre aquí quien no sepa geometría". En tiempos muchos más recientes -y ya entrando en contexto- se ha convertido en emblema el "This is Anfield" que adorna la salida de los vestuarios del estadio del Liverpool. Ahora mismo, es decir, ayer, fue presentado Mateo Kovacic como nuevo jugador del Real Madrid, y el jugador croata se atrevió a dejar una obviedad para la historia, porque las enseñanzas más complejas se esconden en las frases más aparentemente simples. "Nadie es el nuevo Modric", ha dicho cual oráculo, y hay que reconocer que sabe Mateo ganarse al madridismo incluso antes de comenzar a ganárselo con su juego. Pero ojalá fuera todo luz esta mañana. Ojalá no tuviéramos que recordar también esa otra sentencia con la que el infierno de Dante nos hace temblar y temer hoy por Pedro: "Oh, vosotros los que entráis, abandonad toda esperanza".

Lamentamos que Marca no haya sabido ver el calado de la máxima citada y que, en consecuencia, no figure como titular destacado en su portada de hoy. Estamos seguros de que el madridismo hubiera agradecido un mayor protagonismo de tan humilde, incontestable y elogiosa sentencia. La repetimos: "Nadie es el nuevo Modric", queridos galernautas, y vaya si lo sabemos en esta casa, donde es devoción lo que se tiene por ese pequeño croata, el beatle rubio. Con esta frase, Mateo no solo se desmarca de comparaciones que podrían lastrar su juego, sino también da un aviso a quienes -sobre todo en la prensa- viven haciendo analogías y casi siempre imprecisas homologaciones, motivadas sobre todo por el desconocimiento de las singularidades del nuevo elemento a asimilar. No. Mateo es Mateo y Luka es Luka. Y sabe Mateo que Luka es un jugador superlativo en el que él se mira para crecer y algún día merecer que algún futbolista futuro diga "nadie es el nuevo Kovacic". Ojalá así sea y ojalá nosotros lo veamos.

Pero Marca no le da la importancia que la frase de Mateo merece, y prefiere centrarse en el ir y venir de jugadores en la plantilla blanca, dando la bienvenida a Kovacic y despidiendo a Marco Asensio, joven perla que, al parecer, irá cedida al Espanyol con el noble fin de buscar minutos y obtener galones en el fútbol de primera español. Esperamos que el adiós que expresa Marca sea en realidad un hasta luego, y que pronto pueda Asensio volver al Bernabéu. Paralelamente, también deseamos que el juego de hola y adiós que plantea la portada del Diario de la Hernia no esconda la sutil intención de afear al Madrid la contratación de un croata a cambio de la cesión de un español. Disculpen ustedes si somos demasiado suspicaces, pero a fuerza de curarse de espantos se va forjando esta sección. Otra de esas curas podría estar en un pequeño recuadro que Marca utiliza para hablar del inminente fichaje de Pedro por el Chelsea: "Al rescate de Mourinho", dice Marca, y nosotros ya no sabemos si reírnos, reírnos aún más, o ya de rodillas pedir al Altísimo por la salvación del jugador canario.

Sí, amics, Pedro se va al Chelsea. Eso sí que es un adiós en toda regla y no el de Marco Asensio, que se queda en lugar seguro, donde solo males mundanos le pueden rozar. El alma de Pedro, en cambio, ya está perdida, y acaso ni el Padre Suances pueda ya salvarla, porque Pedro se va con Mourinho, y la gente de bien sabe que Lucifer hace de las suyas allá donde esté el de Setúbal. ¿Qué fue de ese esforzado tinerfeño que despuntó, pleno de pundonor, en el equipo de los sueños y al que, en lógica exigida, La Roja supo acoger en su seno? Se fue con Mourinho, diremos dentro de un tiempo con la cabeza mirando al suelo, inconsolables, incapaces de entender la deriva autodestructiva del antaño vivaracho Pedro, nuestro querido Pedrito, todo amor. ¿Pero no se iba con Van Gaal? Se ve que no. Se ve que el poder del lado oscuro es grande, y no sabemos si Pedro sabe quién es Dorian Gray, pero sí sabemos que pronto comenzará a experimentar en carne propia las vivencias extremas del terrible personaje de Wilde. Recemos por Pedro en esta hora aciaga, tal y como rezamos en su momento por Cesc Fábregas y por todo aquel alma impoluta y cándida que osa descender a los infiernos por obra y (des)gracia de Mourinho, el maligno.

Pero terminemos hoy descansando, salgamos de la casa de los horrores echándole un ojo a la portada de As. Al igual que Marca, el Diario de la Ouija se centra en la presentación de Kovacic como noticia destacada del día, y lo hace -cosa muy rara, auténtico fenómeno paranormal- aliviando una posible duda que late en el madridismo desde que se anunció el fichaje del croata. Define As a Mateo como un escudero de Modric, además de recoger unas nuevas declaraciones donde el propio jugador dice encontrarse cómodo en la posición de mediocentro defensivo. Estupendo. Caben esta temporada mayores combinaciones en el centro del campo del Madrid, y así cabe también mayor posibilidad de descanso para los jugadores, una de las razones -e incluso una de las principales- que explica la ausencia de títulos la temporada pasada. Eso sí, para ello Benítez tendrá que hacer eso que llaman rotaciones: eso que la prensa demanda como sana e inteligente estrategia para luego criticar que el entrenador deje en el banquillo a tal o cual jugador que haya sido declarado titular incontestable por la misma prensa. Otro mal truco, ya saben.