Acababa de ver una comedia romántica, de esas que han existido siempre, una que seguramente ya había visto, pero con otros actores y otras actrices. Me quedé con los ojos fijos en la pantalla viendo pasar los créditos mientras me decía con toda certeza que ya no había amores como los de antes. No, definitivamente nunca volveré a enamorarme como hice en su día de Sharon Stone o Mónica Bellucci. Este pensamiento me dejó desolado… A la mañana siguiente puse la radio camino al trabajo y me topé de bruces con que mi otro gran amor, el fútbol, tampoco volvería a ser el mismo. Eso decían con voz desgarrada y agraviada los periodistas y contertulios que intervenían. El fútbol de siempre ha muerto. La codicia lo ha matado, insistían.
Recapitulé entonces, como si de un repaso a mis actrices más admiradas se tratase, y sólo encontré una nueva pregunta. ¿A qué fútbol de siempre se referían? Recordé el fútbol de barro en el norte y hierba seca en el sur. Ese que jugaban tipos de 20 años con bigote y aspecto de guardiaciviles de 50. No, a ese fútbol no se podían referir. Ese fútbol murió cuando la llegada de la televisión inundó de millones y de cámaras los estadios. Se censuraba la picardía bajo lentes de gran aumento y cámaras en el ángulo contrario. Llegaron futbolistas millonarios con aspecto de actores de cine, coches caros y gomina en el vestuario. Los campos de segunda y tercera se vaciaron a la llamada de buen fútbol desde el salón de casa.
Debe de ser ese el fútbol que ha muerto ahora pensé, pero no podía ser. Ese fútbol también murió cuando la UEFA, ansiosa por agrandar ese pastel televisivo modificó la Copa de Europa. Una competición reservada sólo a los campeones de cada país. La UEFA, que por lo visto estos días sólo ha luchado por la solidaridad mundial, decidió crear una competición en la que siempre estuviesen todos los grandes para incrementar sus ingresos por temporada. Desapareció la Recopa de Europa y la UEFA quedó relegada a una competición de nivel muy inferior.
Escucho que las ligas nacionales morirán porque no podrán coexistir presupuestos tan dispares. ¿Pero eso no ocurría ya? Hay equipos con un presupuesto 25 veces mayor que otros. Las diferencias se hicieron gigantes tras la reforma de la Champions. No hizo falta una Superliga pero, en ese momento, UEFA no tuvo inconvenientes. Puede que llevarse la mayor parte del pastel cambiase el punto de vista.
Podría seguir hablando de ventanas FIFA, calendario, usar jugadores que pagan los clubes para montar tus espectáculos particulares… Pero en el fondo no creo que sea tan importante. La verdad es que muchas cosas han cambiado en mis 43 años, muchísimas. El fútbol también. Sin embargo, seguiré viéndolo y me seguirá conmoviendo, aunque sepa que ya no es como antes, aunque sepa que ya muchas cosas no lo son. Lo seguiré viendo como sigo acercándome al cine, aunque sepa que no habrá otra Bellucci ni otra Stone.
Fotografías: Imago.
Más claro, imposible. Y en un folio, que decía Umbral. Bravo!
Otra joyita.
Yo hay veces que alucino. Si es que es todo muy fácil, 12 empresas privadas deciden hacer una competición entre ellas, al que no le guste que no la vea y a los que nos gusta la veremos encantados. Punto y final, se acabó eso de financiar al resto de equipuchos dándoles un dinero que no generan, y por parte del Madrid, espero que se acabe eso de ayudar a los otros clubs yendo a jugar partiditos para que recauden dinero a costa nuestra
Nos insultan constantemente cuando jugamos contra ellos y si nos vamos (que tampoco es el caso porque el Madrid no se va de la Liga) entonces nos insultan aún más. ¡¡Qué grande es el Madrid!! Es aún más grande que lo ya grande que todos imaginábamos (solo con ver las respuestas en los medios te das cuenta de ello).
Muy buen artículo y breve, que eso siempre son puntos a favor.
Este artículo ,bien escrito como está, no tiene mas mérito que el de abordar el quid de la cuestión e ir al grano. Es un texto breve ,conciso y claro. Se agradece, aunque no exageradamente. Está escrito con honestidad y sentido común. Tan "solo".