Bellinghman, Correa y el Guadiana

Buenos días, amigos. Tenemos que reconocer que el hombre del momento es Jude Victor William Bellingham, todocampista recién fichado por el Real Madrid, como siempre por una cantidad indecente de dinero. Se intuía que era buen jugador (y tal) cuando jugaba en el Dortmund y se le comparaba con un tal Zidane por su capacidad para conectar con el juego de ataque con una aparente sencillez solo a la altura de unos pocos. Sin embargo, parece estar revelándose el inglés como un mero llegador, como un goleador de segunda línea, como un Raúl del siglo XXI que no influye tanto en la fluidez del juego merengue como en el resultado final de los partidos, casi siempre impostor si no es traducción numérica del buen juego, de suyo imponderable y patrimonio exclusivo de los equipos que diga el Lobo Carrasco.

Ahí lo tienen, luciendo en las portadas mesetarias su pelín arrogante celebración a la hora de marcar. Ya son diez los goles de Jude, ocho de los cuales le colocan provisionalmente como máximo goleador de la liga española, mientras resulta evidente que Vinicius finge alegría y compañerismo en la foto de portada del As. Es sabido que el bueno de Vini no está llevando bien que el foco de las alabanzas se haya desplazado hacia el inglés, como es sabido que el bueno de Modric está muy enfadado con Ancelotti por estar ocupando más banquillo del que querría.

Todo esto nos lo ha contado nuestra querida prensa deportiva, y lo que cuenta nuestra querida prensa deportiva va a misa, aunque nunca sea para confesarse y mucho menos para hacer acto de contrición ni propósito de enmienda. No le hace ninguna falta. Aquí reinan la objetividad, el rigor, el máximo respeto y la falta de prejuicios. De ahí, por ejemplo, que tras el 4-0 de ayer contra Osasuna, varias preguntas de la posterior rueda de prensa de Carletto hayan versado sobre el estado de forma de Rodrygo. La noticia no son los dos goles de Bellingham, tampoco el gol de Vini, ni el de Joselu. La noticia no es el dominio casi total del Real Madrid, ni el excelente nivel de Valverde, ni este calorazo en pleno mes de octubre. Invariablemente viene en todos los manuales de periodismo que la noticia sea todo aquello que habita bajo los éxitos del Real Madrid, menores por definición, descontados, más un debe que un haber.

Es por eso que debemos acudir a los bajos derechos de la portada del As para intuir algo de la auténtica noticia del día, que tan bien supo resumir Marca en el tuit que adjuntamos. Nos referimos a la baja de Correa en el Atlético de Madrid. No podrá jugar hoy el argentino contra la Real Sociedad por la lesión que le produjo el tan elogiado Bellingham en el derbi madrileño hace un par de semanas. Poco importa que Correa haya jugado no uno, sino dos partidos tras el derbi. Menos importa que Correa haya marcado incluso dos goles después del derbi. Lo único que importa aquí es que la lesión se produjo en el derbi, que la lesión la produjo el tan celebrado Jude Bellingham, que la lesión la produjo el Real Madrid y que, en ningún caso -por supuesto que no, en absoluto que no- ha influido el hecho de haber jugado los dos partidos citados después de haberse producido la lesión.

Dígase entonces alto claro. Dígase también que Portu está ya milagrosamente recuperado pese a la terrible entrada de Nacho de la pasada semana. Dígase, en resumen, que los pimientos de Padrón unos pican y otros no, que el Pisuerga pasa por Valladolid y que la lesión de Correa es como el Guadiana, que aparece y desaparece a intervalos, o mejor, a conveniencia. Sepamos que, entre las tan destacadas virtudes de Bellingham, nada se habla de la insospechada capacidad para lesionar rivales a plazos; tan cómodos como siempre, perfectamente dispuestos para recurrir a ellos cuando mejor le venga a todo aquel que quiera echar mierda sobre el Real Madrid.

Menos mal que Sport sabe bien lo que dice, analista pulcro de la realidad como siempre resulta. "Bellingham sigue sosteniendo a los blancos", reza en los bajos de su portada, por lo demás tan aburrida como un niño mirando moscas. Porque los blancos no juegan bien, solo se sostienen. Los blancos jamás ganan, solo se sostienen. Los blancos tienen no se sabe cuántos títulos a base de ir sosteniéndose por ahí, alicaídos, lánguidos, tan lacónicos como nosotros a la hora de terminar este portanálisis. Todo lo demás es ruido, por ejemplo el de un 4-0 contra Osasuna, el de contar con el actual pichichi de la liga, el de ir líderes en Champions y Liga, apenas sostenidos.

Así que sostengan ustedes este domingo como puedan y mejor sepan, queridos lectores. Pasará, será lunes y habrá que seguir sosteniéndose.