De esta primera mitad de temporada no me ha irritado la crisis de Mbappé ni las primeras sustituciones del minuto 88 de Ancelotti. No me desespera Valverde de lateral o Endrick calentando asiento. Tampoco me voy a quejar de los vinagres, les quiero como a hermanos. A mí lo que me sulfura de manera descontrolada es esa comparación facilona de Jude Belllingham con Zidane. Parece salida de la redacción de MARCA tras un atracón de polvorones y vermú en la cena de Navidad: dos becarios y el redactor jefe soltando un brainstorming con palillo en boca. Que sí, que hace algún control, giro o toque al balón similar al marsellés. Que sí, que todos los jugones sonríen igual. Pero, para este no tan humilde escritor, se está errando enormemente y hay que solucionarlo lo antes posible.
Jude Bellingham recorre todo el campo manchándose de barro, le gusta defender duro, el contacto, dejar su marca en las piernas de los rivales. Le gusta influir a lo largo de todo el verde, comenzar la jugada y terminarla. Es un todo terreno, puede jugarte de interior, mediapunta, doble pivote o segundo delantero. Tiene mucho gol. ¿A quién se os parece? Se me parece más a un jugador histórico que hablaba castellano con acento rioplatense, que vino desde el otro lado del océano previa parada en Colombia, que ganó cinco Copas de Europa y que es considerado uno de los cinco mejores jugadores de la Historia.
A la Saeta, en otro fútbol muy diferente al actual, le gustaba jugar de todo menos de extremo. Cambió el fútbol porque fue el primero en conseguir mandar en todo el canal central del campo. Le gustaba llegar al área y marcar. Llevaba el 9 y al principio le acusaron de dispersarse demasiado pero, a base de goles, las crónicas empezaron a ceder. Era contundente como Casemiro, elegante en la conducción como Zidane y letal en el área como los Ronaldos. Tres en uno. “El omnipresente”. Un todocampista… como Jude.
Puedo tolerar una duda, ya que las piernas largas del inglés y las zancadas pueden simular al genio francés, y que la sonrisa de ambos solo la dibujan las leyendas. Pero a Zinedine no le gustaba el choque salvo con el pecho de Materazzi. Flotaba sobre el campo, fluía. Era más Mozart que Bach. Controlaba con un toque lo que muy pocos han conseguido domar y marcaba algún gol, sí, pero le gustaba influir en otra parte del campo. Le gustaba transitar. No pisaba el área con la contundencia de Bellingham, ni practicaba los tackles que lleva en los genes como herencia de un padre curtido en las Ligas amateurs inglesas. Sí, comparten ese dichoso número, pero deberían llevar o haber llevado el 10.
Di Stéfao era contundente como Casemiro, elegante en la conducción como Zidane y letal en el área como los Ronaldos. Tres en uno. “El omnipresente”. Un todocampista… como Jude Bellingham
Jude Bellingham es otro omnipresente más como don Alfredo. Se le puede tachar de poco concreto como, de manera errática, lo hicieron los periódicos de la época con Di Stéfano. He escuchado sobre el de Birmingham lo mismo, que corre demasiado, que no puede estar en todos los lados porque acaba los partidos muerto. Vamos, que está poseído por La Saeta. Poseído también en liderazgo. Jude tiene unas entrañas latinas. Gesticula, grita, insulta, abraza, consuela, apoya y tira del carro, en cualquier situación, por muy pequeño que sea el partido. Es increíble haber forjado ese carácter debajo de la fría lluvia inglesa. Parece que su tutor haya sido… un tipo de Buenos Aires. Zidane hablaba poco, lideraba con la mirada, no te levantaba del suelo ni daba muchos aplausos. Vamos, que el francés y el inglés pueden ser primos lejanos, mientras que con el argentino hay una relación paterno-filial.
Lo tengo tan claro que, si no se me hace caso, crearé una plataforma de afectados llamada JUDEBELLINGHAMNOESZIDANEESALFREDODISTÉFANO (JBNZAD), al estilo de RuidoBernabéu. Hablaré con los Giles y los Cerezos para conseguir financiación e influencia en el Ayuntamiento de Madrid. A Tebas me lo ganaré y seré un fiel súbdito y me publicarán en la portada de MARCA por delante de cualquier noticia de Negreira, por supuesto. Conseguiré que no se hagan más eventos en el Nuevo Bernabéu e impediré que Jude Bellingham juegue hasta que no se le considere el nuevo Di Stéfano.
Por último, conseguiré que se censure La Galerna y que cambie su nombre por Revista Alfredo Bellingham Spotify. Sabéis que esto es muy fácil en este país, solo hay que hacer unas llamadas y tendré alfombra roja. Que sirva de amenaza para el 2025. Os vigilo a todos.
Getty Images.
Totalmente de acuerdo con el artículo.
Ironía, divino tesoro.
Mi adhesión a la plataforma si es menester. ¡Como le gusta malmeter y/o desmerecer al antimadridismo presente en la prensa hidráulica!
Sí, Jude Bellingham es lo más parecido a don Alfredo que se haya visto jamás.
Zizou = excelente futbolista al que llovieron muchas críticas.
Cuando Fernando Hierro acaba su carrera ,me pregunté quién seguirá su sucesor en el campo....y apareció Raúl.De Raúl pasamos a Txavi Alonso, que cedió su transmisión a Cristiano.Cuando este nos abandonó,pensaba que se acabó el carácter ganador y aparecen Dani Carvajal y Jude.Tenenos cadena de transmisión con Vini y Fede.
El Madrid es como la lluvia en Galicia.El chiribiri que parece que no moja,pero cala....esperamos a Kylian .
La primera vez que escuché el nombre de Di Estéfano a traves de las ondas fue en Carrusel Deportivo, estaba con mi padre,acababa de meter un gol.Para los madridistas de la generacion de mi padre, católicos practicantes, la Saeta era un dios, estaba en todas las partes. Son otros tiempos y otras tácticas, pero si hay un jugador en el Madrid con ese despliegue, furia, tirándose al barro y con gol ese es Jude.