Baloncesto: historia por hacer

A punto de comenzar la temporada en el baloncesto, puede ser un buen momento para repasar lo ocurrido este verano en la sección y tratar de dar alguna pincelada sobre los nuevos fichajes.

A finales de esta misma madrugada (2 AM hora española), el Real Madrid tiene la oportunidad de poner el broche de oro a la mejor temporada de sus 84 años de historia, con la disputa de la Copa Intercontinental en São Paulo ante el actual campeón de la Liga de las Américas, un equipo brasileño tan desconocido a este lado del Atlántico como tan complicado de nombrar: el Paschoalotto Baurú. Eso será a doble partido, entre hoy mismo y pasado mañana.

No les voy a mentir y reconoceré que he tenido que recurrir a la Wikipedia para descubrir que Baurú es una ciudad de unos 350.000 habitantes enclavada en el Estado de São Paulo, y que el equipo de baloncesto se fundó tan tarde como en 1996. Con un palmarés muy limitado, de su plantilla podemos destacar a un viejo conocido, Rafa Hettsheimeir, aquel pívot brasileño que llegara al Real Madrid hace un par de temporadas con la competición ya empezada y que nunca llegó a encajar en los esquemas de Pablo Laso. De ser una de las estrellas del CAI Zaragoza y estar en las listas de algunos equipos de la NBA, una grave lesión de rodilla y un sistema de juego que no encajaba para nada con sus características cortó su progresión. Ahora ha vuelto a su país de origen, donde intenta relanzar su carrera.

El otro nombre que tal vez sonará a los aficionados al baloncesto más viejos del lugar es el de su entrenador, Jorge Guerra “Guerrinha”, integrante de la selección brasileña durante la década de los 80, aquella liderada por el gran Oscar Schmidt-Becerra y que la última vez que se cruzó en el camino de la selección española fue días antes del mítico Angolazo de los Juegos de Barcelona ’92.

El Madrid parte como claro favorito al título: sería su quinta Copa Intercontinental. Pero los partidos, aparte de jugarse en territorio enemigo, llegan solo cinco días después del final del Eurobasket, donde más de media plantilla ha disputado el torneo. Estas dos circunstancias, la de la sobrecarga de partidos y la de la máxima exigencia desde el comienzo de la competición, pueden ser dos de los factores en contra para el equipo en esta nueva temporada. Pero de eso hablaremos al final de este reportaje. De momento, centrémonos en los movimientos en la plantilla, que han sido más que los esperados en un verano que ni ha sido tan plácido como se esperaba ni como podría parecer.

Al término de la temporada, se preveían tres movimientos en la plantilla del Real Madrid: las bajas de la pareja de pívots formada por Salah Mejri y Ioannis Bouroussis y la cesión del Facu Campazzo a otro equipo la Liga Endesa donde pudiera foguearse y coger algo más de experiencia en el baloncesto europeo. Mejri, que nunca ha llegado a contar con la confianza plena de Pablo Laso, jugará la próxima temporada en los Dallas Mavericks, mientras que Bouroussis, que empezó muy bien su primer año, se fue diluyendo con el paso de los partidos, para acabar la temporada pasada convertido en un jugador intrascendente dentro de los esquemas de Laso. En su lugar, llegan al Real Madrid un americano, Trey Thompkins, y uno de los múltiples productos salidos de la cantera blanca en los últimos años, Willy Hernangómez, tras dos años de cesión en el Baloncesto Sevilla.

Trey Thompkins, 25 años, 2,08 y unos 100 kilos, es un ala-pívot estadounidense que llega al Madrid tras realizar una excelente temporada europea en el Nizhny Novgorod, con medias cercanas a los 15 puntos y 8 rebotes por partido. Formado en la Universidad de Georgia, se presentó al draft de la NBA de 2011, donde era de esperar que obtuviera una buena posición. Sin embargo, tras concluir su última campaña universitaria el jugador se descuidó y se presentó en los campus previos al draft muy pasado de peso, lo que hizo que saliera en la posición 37ª (de 60), elegido por los Clippers de Los Ángeles. Para situarnos, en ese draft de 2011, Niko Mirotic fue elegido en el puesto 23º por los Rockets, que lo traspasaron a los Bulls, y otro viejo conocido, Kyle Singler, fue elegido por los Pistons en el trigésimo tercer lugar, yendo el número 1 a parar a Kyrie Irving.

En los Clippers no pudo disputar más de 24 partidos, en los que además participó muy poco antes de que una lesión en su rodilla izquierda le dejara fuera el resto de su primera temporada en la NBA. Para completar las desgracias, dicha lesión se reprodujo en los entrenamientos de pretemporada del verano de 2012, siendo el jugador definitivamente cortado por los Clippers en marzo de 2013.

Hace un año fue fichado por el Nizhny Novgorod, donde ha destacado lo suficiente como para que el Real Madrid lo haya fichado como refuerzo para su juego interior. Ala pívot de muy buenas condiciones físicas, Thompkins no es excesivamente rápido pero sí muy ágil. Buen reboteador, posee un tiro exterior bastante fiable y es un muy buen jugador de cara al aro, aunque no tanto de espaldas, donde al poste bajo no se desenvuelve tan bien, circunstancia esta de todas formas muy común entre los jugadores americanos, habituados al bloqueo y continuación pero no tanto a recibir de espaldas al aro. Thompkins debe ser una de las referencias en el juego interior del Madrid de esta temporada y aparece como un fichaje muy interesante, siempre y cuando las lesiones le respeten.

Willy Hernangómez es hijo de Guillermo Hernangómez (jugador de baloncesto español de la década de los 80 formado también en el Madrid, con el que llegó a jugar la temporada 82/83 y auténtico trotamundos de nuestro baloncesto) y de Margarita Heuer, campeona de Europa con la selección femenina española en 1993. Con estos antecedentes, Willy y su hermano Juancho (curiosamente, formado en la cantera del Estudiantes y no en la del Real Madrid) estaban condenados a ser jugadores de baloncesto y de los buenos. Y en ello están. Cuenta quien jugó contra Willy en categorías inferiores que era un jugador de una grandísima calidad pero muy abúlico. Afortunadamente, con 21 años, Willy mantiene la calidad pero ha dejado atrás esa falta de espíritu para convertirse en uno de los jugadores con más futuro de nuestro baloncesto.

Pívot de 2,10 y unos 115 kilos, es un jugador de gran calidad en el poste y se mueve muy bien en ataque. Necesita coger algo de cuerpo aún y mejorar en defensa, a lo que hay que añadir que su técnica de tiro es bastante mejorable, lo que hace que no cuente con un buen lanzamiento de media y larga distancia. Elegido por los 76ers en el puesto 35º del draft de este verano, sus derechos en la NBA pertenecen a los New York Knicks, que, según dicen, están muy pendientes de su evolución.

Tras dos temporadas en Sevilla, en las que ha dispuesto de muchos minutos, esta temporada se antoja decisiva para su desarrollo como jugador de baloncesto. Desgraciadamente, hasta ahora Pablo Laso no se ha distinguido por ser un entrenador que conceda muchos minutos a los jugadores jóvenes. Esperemos que con Willy no ocurra esto, puesto que con 21 años el jugador está en ese momento de su carrera en el que puede explotar como gran figura o quedarse en el camino.

Y si hablamos de jóvenes llamados a ser grandes estrellas, entonces hay que hablar de Luka Doncic. Jugador más joven en toda la historia de la sección en debutar con el primer equipo, con 16 años y 2 meses, Doncic se incorpora a la primera plantilla para cubrir el puesto dejado por el Facu Campazzo. Base esloveno que llegó a la cantera con 12 años en 2012, mide ya 1,98 y sigue en edad de crecimiento. De Doncic se puede hablar y no para de contar sus virtudes durante horas y horas: gran visión de juego, excelente tirador, gran control de los partidos, muy buena capacidad atlética… Es evidente que las categorías inferiores se le han quedado pequeñas hace tiempo y que está más que preparado ya para jugar en la Liga Endesa.

En el Real Madrid partirá como tercer base por detrás de los dos Sergios. Esperemos que cuente con más confianza por parte de Laso que la que ha disfrutado el Facu Campazzo. Al igual que con Hernangómez, y aunque el jugador ya ha demostrado de sobra que tiene mucha personalidad, un año en blanco a estas edades en baloncesto es muy peligroso. Desde luego, el calendario está lo suficientemente sobrecargado como para que se repartan minutos entre todos los jugadores.

Hasta aquí las altas y bajas que estaban programadas en junio. Sin embargo, se han producido con posterioridad otros dos hechos que han obligado a seguir remodelando la plantilla, como son las salidas de KC Rivers y Marcus Slaughter por distintos motivos y que han traído como consecuencia, de momento, la llegada de Jeffery Taylor.

Para hablar del asunto de KC Rivers hay que referirse primero al fraude de los pasaportes ilegales, auténtica plaga en el baloncesto europeo y a la que nadie quiere poner freno. Como la historia es un tanto liosa para quien no esté familiarizado con el galimatías en que se ha convertido la normativa sobre jugadores nacionales y extranjeros en el baloncesto, vamos a tratar de explicarla someramente: la Liga Endesa permite que las plantillas de los clubes que la integran estén formadas por entre once y trece jugadores, pudiendo ser inscritos un máximo de doce en cada partido.

Dependiendo del número de jugadores en plantilla y tras una larguísima pelea ente ACB, FEB, CSD y ABP (es decir, el sindicato de jugadores), se acordó que cada plantilla debía tener un número mínimo de jugadores “nacionales” (en realidad se les llama “cupos de formación” o “formados en España”) y un máximo de jugadores “no comunitarios”, cubriéndose el resto de plazas libres con jugadores “procedentes” de países integrados en FIBA Europa y cotonús. ¿Por qué las comillas? Por lo siguiente:

Jugadores comunitarios y no comunitarios

La Unión Europea prohíbe que un trabajador europeo sea discriminado en un país miembro por no haber nacido en ese país y por tanto, un jugador, pongamos por caso italiano, no puede quedar fuera de una plantilla por no ser español. Para resolver esto, entre todos se inventaron el concepto de “cupo de formación”. Un “cupo de formación” es un número mínimo de jugadores nacidos en la Unión Europea o con pasaporte de uno de los países que la integran o asimilados por estos países que entre los 14 y los 20 años hayan pertenecido un mínimo de tres temporadas a un equipo español. Aquí ya hay una trampa, puesto que con asimilado se puede colar casi cualquiera, como es el caso de Augusto Lima, brasileño que ocupa plaza de “formado en España” o Tornike Shengelia, georgiano pero en la misma situación en el Laboral Kutxa. La normativa de la ACB establece que las plantillas deben contar con un mínimo de cuatro jugadores “formados en España”. Esta norma, hecha para obligar a que siempre haya un mínimo de españoles en las plantillas es un coladero, con equipos con un único jugador español y otros tres asimilados. El Real Madrid sí la cumple con españoles, puesto que tiene en plantilla a Sergio Rodríguez, Sergio Llull, Felipe Reyes, Rudy Fernández  y Willy Hernangómez, a los que hay que sumar a Luka Doncic como sexto cupo de formación.

En cuanto a los “no comunitarios”, la normativa en España limita el número a dos por equipo, ocupando en el Real Madrid estas plazas Gustavo Ayón y Trey Thompkins. Con esto tenemos ocho jugadores; el resto entran en la categoría de FIBA Europa y en esa cosa tan rara llamada “cotonús” y aquí es donde se producen los principales fraudes en el baloncesto europeo. En primer lugar hay que señalar que se da la misma consideración a un jugador procedente de la Unión Europea que de un país europeo fuera de ella, ya que las competiciones internacionales las juegan también por ejemplo equipos serbios o rusos y por ellos se amplía el cupo a los 50 países que forman la federación de baloncesto europea.

Lo de los cotonús, que suena tan exótico, hace referencia al Acuerdo de Cotonú, firmado en el año 2000 entre la UE y la Asociación de Países de África, el Caribe y el Pacífico por el que los ciudadanos provenientes de estos países pasaban a tener los mismos derechos a la hora de ocupar un puesto de trabajo que los ciudadanos de la Unión Europea. A nuestros efectos, desde que la norma fuera aceptada por la ACB en el 2011, significa que un jugador nigeriano no ocupa plaza de extranjero en la liga española, sino que tiene la misma consideración que si fuera belga o croata.

Y aquí es donde está el coladero: es muy común que países europeos o africanos ofrezcan pasaportes en el mejor de los casos de dudosa legalidad a jugadores preferentemente  estadounidenses a cambio de que se comprometan a jugar con sus selecciones nacionales en los torneos internacionales. Así, Jaycee Carroll tiene pasaporte de Azerbayán y Marcus Slaughter obtuvo la temporada pasada uno de Guinea Ecuatorial, que resultó tener la misma numeración que el de Andy Panko, jugador también americano del Baloncesto Fuenlabrada en ese momento. Como consecuencia del revuelo causado, el Madrid retiró el pasaporte de Slaughter, que volvió a ocupar plaza de extracomunitario y el Fuenlabrada… no hizo nada.

Bien, volviendo al relato de los hechos del verano, KC Rivers aceptó renovar por el Real Madrid pese a contar con una oferta muy superior económicamente procedente de Grecia. El Madrid sólo exigía a Rivers la obtención de uno de estos pasaportes cotonús o europeos. Rivers obtuvo un pasaporte de Guinea Bissau allá por el mes de julio, pasaporte que fue rechazado por el CSD en aplicación de la nueva normativa al respecto, en vigor desde mayo. Y es que ahora el CSD obliga a demostrar una vinculación con el país que expende el pasaporte (es decir, que has jugado con su selección), que obviamente Rivers ni tiene ni ha tenido.

Curiosamente, el mismo día que Rivers veía rechazado su pasaporte, el CSD sí aceptaba otros dos pasaportes del mismo país para dos jugadores americanos del Laboral Kutxa, con la argucia legal de que ambos no firmaban nuevos contratos sino que extendían los que ya tenían y por tanto la nueva norma no se podía aplicar con carácter retroactivo... Sin comentarios.

Sea como fuere, el Madrid rompió su vinculación con Rivers, que jugará en el Bayern de el año que viene Munich (con su pasaporte guineano, que allí sí valdrá) y en su lugar ha fichado a Jeffery Taylor, jugador nacido en Suecia de padre americano y que no ofrece dudas en cuanto a su pasaporte.

Si Rivers es un escolta que puede ocupar también las otras dos posiciones exteriores, Taylor, 26 años, 2,01, es un alero puro. Formado en la Universidad de Vanderbilt, fue elegido en el trigésimo primer puesto del draft de 2012 por los Charlotte Hornets. Tras una buena primera temporada, en su segundo año primero se rompió el tendón de Aquiles y posteriormente se vio envuelto en un caso de violencia doméstica del que se declaró culpable y que le costó una sanción de 24 partidos por parte de la liga. Entre una cosa y otra, Taylor acabó arruinando su carrera americana y, tras una tercera temporada sin trascendencia, llega al Real Madrid como especialista defensivo.

Taylor destaca efectivamente como un buen defensor pero no es en absoluto un tirador fiable. Muy atlético y muy espectacular de cara al aro, tiene lo que se suele conocer como una muñeca de madera, lo que hace que sus porcentajes de tiro de media y larga distancia sean realmente bajos. En el Madrid sin duda ocupará una plaza de especialista, a la que Laso da mucha importancia, y que esta temporada pasada ha recaído en Jonas Maciulis. El fichaje de Taylor puede tener un efecto colateral interesante y es que Rudy pase a jugar menos minutos de alero y más de escolta, su posición natural que sin embargo no ocupa desde que está en el Madrid.

Las otras dos plazas que faltan en la plantilla las ocupan el citado Maciulis, lituano, y Andrés Nocioni, argentino con pasaporte italiano. Estos son los doce jugadores a día de hoy. Falta únicamente referirse al caso de Marcus Slaughter, que iba a ser el decimotercer jugador de la plantilla pero que en septiembre recibió una oferta de Turquía por un millón de euros netos, que más que doblaba el sueldo que percibía en el Madrid. Slaughter ha aceptado esa oferta y ha abandonado el equipo en un mal momento, puesto que a estas alturas es muy complicado encontrar ya jugadores interesantes en el mercado. Pese a todo, parece que se está trabajando en ello.

Jugador muy limitado en el aspecto ofensivo, Slaughter es sin embargo un especialista defensivo, al que Laso ha llegado a utilizar como punta de lanza de sus defensas en zona 1-2-2 y para parar al base contrario (con éxito unas veces y con todo lo contrario en otras, todo hay que decirlo) y sobre todo, un jugador de esos que hacen piña. Veremos hasta donde se nota su ausencia, que no debería ser especialmente grave.

Máxima exigencia

Esta es la plantilla del Real Madrid con la que afronta la temporada en la que defenderá todos los títulos en juego. Messina decía, y yo estoy de acuerdo, que a un equipo se le debe exigir competir para ganar. Sin embargo, ya sabemos que en el Madrid la exigencia no es esa sino ganar, pura y simplemente, y todo lo que no sea eso se considera un fracaso. Afronta Pablo Laso su quinta campaña al mando del equipo, una cifra que solo han alcanzado antes Freddy Borrás, Pedro Ferrándiz y Lolo Sáinz. Pierde a Zan Tabak como ayudante, muy importante hace un año en su trabajo con el juego interior, tan desatendido siempre por Laso, y en su lugar contará como nuevo segundo entrenador con Paco Redondo, hasta ahora entrenador del equipo junior y que ha realizado un fantástico trabajo con la cantera. Ojalá la presencia de Redondo sirva para que Doncic y Hernagómez disfruten de muchos minutos.

Hasta aquí las altas y las bajas en la plantilla. En cuanto a la nueva campaña, la exigencia será máxima desde el primer día, con varios problemas añadidos. Uno es la sobrecarga de partidos desde el primer día, con el Eurobasket y el FIBA Américas en el caso de Ayón y Nocioni, más el viaje a Brasil para disputar la Intercontinental.

Otro muy importante es que el Madrid ha quedado encuadrado en un grupo de Euroliga muy difícil (Fenerbahce, Estrella Roja, Khimki de Moscú, Bayern Munich y Estrasburgo), lo que obligará a no poder empezar la temporada con el freno de mano echado, circunstancia que resultó decisiva la campaña pasada. Por el contrario, el empezar como un tiro se volvió en contra del equipo hace dos temporadas, cuando se escaparon consecutivamente Euroliga y Liga ACB tras haber batido todos los récords del baloncesto europeo en unos meses de baloncesto memorable.

A este hecho se une que jugadores como Nocioni y Reyes ya tienen 35 años; Carroll, 32; Ayón, Rudy y Maciulis, 30… Veremos cómo les afecta la sobrecarga de partidos y el ritmo frenético que ha venido imponiendo Laso al juego del equipo. Hay que remarcar también los continuos problemas de espalda de Rudy Fernández. Rudy sí que de verdad tiene una hernia de disco de la que ya ha sido operado dos veces y, tal y como hemos podido ver en el Eurobasket, no termina de superar su lesión. Su buen estado físico es clave en una plantilla a la que aporta mucho más que el juego espectacular que sale en los resúmenes de youtube.

En resumen, llega la temporada 2015/16 al baloncesto. Una temporada en la que el objetivo es, una vez superadas las urgencias históricas y tras haber vuelto a la élite europea, no bajarse del trono y en la que, pese a las incógnitas, el Madrid tiene equipo para presentar batalla a cualquiera y seguir brindado buenos partidos a la afición. Esta madrugada, primer asalto con el objetivo de redondear un año mágico.