Más fútbol y menos Balón de Oro

Eden Hazard y Karim Benzema fueron los únicos madridistas presentes entre los treinta finalistas del Balón de Oro que finalmente se llevó Leo Messi. La aciaga temporada del Real Madrid pasó factura a los jugadores de cara a la carrera por dicho galardón. De hecho, Hazard llegó ahí por sus méritos contraídos con Chelsea y Bélgica, no por lo realizado con el equipo blanco. El solar no tiene nada que ver con lo vivido en los últimos años, algo que yo agradezco.

Parto de la base de que el Balón de Oro es un premio pomposo, rodeado de marcas y marketing, ideal para rellenar portadas y tertulias, pero sin sentido dentro de un deporte colectivo. Además, se suele desvirtuar con frecuencia, ya que, en realidad, el galardón debería ser para el mejor jugador del año, no para el mejor jugador del mundo. Muchas veces son dos condiciones que nada tienen que ver. Puedes ser el mejor y tener un mal año, al igual que puedes estar lejos de ser el mejor y haber firmado un año extraordinario.

Uno de los grandes problemas del Balón de Oro es que puede llegar a nublar la vista. Recordemos a Cristiano Ronaldo, que solía firmar partidos preocupantes en las semanas previas a la gala, seguramente debido a una preocupación excesiva ante la proximidad del premio. El portugués era capaz de protagonizar diez meses memorables y luego dos en los que parecía un futbolista de segunda fila.

Al Real Madrid le sucedió algo parecido en 2018. El día que comunicó la destitución de Julen Lopetegui, el club blanco quiso sacar pecho por los nominados al Balón de Oro en un claro reproche hacia el actual técnico del Sevilla. "La Junta Directiva entiende que existe una gran desproporción entre la calidad de la plantilla del Real Madrid, que cuenta con 8 jugadores nominados al próximo Balón de Oro, algo sin precedentes en la historia del club, y los resultados obtenidos hasta la fecha", rezaba la nota oficial.

Dicho párrafo persiguió al Real Madrid hasta el último día de la pasada temporada. Los nominados al Balón de Oro no dieron la talla -salvo Benzema - con ningún entrenador y el castillo de naipes construido sobre esa frágil estructura voló por los aires. La consecuencia fue un fin de campaña nefasto y que ahora Benzema sea el único que aparezca en la foto soñada por todos los futbolistas.

el balón de oro puede nublar la vista de jugadores y equipos

Así las cosas, celebro que los focos se hayan alejado, ya que es la manera más fácil de que vuelvan a acercarse. En el Real Madrid se está empezando a hablar más de fútbol y menos de excusas, algo que enriquece cualquier debate y que ayuda al propio equipo a mejorar y centrarse en lo verdaderamente importante. Kroos está en el mejor momento de su carrera, Benzema es el mejor en su puesto, Casemiro ha recuperado el tono que lo hizo grande, Carvajal se parece a Carvajal, Courtois ya recuerda al de tiempos pasados y Valverde ha llegado para quedarse. Hace doce meses no podíamos decir lo mismo. De hecho, no podíamos decir nada que se le pareciera. Más bien al contrario.

En un par de días se apagarán los ecos del Balón de Oro y volveremos a subirnos a un escenario cuyo esférico no para de rodar. Ahí es donde lleva semanas sintiéndose a gusto el Real Madrid. No habrá nombres en comunicados cercanos ni excusas que suenen forzadas. Lo que sí tendremos serán argumentos a los que agarrarnos y futbolistas con un nivel suficiente como para hacerse esa foto dorada.