La ausencia de gol vuelve ser el principal problema de los blancos
Supongo que el mismo partido tuvo algo que ver con mi sensación. Reconozco que mi (casi) único aliciente era ver a Odegaard, y luego el tipo de juego (dicen los expertos) no le permitió destacar. Pero se le vio la envergadura y el talento. La elegancia y la personalidad. Yo soy zidanista obligado por los hechos, pero también lo soy de fe, de admiración. Yo creo en Zidane, por eso confío en que le va a sacar todo eso al joven Odegaard para que nosotros lo veamos.
Pero no quería yo hablar de Odegaard porque el partido no fue de Odegaard. El partido no fue de nadie, ni siquiera de Courtois y esa parada dirigiendo la pierna interminable como desde un centro de control. El partido no fue de nadie y la sensación es fría. A este partido, como a todos los demás, parece que se le escapó el fútbol por esos enormes espacios abiertos en las gradas. Otro partido sin goles. Por fortuna (más bien por mérito), tampoco del rival.
Este fútbol del Covid es como ir en descapotable a 150 por hora. No se ve nada. No se aprecia nada. No se oye nada, por mucho que se oiga todo. El fútbol parece que se evapora ante nuestros ojos. Sube por la enorme abertura del estadio vacío y se disuelve, como ayer, hacia los montes verdes que protegen San Sebastián. Hay como una distracción constante. Una falta de concentración debido a lo volátil del ambiente. Es necesario el peso del público para controlar esto.
Todo ha perdido su ser sin la gente. Y se han perdido los goles. Los goles atenúan el vacío y su ausencia lo aumenta
Todo ha perdido su ser sin la gente. Y se han perdido los goles. Los goles atenúan el vacío y su ausencia lo aumenta. Los espectadores empapan y contienen. El público da empaque e impide que se escuchen los burdos sonidos de pachanga. Donde esté un buen bullicio que se quiten todos esos gritos de fútbol amateur. El ruido viste al fútbol de profesional. Yo debería interesarme por el Madrid, por el resultado, por el juego. Pero nada es lo mismo. Todos esos intereses se me han ido a través de las inmensas y ahora absurdas oquedades de los estadios que me distraen y que sin goles me destemplan.
Es eso que decía Oscar Wilde del encanto y la calidez de los sitios cerrados frente a la naturaleza abierta, o algo parecido. El fútbol ya no aguanta ese escape. Es como si se le escapara la vida y allí abajo, sobre el césped, no quedara nada. Ni siquiera los goles. Cualquiera diría que el público se ha llevado los goles. A este Madrid que juega bien se le han llevado el gol los aficionados. Es la vaciedad del estadio, vacío de personas y vacío de goles.
Somos como Indiana Jones llegando al pueblo donde han desaparecido los niños. Han desaparecido los goles y alguien tiene que encontrarlos. Hay que llevar a los niños y a sus padres al fútbol a ver si con ellos vuelven los goles. Primero se los llevó Cristiano y Benzema se quedó con alguno y resistimos la pena de la ausencia que ya se alarga demasiado. Y después se marchó la gente y siguieron sin llegar los goles.
No hay público ni goles, para que alguien diga que esto sigue siendo fútbol. Esto no es fútbol ni tampoco el Real Madrid sino un sucedáneo de urgencia, como una vejez donde se va marchitando todo poco a poco. No tenemos el público y no sabemos cuándo lo tendremos, pero neguémonos a no saber cuándo tendremos el gol. Hay que marcar goles, hay que buscarlos. Los goles para gritarlos, para admirar a nuestro goleador.
Si no podemos tener público que al menos nos traigan el gol para celebrarlo y ocupar un poco ese vacío que nos enfría. El gol nos calienta hoy como una hoguera. Necesitamos goles. Brasas y llamas que nos recuerden que por dura que sea la noche somos del Madrid. El ruido de la madera repiqueteando en el fuego, pues no imagino otro invierno sin gol.
Fotografías Getty Images.
Al Real Madrid le sigue faltando un delantero centro de categoría, si no lo llevamos muy MAL. N
Bonito y poético artículo de don Mario. Si, qué frío resulta un partido sin gente. Lo mismo pasa con las ciudades, al menos la mía. Está triste, no parece la misma, quizá porque los que transitamos por ella también lo estamos.
Saludos
Qué ganas de Bernabéu!!!!
Hermoso artículo. Y muy cierto. Es como ver una pachanga en La Chopera.
El mundo está descafeinado. Menuda ful todo. Con gol o sin gol, el Madrid me tiene enamorao.
Menos mal que no perdió el Real Madrid.
Con empate fuera el primer día nos desinflamos.
Ya sé que esto forma parte de la historia del Real Madrid.
Frío gélido en la grada cuando no llegan los goles. Los del Manzanares animan hasta cuando bajan a segunda y suena AC/ DC, una declaración de principios.
Cuatro Champion, se empieza a voltear el palmarés de la Liga y al primer empate , el globo en el suelo.
Ya sabemos todos que este año no toca. Es un año de sequía. En año de sequía ganamos la última Liga y no fue por los fichajes, algo impensable. Al final Messi con la lengua fuera y también con la cabeza. Así sigue.El Barcelona pone a sus futbolistas a la venta en Saldos Arias. Llega la caballería del Real Madrid con bandera blanca a secas, porque empatamos.
Esto parece el PP de Casado. Cuando peor lo lleva el gobierno surgen las dudas en casa.
No tenemos remedio, pero los futbolistas que se dejaron la piel ayer en Donosti ya saben que cuando levanten otro trofeo se lo habrán ganado a pulso. Un pulso contra los adversarios, contra el noventa por ciento de la prensa y contra los que ya ven la botella vacía el primer día. Vaya manera de dar moral.
Este año no toca. El anterior tampoco y miremos lo que hizo el Barcelona ,un equipo que por cierto ha sido barrido de Europa por el Real Madrid y por los camiones de goles que encajan.
El Real Madrid camina como el soldadito marinero . La sirena puede que ser guapa o fea , pero se parece cada vez más a la de la canción.
Magnífico artículo. Siempre HALA MADRID!!!
¡¡¡ GOOOOOOOOOOOOOL DEL MADRIIIID !!!. El sonido más frecuente por antonomasia.
Gran artículo!!!
Es triste ver los estadios vacios...resultan frios...pero los goles llegaran y con ellos el calor en el "blanco hogar"
Feliz tarde!!!!