Allí estábamos otra vez, dos años más tarde, jugándonos algo más que la vida frente al Atlético de Madrid. Y de nuevo, como en Lisboa, el final parecía que iba a ser agónico.
Sí, aquel 24 de mayo se habían puesto a prueba nuestros corazones y aquello que tan a menudo solía repetir: “creer, siempre creer”. La tanda de penaltis que íbamos a afrontar iba a ser la medida definitiva de nuestra salud y, sobre todo, de nuestra fe.
“No puedo más. Estoy muerto”. Más de uno de mis compañeros estaba al límite. El partido había sido durísimo, muy físico, como todos los partidos que habíamos jugado últimamente contra el Atlético. Además, el calor había sido asfixiante durante toda la noche. Pero estábamos en los penaltis y tal y como había ido el partido, nos encontrábamos donde queríamos.
Así como en Lisboa sabíamos que había que ganar la final en la prórroga, aquella noche sentíamos que estábamos mucho más justos de fuerzas que ellos. Recuerdo ver a Gareth cojeando por el campo, a Cristiano resoplando, gastando sus últimas gotas de energía ayudando en defensa. Sólo esperábamos llegar con fuerzas para lanzar desde los once metros.
Ya habían decidido quiénes iban a tirar los cinco penaltis, vi a Keylor repasar con Llopis por dónde lanzaban los jugadores del Atlético, el resto seguía estirando con los fisios e hidratándose, poco más podíamos hacer…
Fui a hablar con Sergio.
“Hay que tirar primero. Gana el sorteo, hazme el favor”.
Me había cansado de leer a MisterChip diciendo que las probabilidades de ganar una tanda de penaltis tirando primero eran de un 60% contra un 40%, si tirabas segundo. Dicen que las estadísticas están para romperlas, pero en la mayoría de las ocasiones están ahí para que se cumplan, así que cualquier ayuda, incluso la de las matemáticas, era bienvenida.
“Sí, sí, tranquilo. Ya está hablado, no te preocupes”.
Y si Sergio te dice que no te preocupes, no hay nada de qué preocuparse.
Volvió dos minutos después.
“He perdido el sorteo”
“¡No jodas!”
“Sí, pero tiramos primero y en nuestro campo”.
Me guiñó un ojo y se fue riendo.
“Pero ¿cómo?”
Estábamos ya todos a su alrededor.
“Han ganado ellos, pero han elegido tirar segundo, así que yo he elegido nuestro campo”.
No dábamos crédito, pero cuando la fortuna te sonríe solo puedes encogerte de hombros y aprovechar tu oportunidad.
Y allí se fueron Lucas, Gareth, Marcelo, Sergio y Cristiano, junto con el resto, al centro del campo y con una responsabilidad enorme sobre sus espaldas. Keylor hacía lo propio yéndose a la portería. Estábamos en sus manos.. y en su cabeza.
Cristiano se disponía a lanzar, había hablado con él antes de la tanda, así que no tenía duda de que iba a marcar. Salí corriendo casi a la vez que él empezó su carrera.
Campeones de Europa de nuevo, por segunda vez en tres años. No había podido elegir mejor momento para despedirme. Yo sabía mejor que nadie lo difícil que era ganar la Champions. Una final perdida, cinco semifinales y algunos años más que me había quedado por el camino.
Ganar dos Champions en tres años era un hito. A saber cuándo veríamos la siguiente.
No podía estar más equivocado…
Recuerdo estar en el vestuario, un rato después, echando la vista atrás. Había sido un año complicado, con momentos muy duros como en Cádiz o en Wolfsburgo donde parecía que todo iba a desmoronarse. Me acordé de todos los que nos habían apoyado en esos momentos y bueno, para qué mentir, también de los que no cuando dije a la cámara: “Y esto es el Real Madrid, cuando todos nos dan por muertos venimos y ganamos la Champions”.
Todavía hoy cuando el equipo pasa por momentos complicados yo me acuerdo de aquella noche y pienso: “Esto es el Real Madrid”.
Volveremos.
Así viví la Primera: Paco Gento
Así viví la Segunda: Andrés Amorós
Así viví la Tercera: José Emilio Santamaría
Así viví la Cuarta: José Emilio Santamaría
Así viví la Quinta: Luis Miguel Beneyto
Así viví la Sexta: “Pirri”
Así viví la Sexta: José Araquistain
Así viví la Séptima: Pedja Mijatovic
Así viví la Octava: Steve McManaman
Así viví la Novena: Roberto Carlos
Así viví la Novena: Luís Alberto de Cuenca
Así viví la Décima: Juanma Rodríguez
Así viví la Décima: Vicente Ruiz
Así viví la Undécima: Álvaro Arbeloa
Así viví la Duodécima: Antonio Esteva
Así viví la Decimotercera: Jesús Bengoechea
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Enorme Álvaro! Qué grande, qué grandes!!!
UNO DI NOI!!!!
Y no sabes lo orgullosos que nos sentimos los madridistas de ver a un capitán canterano como tu, levantar la champions. Representas la esencia del madridismo, esfuerzo, lucha , superación , ambición , talento y amor por el escudo.
Sobre todo valoro que esa defensa que has hecho del madrid tanto dentro, como fuera del campo, lo hayas hecho contra todo y contra todos , generando el odio de los antis, pero también la admiración incondicional de lo madridistas.
Un saludo CAPITAN!!!
Mi verdadero capitán te admiro Álvaro....y escribes bien joio....jajaja te deberian nombrar portavoz oficial del club... grande Sr.Arbeloa
Mejor no se puede, GRANDE Charro, dios que buenas tardes noches nos has dado, un crach. Espero volver a tener esas satisfacciones, de inmediato a pesar que la temporada haya sido nefasta, ALA MADRID Y NADA MÁS.
Lo bueno de aquella final. Fue cuando lanzó Bale. Decía el doctor. Pero como se atreve, si esta cojo. Y tanto! 3 consecutivas. Que nos quiten lo bailado.......
No creo haber pasado tanto nerviosismo nunca viendo un partido como en esa tanda de penaltis. La verdad es que lo que el sufrimiento me impidió disfrutar más lo gocé con creces los días posteirores con tanta bilis. Me relamía de gusto leyendo a culerdos y colchonerdos rabiar!
Creo que el ATM eligió tirar segundo porque ante el PSV en octavos de final lograron superar la eliminatoria tirando en segundo lugar, con penalti decisivo de...Juanfran! :). Qué irónico e HDP es el destino a veces...
Qué bien escrito.
Saludos.
Enorme tu simbiosis con el club. Ojalá la directiva tome nota y se contagie de esa pasión para defender el escudo, dejando a un lado ese buenismo indolente.
Eres grande, Álvaro.
Todo un honor leérte por aquí Espartano.
Gracias por coger todo ese miedo, ese cansancio y demás dudas, y transformarlo en felicidad madridista
Un saludo
Puto amo. Pero lo que no entiendo es cuando dice que tal como habían ido las cosas el partido estaba donde queríamos, si aquel día le pegamos tal baño a los indios que teníamos que haber ganado sobradamente en los 90 minutos reglamentarios y no haber llegado a la prórroga en ningún caso. Ni con medio Madrid cojo fueron capaces de pasar del centro del campo.
Oh capitán, mi capitan!
Smokin, me has quitado el comentario, iba a poner exactamente lo mismo. Pues eso, que mejor capitán no podriamos tener que nuestro espartano. ¡Oh, capitán, mi capitán!
Cibeles, casi siempre de acuerdo contigo
Alvaro Arbeloa, puro madridismo.