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Las uvas de la Liga

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Madrid, 31 de diciembre de 2020

 

La cocina de la familia Zidane está concurrida, hasta los topes de uvas, Ligas y Champions.

—Zidane, si hoy Lucas Vázquez nos hace una foto cenando como en Nochebuena, recuerda decirle al niño que se quite la gorra, que parece que le ha molestado a mucha gente en las redes sociales —dice Véronique con retintín a su esposo mientras termina de liar una fuente de croquetas.

—Ya sabes, los chicos, siempre a su rollo. Déjalos que camelen, Véronique —responde Zidane en tono rueda de prensa mientras prepara unas centollas —. Lo importante, cari, es comprar el marisco en los meses con erre, como hemos hecho. Ese es el conceto.

Los Zidane preparan la cena de Nochevieja en armonía y sin hacer cambios. Enzo se encarga de colocar el tubo de escape en la mesa y Luca Zidane, las uvas. Lucas Vázquez, de acuerdo con el propio Zizou, decidió hace un par de años trasladarse con su familia a la casa del entrenador francés y poner en venta la suya. Tanto espacio era un dispendio y, de ese modo, con la plusvalía obtenida por la venta del inmueble, pudieron ayudar a numerosos colectivos desfavorecidos. A cambio, Lucas sería el fotógrafo oficial domiciliario de los Zidane. Poca gente sabe que el Sr. Vázquez es como Robert Capa, pero en gallego. De modo que ahora son convivientes y allegados.

Zidane Véronique esposa

—Lucas, pon en la tablet el Skype ese para llamar a Marco. Y luego me programas el vídeo, que quiero grabar el especial de Martes y Trece —indica Zidane a Vázquez que, además de un reputado fotógrafo, es un experto en tecnologías de ayer y hoy —. He visto en el teletexto que empieza a las diez de la noche.

—Me ha mandado un WhatsApp Asensio, míster —indica Lucas—, se está peinando el tupé, ahora nos llama.

Mientras marco se peina, Zidane y Lucas aprovechan para jugar a la petanca en el jardín de la vivienda. Ambos son carne de partida y paseo por el parque cuando se jubilen. En ese instante, suena la tableta, es Marco.

—¡Pero qué pelazo tienes, Marco! —exclama Lucas a su amigo extremo.

—Es incomparable, macho —apostilla Zidane con los ojos achinados para hacer la gracieta.

—Me lo lavo con jabón Lagarto y me se queda fenomenal —presume Asensio.

La charla transcurrió como suelen transcurrir todas las conversaciones vía Skype entre Zidane, Lucas Vázquez y Marco Asensio en las Nocheviejas de 2020. Aprovechan que se sienten a gusto y comparten cena a través de la pantalla. ZZ le enseña las croquetas a Marco por la cámara de la tablet y se las zampa de manera burlona.

Cuando quedan veinte minutos para las uvas, es decir, en el minuto setenta del prepartido uvil, Zidane adopta un tono más responsable:

—A ver, chicos, sabéis que la prensa no tiene ni idea de lo que pasa aquí y nos da palos por todos los lados —comienza el míster—. No os preocupéis, yo confío en vosotros. Marco, sabemos que el proceso de recuperación de tu lesión es muy largo, y va a ser más importante que aguantes psicológicamente la presión de los prisas que otra cosa. Lucas, macho, tú eres la leche, sigue a tope. Sé de qué os hablo, yo ya pasé por esto; tras ganar la última Liga de Campeones, llamé a Florentino y le dije: “Presi, lo dejo, esto es muy estresante. Interesante no, estresante”. Luego lo superé y mirad.

Marco y Lucas sonrieron al unísono.

Marco Asensio Lucas Vázquez

—He pensado recuperar vuestro año 2017 jugando como extremos, cuando teníamos dos onces brutales —continúa Zidane. Marco, tú vas a volver a la izquierda y tú sigues en la derecha, Lucas. Los dos tenéis desborde, pase y gol. Así que tengo un plan, vamos a ensayar esta noche con las uvas: os las vais a centrar uno a otro a través de la tablet y tenéis que coméroslas sin que caigan al suelo. Os servirá de entrenamiento para el próximo partido contra el Celta.

De primeras, Lucas y Asensio se quedan estupefactos, pero piensan: cosas más raras se han visto, como ganar cuatro de cinco Champions sin jugar a nada. Así que se miran y dicen: ¿por qué no?

Los dos amigos se preparan y, cuando Anne Igartiburu y Ana Obregón anuncian los cuartos, Marco coge carrerilla y Lucas se prepara para saltar. Al comenzar las campanadas, Asensio centra una uva a través de Skype y Lucas la engulle saltando de cabeza. Acto seguido, Lucas Vázquez filtra una uva a Marco, el cual procede a devorarla hasta la red de la campanilla sin que se le caigan los anillos. Y así hasta doce, aunque Zidane se interpuso y remató a la boca la número nueve de volea.

Con el Año Nuevo, el hijo de Zidane se levanta de la mesa y reconoce: “Me quito el sombrero” y se zampa la uva número trece, por aquello de las Copas de Europa.

 

Fotografías: Getty Images.

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Redactor jefe de La Galerna.

2 comentarios en: Las uvas de la Liga

  1. Ja ja jaaaa. Lo mejor, el último párrafo. Creo que voy a añadir una uva más la próxima nochevieja (quizá, dos más). Hala Madrid.

  2. Muy divertido, como siempre.
    A parte de Lucas V boca abajo, y las uvas recién vendimiadas, lo único que me rechina de la foto es la gorra de mayoral que le ha prestado Ramos a Enzo. Me rechina aunque no estoy en las "redes sociales". El resto está todo muy puesto en razón.
    Saludos y cuidado con no atragantarse con la sorpresa del roscón.

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