Esta que nos ha llevado ya hasta noviembre pasaba por ser la temporada de la consagración definitiva de Marco Asensio como una gran estrella del fútbol mundial, y como algo más importante que eso: como la gran estrella del Real Madrid, codo con codo con los años del dorado atardecer de Cristiano. Es noviembre y la asunción de que esta era su temporada no se ha confirmado ni desmentido sino todo lo contrario, parafraseando a Tono y Mihura. Es solo noviembre, es pronto. Los finales son en mayo y los parciales son en febrero, pero noviembre es mes de controles por sorpresa.
La consagración de Asensio está en stand-by, que es como decir en tierra de nadie, en el ámbito indeciso de la tibieza. No se le puede reprochar que juegue mal o que no ponga interés, pero tampoco puede decirse que se haya instalado definitivamente en la excelencia que apunta o que haya echado la puerta abajo, parafraseando a Camacho ahora. La puerta está intacta, sometida si acaso a un gentil y ocasional, tímido golpeo de nudillos, pero intacta. Acusan a Zidane de encamarse con Benzema pero habría que analizar si el otro aspirante natural a acompañar a Cristiano en la delantera (para mí el puesto ideal de Asensio es el de segunda punta) está explotando, o incluso si está haciendo todo lo necesario para explotar. A día de hoy hay tantas razones para afirmar que sus opciones de romper en crack permanecen intactas como para advertir cierto estancamiento. El club ha hecho una fuerte apuesta por él (no económica porque su adquisición fue una verdadera ganga pero sí en el terreno deportivo, absteniéndose de realizar fichajes de relumbrón confiado a la eclosión del mallorquín, o eso se ha dicho) y se podría debatir durante horas si hay ahora mismo más o menos motivos que en agosto para confiar en él como la piedra sobre la que el madridismo edificará su iglesia. Porque hablamos de eso. Hablamos demasiado, siempre, eso también es verdad, de Asensio y de todos los demás.
Asensio tiende a hacer dos tipos de partido: en el partido A, aparece poco pero es absolutamente decisivo merced a alguna acción estratosférica. Cuando decimos que aparece poco lo decimos literalmente (sale desde el banquillo) o en lo relativo a su impacto en el juego. No tendríamos nada que objetar si Asensio se decanta por ser ese modelo de jugador. Ronaldo Nazario jugaba los partidos completos pero intervenía poco, sin que este hecho hiciera aflorar queja alguna: aparecía cuando tenía que aparecer para convertir en fútiles los esfuerzos de todos los demás, revelándose crucial en su súbito aflorar desde el silencio. Asensio apunta a esto a veces. Con la calidad que tiene, nos conformaríamos.
En el partido B de Asensio, interviene mucho y con criterio pero con algo parecido a un exceso de prudencia, una falta de arrojo, un apunte de atinada pusilanimidad. El de Chipre fue un partido B de Asensio. Por un lado hace muy bien en no arriesgar y jugar para el equipo, pero algo nos dice que no es el cumplimiento de los cánones de su partido B el que va a convertirle en la descomunal figura que insinúa. Es la audacia, y no la pulcritud, la que va a hacerle grande. Asensio nunca juega mal porque no sabe. Para él, jugar mal es hacer un partido B, tan irreprochable como inocuo. No más partidos B, Marco. Con tu extraordinaria calidad, un partido B es para ti un mal partido.
Asensio hizo un día un partido C. Fue en el primer partido de Liga de esta temporada en el Bernabéu, ante el Valencia. El equipo empató, pero la gente se fue feliz del estadio por lo que le vio hacer. Se vació, pidió constantemente el balón y fue continuo en su despliegue de talento. Se echó el equipo a la espalda y obnubiló con su pierna izquierda, percutiendo una y otra vez sobre la pasmada defensa che. Marcó dos goles.
Si Asensio hizo una vez un partido C, lo puede hacer no siempre (eso es imposible) pero sí muchas veces. Sí, lo sé: hay que pasar por B para llegar a C, porque A es actitud inicial demasiado snob para hacer abundante la cosecha. Así que tal vez vuelva a demostrar mi total desconocimiento del deporte rey al pedir a Asensio que no facture más partidos B. Quizá están en su camino, quién sabe.
Lo que sí sé es que es mucho lo que se espera de él, y que yo no pienso levantarme de mi butaca hasta que la película transcurra por donde el guionista determinó desde el principio. Hablamos de una leyenda en ciernes, y no descansaremos hasta que se caiga ese apellido.
Excelente artículo. Seguimos esperando que Asensio confirme lo que promete.
No quiero más partidos en los que no se sabe si es chicha, o si es limoná...
Saludos
Por un lado dices "Lo que sí sé es que es mucho lo que se espera de él" y por otro "La consagración de Asensio está en stand-by". Asensio no llega a 23 AÑOS y usas estas palabras, pero por nada del mundo usas esas mismas palabras con el "DELANTERO MODERNO". Esto es una verguenza el proteccionismo que tienen con el quien de verdad hace daño al madrid. Atte: Meritocratico
Está bien. "La consagración de Benzema está en stand-by". ¿Satisfecho?
Lo que está claro es que Asensio parece que ha llegado a un valle y no tiene la efervescencia que tenía en verano... nada preocupante, por otra parte, puesto que es una perla de futuro (con mucho presente ya). No hay que buscar excusas en lo externo, en que si está triste porque Zidane no lo pone de titular contra el Paleti, en que si sabe que cuando la BBC esté entera se irá al banquillo que si mimimimi ... la realidad es la que es y ahora mismo el bueno de Marco no está al nivel de hace 2 meses (como algunos jugadores, caso de Modric, Kross ...).
La culpa es de los de siempre, que en Agosto lo pusieron ya al nivel de CR, Neymar y Messi, y el chaval pues se lo habrá creído un poco... lo bueno es que "los de siempre" dicen que la culpa es de Zidane porque le ha minado la moral, porque Asensio sabe que en los partidos grandes jugarán los de siempre y entonces ya no se esfuerza. Tal es el nivel de paranoia de nuestra prensa patria, en la cual los jugadores españoles nunca hacen nada mal, y si lo hacen es por culpa de los demás.
En la cabeza de Asensio, más que en sus pies, reside la solución a la pregunta de ¿Adonde llegará?. Facultades tiene para llegar a ser grande, mentalidad ya veremos.
A mí también me tiene desconcertada, no parece el mismo en absoluto. No sé si es algo anímico o de estado de forma. No se le ve la alegría que antes irradiaba en el campo, ni el desparpajo, ni la confianza. También parece que no encuentra su sitio en el campo, bien porque el que le dan no es el mejor para él o simplemente porque no se halla, de ahí su erratismo. No sé a qué se debe este momento de intrascendencia, pero que este chaval ahora no atraviesa un gran momento lo vemos todos. Tampoco me vale lo que dice la canalla que se debe a la falta de continuidad. Quizá el problema de Asensio es que le están envenenando la cabeza con esas cosas, entre los medios y alguien más. Si es así que le dejen en paz, porque Marco tiene todo para ser nuestra estrella rutilante no tardando mucho. Que no se impaciente. Tiene tiempo, es joven, que no nos lo quemen que es la impresión que tengo, ni me le quieten esa alegría y esa sonrisa tan suya.
Saludos
Pues, siguiendo la nomenclatura propuesta por el redactor del artículo, yo difiero y creo que Asensio hará partidos C cuando le dejen jugar muchos partidos B y le valga para ser titular. La confianza le hará hacer partidos C. Además, creo que el problema de este Madrid es que muchos jugadores salen a hacer el partido A, cuando ahora mismo lo que necesitamos son once jugadores que saltan a hacer un partido C y vayan encadenando victorias aunque sea por 1-0.
Le va a parecer una tontería, pero con Asensio me pasa que no le he escuchado. No lo escucho todo, pero no es que se prodigue y, como con buena parte de sus compañeros, requeriría saber si es tímido, torero, germanico, brasileiro o confiante, para poder asegurar el lugar al que apunta. No creo discutible el hecho de talentos desperdiciados, porque un campo se les viene encima, la noche de Madrid les confunde, todo es pasta, no me reconocen o con lo que yo hago ya les basta, ......, no basta con la clase, en este caso descomunal, o cierto desparpajo, aún no sé si espíritu de equipo, muy necesario