Aquí no es allí

Seguro que recuerdan a Coco, el de Barrio Sésamo, dando gráficas explicaciones sobre las diferencias entre cerca y lejos, entre arriba y abajo o entre aquí y allí. Los niños que fuimos -y que, de algún modo, seguimos siendo- cuentan esas lecciones como hitos decisivos y ya festivamente imborrables. Con qué poco un muñeco azul de trapo animado (animadísmo) lograba dejar claros conceptos aparentemente sencillos que la edad adulta revela pelín más problemáticos. Sí, claro que aquí es aquí y no allí, pero que levante la mano quien no haya estado aquí -vale cualquier aquí- pero en realidad muy allí, es decir, cerca en apariencia, pero mentalmente allí, lejos y hasta muy lejos, más o menos como el diario As.

Porque en apariencia la portada de As sigue en la senda de celebrar la Supercopa lograda por el Madrid el pasado martes, con lo que una visión apresurada podría casi asegurar que el diario de Relaño está cerca, pero mucho nos tememos que, como suele ser marca de la casa, está en realidad bien lejos. Tal vez por edad, Relaño no gozó de las enseñanzas de Coco y acaso por eso confunde los términos de aquí y allí con excesiva ligereza (ya que no queremos pensar que lo haga con aviesa intención). Así que válganos hoy Coco como argumento de autoridad.

Una cosa es el Madrid y otra cosa es la selección española de fútbol. Qué sencillo parece, ¿verdad? Para entendernos y siguiendo en la clave apuntada, digamos que el Madrid es aquí y que la selección es allí (o viceversa), y que ponga cada cual las valoraciones que prefiera en ambos lugares. Que haya jugadores de aquí que a veces vayan (o puedan ir) allí no elimina la distancia ni la especificidad de ambos conjuntos, así como el que a veces compartan elementos no convierte a los citados conjuntos en el mismo, aunque solo sea porque ya nos dirán ustedes cómo demonios se puede compartir algo si no hay previa y clara separación. Si esto es así (y creemos evidente que es así), ¿a qué viene el antetítulo que nos hace leer hoy la portada de As?, ¿a santo de qué eso de "los jugadores nacionales se reivindicaron [...]"?

No tenemos ningún problema -al contrario- en que el Madrid de la Supercopa haya triunfado con bastantes jugadores españoles en el once, lo tenemos aun menos con el hecho de que haya ganado con varios canteranos (con perdón de la Masía), nos gusta especialmente el arrojo demostrado por Carvajal, el embrujo de Asensio, el vigor de Lucas Vázquez, el duende de Sergio Ramos en otra final más...

El madridismo se dice de muchas maneras y arrojo, embrujo y duende bien podrían ser tres de ellas. Pero que nos disculpe Relaño (y también el piperío) si consideramos que las virtudes señaladas no son más virtudes por el hecho de estar personificadas en jugadores nacidos en Camas, Curtis, Palma de Mallorca o Leganés, esto es, por ser futbolistas seleccionables ahora por Lopetegui y hace bien poco por Vicente del Bosque. Como diría Coco, el Madrid es el Madrid y la selección es la selección, y por definición, el uno no sabe de nacionalidades (o sabe de la integración armónica de todas las posibles) y la otra vive exclusivamente de una de ellas.

Perdonen si pensamos que, sin menoscabo alguno del segundo conjunto, analizable en otro contexto y lugar, no es valor menor el de que poco nos importe el lugar de nacimiento de un jugador para sentirlo bien cerca, para que sea uno de los nuestros, para no utilizar nuestros elogios en contra de otros que han nacido más lejos. Y mucho nos tememos, porque lo hemos visto más de una vez, que esto último es lo que propician portadas como la que hoy nos trae As. ¿Se imaginan un buen partido de Pepe y Cristiano (los ha habido muchos) seguido por un antetítulo tal que "los jugadores portugueses se reivindicaron"?

En el Madrid no puede destacar un jugador español sin que ya mismo sea debate nacional (nunca mejor dicho) que ese jugador no sea titular o no tenga los minutos que diga alguna prensa que merece; o dicho de otro modo, en el Madrid no puede destacar un jugador español sin que automáticamente se alcen voces desconsideradas contra aquel extranjero que "le quita el puesto" (pónganle más comillas todavía); o dicho aun de una tercera manera, en el Madrid no puede destacar un jugador español sin que sea puesta en cuestión la labor alineadora del entrenador de turno y hasta la política de fichajes de Florentino, por el dizque golpe de talonario para traerse a un tipo pongamos nacido en Cardiff teniendo tan cerca a un tipo nacido al lado de casa.

Qué raros seremos si simplemente queremos para nuestro equipo esa cosa tan peculiar de que jueguen los que mejor estén en cada momento, los que mayores posibilidades nos concedan de ganar, los que más puedan hacernos vibrar, los que más madridismo expliciten en cada jugada, hayan nacido en Rota o en Tegucigalpa, esto es, sean luego convocados allí, ya sea por España o por Honduras. Y todo ello sin segundas intenciones, sin ejercer de policía aduanera, sin utilizar los arrojos, los embrujos y los duendes de algunos contra los de otros, sin que el pasaporte determite nuestras preferencias.

Puede que sea bien difícil ver apenas un detalle de flamenco en Toni Kroos, ni falta que nos hace.