El 15 de mayo de 1966 Real Madrid y Real Betis protagonizaron el encuentro más extenso y agónico de la historia del coliseo blanco. Alrededor de 150 minutos de juego dividido en el tiempo reglamentario de 90’, una prórroga de media hora con dos partes de 15’ y tres prórrogas complementarias de 10’ cada una. Aún no estaba instaurada la tanda de penaltis en choques oficiales y debía concluir la eliminatoria aquella noche con un vencedor.
El partido correspondía a la vuelta de cuartos de la Copa del Generalísimo, en un cruce que quedó encuadrado entre medias de la final de la Copa de Europa que los blancos jugaron ante los yugoslavos del Partizan de Belgrado. El duelo de ida en Heliópolis se celebró tres días antes de la final continental y el Real Madrid fue con el equipo B. Miguel Muñoz tenía claras las preferencias y mandó a Sevilla a los menos habituales. No fue ni siquiera él y la persona encargada de dirigir a los blancos fue su segundo, el siempre leal Moleiro.
En el campo bético se pudo ver a los veteranos Puskas y Santamaría (fue el último partido oficial de ambos con la casaca blanca), a Manolín Bueno, eterno sustituto de Gento, a un renqueante Betancort tras su lesión ante el Inter, a varios clásicos de la plantilla como Félix Ruiz, Miera y Casado o a futbolistas con muy poco protagonismo durante el curso como Jaime Blanco o García-Ramos. El Real Madrid igualó dos veces el marcador con tantos de Bueno y Blanco pero finalmente los verdiblancos se llevaron el triunfo por 3-2 con un doblete de Rogelio y un tanto en la segunda parte de Azcárate.
El día de San Isidro tuvo lugar la vuelta con el Real Madrid ye-yé recién proclamado campeón de Europa por sexta vez. Por ello, la afición le brindó un caluroso homenaje al equipo. Así lo contó MARCA: “En los prolegómenos del partido se tributó un homenaje al Real Madrid por su reciente triunfo en la final de la XI Copa de Europa. Representantes de las Peñas madridistas hicieron pasillo al equipo hexacampeón, que seguidamente dio una vuelta de honor al campo, entre aclamaciones de ¡Hala Madrid!, portando Gento la sexta Copa europea. Ríos, capitán del Betis, hizo entrega a Gento de un ramo de flores”.
Muñoz apostó por la Copa y buena parte de los titulares en Bruselas lo fueron en el Bernabéu. El XI que sacó fue muy competitivo con Araquistáin; Pachín, de Felipe, Miera; Pirri, Zoco; Serena, Félix Ruiz, Jaime Blanco, Velázquez y Gento. De la final de Bruselas repitieron ocho hombres, faltaron Sanchis, Grosso y Amancio.
Ninguno de los 60.000 espectadores que asistieron al partido se imaginaba un duelo tan largo, extenuante y épico. Un gol de Gento en la primera mitad igualó la eliminatoria y el tanteo ya no se movió el resto del tiempo reglamentario. En la primera mitad de la primera prórroga Pirri batió al arquero Vega para marcar el que parecía el tanto definitivo. Sin embargo, en el minuto 118 apareció por primera vez el héroe verdiblanco de la noche: Landa. La defensa blanca con de Felipe y Miera no acierta a despejar y el 2-1 aboca a otra prórroga.
El 15 de mayo de 1966 Real Madrid y Real Betis protagonizaron el encuentro más extenso y agónico de la historia del coliseo blanco. Alrededor de 150 minutos de juego dividido en el tiempo reglamentario de 90’, una prórroga de media hora con dos partes de 15’ y tres prórrogas complementarias de 10’ cada una. Aún no estaba instaurada la tanda de penaltis en choques oficiales y debía concluir la eliminatoria aquella noche con un vencedor
Con la llegada de la primera prórroga complementaria afloró también el cansancio extremo en varios jugadores madridistas. Serena o Velázquez acusaron la fatiga y con sendas cojeras debieron ser atendidos por los masajistas merengues. Miera también cayó a causa de un tirón. En la segunda prórroga complementaria, en el minuto 136, se le multiplicaron los problemas al Real Betis (Girón y Ríos estaban tocados) con la expulsión de Frasco. La crónica de MARCA de Jesús Fragoso lo detalló así: “Frasco – uno de los más destacados por sus violencias y desplantes – lanzó contra el público un balón para protestar por un córner señalado (que, en efecto, no lo era) y fue expulsado del terreno de juego”.
El Real Madrid viendo al rival con diez hombres apretó, y cerca estuvieron Gento y Pirri de conseguir el gol del pase a la siguiente ronda. Sin embargo, el resultado continuó inamovible y se vino la tercera prórroga complementaria. Los futbolistas mostraban grandes signos de cansancio aunque las piernas de los merengues delataban más plomo por lo acaecido en el estadio Rey Balduino cuatro días antes. El epílogo para tan maratoniano encuentro llevó la firma de nuevo de Landa en el 149’ al recibir un pase de Antón, deshacerse de Pedro de Felipe y con un chut a media altura superar a Araquistáin para colocar el definitivo 2-2. Así zanjó el Real Betis su clasificación para semifinales y se pudo dar una gran alegría un mes después de consumar su descenso a Segunda división.
En declaraciones a los medios algunos jugadores del Madrid hicieron visible su enfado y decepción. Zoco, molido a golpes y con moratones, declaró: “Cuando se sucedían las prórrogas a mí me daba miedo. Me lo estaba temiendo. Un rebote, un gol y ¡se acabó! ¡Con la cantidad de oportunidades que tuvimos nosotros…!”. Félix Ruiz hizo autocrítica comentando que “el Betis se ha encontrado con nuestro juego y ha hecho su partido. Nosotros no jugamos bien”. Por último, un lesionado Velázquez en el tendón se mostró sorprendido por el juego de los verdiblancos: “Lo que yo no entiendo es que un equipo que lucha como lo hace el Betis haya bajado a Segunda…”.
En cuanto al técnico Muñoz, aseveró que la “eliminación es injusta” y se quejó amargamente por el calendario: “Lo que no se puede aguantar es tener que sacar un equipo magullado, hecho polvo, que ha tenido que disputar una final de Europa; que jugó el domingo; el miércoles, otra vez; nuevamente el domingo y, si hubiéramos ganado hoy, el jueves en Bilbao. Y después se nos pone un límite de veinticinco jugadores para hacer frente a todo esto. ¡No hay derecho!”. Y es que el Real Madrid, de la mano de su gerente Antonio Calderón, pidió a su rival y a la Federación una moratoria de 24 horas dada la excepcionalidad de las circunstancias pero su petición fue rechazada. También, se había descartado previamente la opción de un partido de desempate por la urgencia de cerrar el calendario y la Copa para que la selección comenzase a preparar el Mundial de Inglaterra del mes de julio.
Las luces del Santiago Bernabéu se apagaron más allá de la medianoche en un encuentro que había dado comienzo a las 20 horas. Fue el partido más largo de la historia del coliseo madridista y probablemente del fútbol español.
Vaya historia, qué interesante. Y me llama la atención que ya entonces teníamos jugarretas de estas del calendario, y que las solicitudes del club para modificarlo por prudencia o por equidad de la competición eran desatendidas. Igualito que ahora. Qué raro, pensando en que el Madrid controla la Liga, la Federación, las televisiones, los medios, los comités y ya entonces, "como equipo de Franco" (eso dicen algunos ceporros), todas las competiciones.
jajaja sí. Para ser el equipo del régimen teníamos poco peso en las decisiones y las instituciones. Ese día Franco no le atendió la llamada al club.
Me has pisado el comentario. Totalmente de acuerdo.