Gracias, antimadridistas

El Real Madrid estará siempre en deuda con los antimadridistas. Sí, sí, con los antimadridistas, habéis oído bien. Han sido ellos, los antimadridistas, quienes más han colaborado a la forja de la historia de este club deportivo único e inigualable, el mejor desde mi modesto punto de vista. Un madridista comprende perfectamente y a la primera que a veces su equipo no pueda ganarlo todo, un antimadridista jamás. Al antimadridista todo le parece poco para el Real Madrid, Ligas, Copas de Europa, Intercontinentales, Mundiales, Copas... Cuando, como ha pasado ahora, el Real Madrid no gana Liga o Champions, el madridista lo entiende y exclama "¡Bueno, no se puede ganar siempre!". El antimadridista no, el antimadridista se ofusca cuando el Real Madrid se queda en blanco y habla de fracaso si no se gana todo. A diferencia del madridista, que a veces duerme o se va al cine o se marcha al campo, el antimadridista jamás descansa y vela las veinticuatro horas de todos y cada uno de los días del año para que el Real Madrid no se desvíe de la línea recta, que consiste en ganarlo todo siempre.

Es tan curioso este país que a veces te encuentras con lo que podría ser falsamente interpretado como una paradoja cuando, en el fondo, no lo es en absoluto para quienes sabemos que no existe en el mundo un aficionado más exigente con el Real Madrid que el antimadridista. Y es que en ocasiones te topas con antimadridistas tratando de explicarle a madridistas... ¡cómo se gana una Copa de Europa!... Resulta entrañable observar a un seguidor del Atleti, del Sevilla o del Valencia, que no saben ni la forma que tiene el asa de una Champions, intentando convencer a un madridista de lo que se ha hecho bien, mal o regular y del camino que se deberá recorrer la próxima temporada para conquistar... ¡La Undécima!... Semejante rareza se debe a que en el fondo, y como os vengo contando, no existe en el mundo un madridista más fiel que el antimadridista.

Y no os creáis que el antimadridista es sólo un resultadista, no, qué va. El antimadridista es además un moralista que no se ciñe únicamente a contarle a un madridista que hay que ganar siempre, sino también cómo hay que hacerlo. Por ejemplo: ¿Qué tiene que hacer un futbolista del Real Madrid si le arrancan los dientes de una patada en la boca?... Sonreír y poner la otra mejilla. Si al jugador X del equipo Y que el antimadridista tiene como tapadera para ocultar su madridismo se le ocurre, pongamos por caso, lanzarle la bota al asistente del árbitro o pegar un balonazo a un aficionado... ¡no pasa nada!... ¿Por qué no pasa nada?... Fácil: porque esos jugadores no son del Real Madrid y por lo tanto, y puesto que el antimadridista sostiene en serio que un futbolista del Madrid es más un sacerdote que un futbolista, los demás sí tienen barra libre.

Y acabo, aunque este tema dará para mucho más en el futuro. El antimadridismo engloba, claro, al periodismo antimadridista. Un ejemplo de periodista antimadridista es Alfredo Relaño. A Relaño le parece "impresentable" el trato que el Real Madrid está dando a Ancelotti, que esta temporada no ha ganado ni Liga ni Champions, porque desde el club no le han dicho aún si sigue o no sigue. Sin embargo Relaño pasa de puntillas por el trato que el Barcelona está dando a Luis Enrique, que acaba de ganar la Liga y es favorito indiscutible a conquistar Copa y Champions. Esta doble vara de medir se debe única y exclusivamente a que el antimadridista Relaño, que cuando se ganó La Décima no dijo ni "mu" de la ausencia de un director deportivo y ahora sí lo echa mucho de menos, quiere que el Real Madrid, y por ende su presidente, lo ganen todo siempre. Y eso, queridos amigos, va a resultar un poco difícil pese a la permanente preocupación y el profundo desvelo de los antimadridistas, ¿no créeis?...