Anticrónica del Boca-River

Me gusta ser cronista. Lo acabo de descubrir. Me pasó lo mismo con mi afición por Boca Juniors. Llegó este viernes, de golpe, hacia las dos de la madrugada. Un par de horas antes estaba tan tranquilo, retozando en el sofá, con el portátil entre las piernas y sin tener muy claro a qué equipo apoyar, cuando me llegaron los ecos del encuentro y me puse a investigar.

Vi que tenía que tomar partido entre un equipo preocupado por el estilo, con una equipación rojiblanca, al que llaman Gallinas y que ha descendido a segunda división, y otro equipo, el que más veces ha ganado la Libertadores, el título más importante de América, y que presume de “Ganar a lo Boca”, es decir con coraje, garra y orgullo.

No sé ustedes, pero yo, a pesar de la insistencia de una gran mayoría de mis amigos madridistas para animar a River, veía ciertas similitudes de Boca con el Madrid, a pesar de que el Madrid no tiene comparación. Ellos, para convencerme, aparte de amenazarme con la expulsión de La Galerna…

- ¿Dónde queda la pluralidad, Jesús? A ver, dime, dime dónde queda.

- En mi entrepierna, bostero de mierda.

… argumentaban, como si se tratase de un dogma de fe, que la pertenencia de Di Stéfano a River me impedía bancar (vean, vean, como ya empiezo a integrarme) a Boca Juniors. Aquí he de reconocer que me entraron ciertas dudas, hasta que me di cuenta de que Di Stéfano entrenó a Boca y de pequeño confesó ser seguidor xeineze. ¿Hay algo más genuino que las raíces? ¿Acaso Di Stéfano pudo ser de Boca una época de su vida y yo no puedo?

A ver, yo soy muy del Gallo Claudio y de Marty Mcflay: “A mí nadie me llama gallina”, así que vayamos al partido, bueno, a lo que he podido ver del partido. ¿A quién se le ocurre poner el partido a la misma hora que el Celta-Real Madrid? ¿Quién es el boludo recontrahijodemilputas que ha decidido poner los dos partidos a la vez?

Menos mal que mi mujer, al ver la cara de susto que se me había puesto por tener que hacer mi primera crónica, me dijo que fuese ordenado, que cogiese notas. Y eso he hecho. Un momentito que voy a por el papel. Vamos allá:

- Avisar técnico lavadora.

- Limpiar baño.

- Borrar historial Pornhub.

Perdón, no, no es esta. Ordeno un poco los apuntes y comienzo.

River arrancó mucho mejor que Boca, bien asentado en el campo, trenzando las jugadas, dominando el partido y con varias oportunidades muy claras: un buen tiro de falta a la escuadra y un remate de cabeza al que contestó con una gran parada el arquero (nota mental 1: apuntar los nombres de los jugadores para la próxima crónica).

Boca, a pesar de jugar de local, empezó mucho más atrasado, nervioso, como si le pesase el escenario y el partido. Mi único consuelo es que Boca no estaba jugando a nada así que era cuestión de tiempo que marcase un gol. Y así fue, en el minuto 34 marcó Ábila (nota mental 2: no hace falta que apunte los nombres, los puedo buscar en crónicas mucho mejores que la mía a los cinco minutos de terminar el partido) con un doble tiro, el primero lo paró Armani con elegancia (nota mental 3: intentar no incluir chistes en la crónica) y el segundo, después del rechace, se coló en la portería entre el delirio de La Bombonera.

Aquí les confieso que a pesar de ser un hincha recién llegado a la disciplina de Boca me vine abajo y al minuto siguiente, cuando de un disparo cruzado empató Pratto para River, me vine arriba. El corazón te lleva por caminos que la razón no entiende. Mira que si al final soy de River. No sé, estoy un poco liado, perdonen mi ignorancia, no estoy acostumbrado a esto de las crónicas.

Poco antes del descanso, gracias a la legendaria pegada del Ma… Boca, Beneddeto puso el 2-1. La segunda parte continuó con la misma tónica, River Plate seguía…

¡GOOOOOOOOL DE BENZEMA! ¡VAYA GOLAZO!

Un pase medido de Modric, un control maravilloso de Benzema como si tuviese un imán en la pierna y un golpeo perfecto.

¡POR EL AMOR DE DIOS, KROOOS! ¡CÓMO PUEDES FALLAR ESO!

Ya, ya sé, pero qué quieren que haga. Entiéndame, juega el REAL MADRID, el mejor equipo del mundo. Voy a perder el tiempo yo con menudencias. Ni crónica, ni leches. Y hablando de leches, las del Celta, bajo la atenta observación del navarro Undiano Mallenco, han sido de órdago. Hacía mucho tiempo que no veía a un equipo tan cerdo. ¿Se puede decir cerdo en las crónicas?

En fin, que si quieren leer buenas crónicas sobre el partido del Real de hoy, aquí al lado tienen dos excelentes, una de Ramón Álvarez de Mon y otra de Quillo Barrios.

¡Ah! Lo olvidaba, el partido de Boca-River ha terminado con empate a dos goles. No, definitivamente no valgo para cronista. Mis disculpas.