Antagonismos

Es sabido que Batman no es nadie sin el Joker, que Sherlock Holmes se aburre sin Moriarty, que Pat Garrett necesita a Billy the Kid y que, salvando las distancias, Marca y As son hoy dos caras de la misma moneda. Si el primero mira el empate ante el Dortmund -léase el Borussia bueno, buenísimo- desde el fondo de la portería alemana, el segundo lo hace desde la red madridista. Si Marca hace una portada en voz activa, As opta por la voz pasiva. Si en el primer caso el protagonista es Benzema (dos goles y casi tres), en el segundo lo es Aubameyang, cuyo tanto postrero lleva a su equipo a pasar a la segunda fase de Champions como primero de grupo.

El Madrid sigue sin perder -y van 34 partidos- en la portada de Marca, mientras el Madrid "evita" a no sabemos cuántos rivales en la portada de As. Keylor Navas dobla rodilla en la visión de Relaño, mientras es Weidenfeller quien realiza tal gesto en la visión de Marca. Dos modos de ver lo mismo que sin embargo coinciden en el reivindicarse de Benzema con su doblete, sin saber nosotros que hacía falta tal reivindicación. Será que hemos estado despistados, pero también puede ser que para algunos basten los últimos diez minutos de una vida para poner en cuestión toda ella. El afán de sospecha es alargado para nuestra prensa deportiva, su amnesia selectiva es indignante.

Nos perdonarán en Marca si no vemos dulzura en el empate de ayer por la consecuencia de haber caído en un bombo supuestamente más benigno. Un partido con 2-0 en el Bernabéu que acaba en empate no nos deja dulzor en el gusto, sino amargura, si bien es verdad que no excesiva. Los jugadores querían ganar, como su brío demostró durante el partido; Zidane quería ganar, como quedó patente en sus declaraciones previas y posteriores; y nosotros queríamos ganar, como quedó escrito en el portanálisis de ayer. Así que por nuestra parte preferimos dejar la dulzura de los empates para los equipos que sepan disfrutar de cenas frugales.

En el mismo sentido, nos perdonará Relaño si le damos la vuelta a su planteamiento de portada para afirmar justo lo contrario de lo que en ella se afirma. Desde nuestro punto de vista no es el Madrid quien evita a ciertos rivales, sino ciertos rivales quienes evitan al Madrid, dicho sea no con arrogancia, sino con el convencimiento de que tanto Bayern, como City, como quien sea prefieren no enfrentarse tan pronto al vigente campeón de Europa.

Sin embargo, pese a que la tozuda realidad nos mostró un partido jugado para ganar sin mayor cálculo, el editorial de Alfredo Relaño dice hoy una cosa y su contraria, práctica demasiado habitual del director que nos dejaría perplejos en el caso de que no lo conociéramos y en el caso de que tuviéramos que hacer un comentario de texto de su idem. "Empate y sospechas", osa escribir el periodista tras reconocer que "el Madrid buscó el partido". Un "aquí huele a muerto, pues yo no he sido" de manual muy del gusto de la redacción de As, la enésima manera muy poco sutil de tirar barro contra la pared a ver si pega, el eterno ventilador esparciendo lo que ustedes ya saben.

Pero puestos a darle toda la potencia posible al ventilador, aquí tienen las portadas catalanas, a mitad de camino entre el victimismo acostumbrado por lo que pueda deparar el sorteo de Champions (¡incluso antes del sorteo mismo!), la descripción delirante del enésimo Armagedón blanco con Cristiano como becerro de oro y la carnaza de la supuesta "trama blanca" con una dosis extra de victimismo por parte de Mundo Deportivo.

Dicen allí que Cristiano -jo, tía- no es tratado igual que Messi por parte de la justicia y de la prensa. Dicen que "todo es sospechosamente favorable a Cristiano". No se les ocurra comentarles a los (ir)responsables de Mundo Deportivo que cabe la posibilidad de que la diferencia en el trato judicial (si es que la está habiendo o si es que acaba habiéndola cuando proceda, si procede) pueda derivarse lógicamente de la diferencia en las acciones previas de ambos futbolistas. Tampoco se les ocurra comentarles que ellos mismos, los de Mundo Deportivo, son prensa (oh, sorpresa) y que ya contribuyen lo suyo -y no son los únicos- a que la llorada diferencia en el trato mediático no sea tal. Sobre todo no se atrevan a mencionarles que no jalearíamos a nuestra estrella condenada por delito alguno en las puertas de los juzgados ni en las redes sociales. En resumen, no se les ocurra comentarles que nos pueden tomar por tontos todo lo que quieran, sin que ello signifique que nosotros lo seamos.