Ansu Fati va a la autoescuela

Buenos días. Quién lo iba a decir. El Real Madrid de Zinedine Zidane es líder en solitario en la clasificación de la Liga después de que se haya vertido sobre el equipo y sobre el propio entrenador francés más vitriolo del que nadie puede tolerar sin sufrir una merma en su dignidad y estado de salud mental. La máquina de soltar estiércol sobre los jugadores del mejor club de fútbol de la Historia tendrá que cesar. O no. Que se lo pregunten a Ricardo Sierra, aunque solo sea para que sea él quien deje de preguntar. Miserable la entrevista a pie de campo que el reportero le hizo a Lucas Vázquez al término del partido.

-¿Y a ti por qué no te salen las cosas?
-Yo contento.
-¿Contento por qué?

“Pues mira, Ricardo, un poco porque tú probablemente no lo estás”, habría sido la mejor respuesta para tanta inquina. Pero a Lucas Vázquez le falta la mala leche necesaria para actuar así, muy en consonancia con la ausencia de mala leche generalizada en el club, que tantas veces rehusa responder a las provocaciones. El caso es que hoy toca a la prensa reconocer el hecho objetivo del liderato del Madrid, y tanto Marca como As lo hacen hoy desde sus portadas sin hacer gala, todo sea dicho, de una originalidad excesiva.

Los goles fueron de los dos niños brasileños (Vinícius y Rodrygo), lo cual sirve tanto a As como a Marca para abrir el cajón de los tópicos y subrayar así su encaje en la dinámica del estereotipo cochambroso, sí, pero también la de su competidor. Brasileños = samba. Portugueses = fado. Alemanes = fiabilidad del motor. Liverpool = Beatles. Para qué buscar algo distinto si podemos aferrarnos al lugar común y encima mi competencia lo hace también, lo que quizá sirviera como atenuante si no fuese porque el tópico señala su condición en la abundancia de menciones. Ole, ole y ole (= españoles).

Lo más destacado del partido del Madrid aparece, con todo, en ambas primeras planas. Rodrygo marcó un gol impresionante nada más salir al campo, batiendo varios récords en una gloriosa maniobra que empezó con un control sublime: gol más rápido de un jugador que acaba de ingresar al campo y primer gol de un jugador nacido en este siglo en partido oficial en el Bernabéu. Ya te pregunta Quillo Barrios en su crónica dónde estabas tú cuando debutó Rodrygo. El chico va a ser un fenómeno.

Es verdad también que Vinícius lloró al marcar, debido a la tensión acumulada por los silbidos del Bernabéu. Al término del partido, de manera conmovedora, declaró que esos silbidos habían sido justos porque no estaba jugando bien. Nosotros nos podemos permitir disentir de nuestro querido Salpiquinho: hay que ser muy cabrón para abuchear a un niño.

La prensa cataculé, entretanto, prietas las filas, trata de desviar la atención sobre la galopante crisis que ha abierto en Can Barça la derrota en Granada, y prosigue con el hype de Ansu Fati aprovechando una inmejorable ocasión para mezclar cuestiones de DNI con cuestiones de ADN y sacar al chico feliz mostrando su identificación como si el lector fuera de la secreta. La que van a liar cuando el chaval se saque el carnet de conducir. De momento, si el Barça pierde en la próxima jornada, su primera visita a la autoescuela dará para portada.

En pequeñito, tan inapreciable como sea posible, aparece en esta portada de Sport todo lo que de verdad es (triste) noticia en el club catalán: la cena de “conjura” que más bien parece de motín antiBarto y (sobre todo) la renuncia de Puyol a volver al Barça. Qué negro ha tenido que ver el ambiente el ejemplar ex jugador para declinar aceptar el cargo.

Dejamos para el final la joya (y a la vez el enigma) del día. “Ansu momento”.  Nos preguntamos anhelantes si es un juego de palabras con “En su momento”. Si lo es, habrá que convenir que Mundo Deportivo merece el gallifante cum laude de la jornada, y desearos que esta os sea propicia. El Madrid, de momento, ya es líder y mira con optimismo el derbi del Wanda.

Hasta mañana, amigos.