Anoche soñé que volvía a Manderley

El análisis de las portadas de los periódicos deportivos de hoy

Casemirazo en el José Zorrilla para seguir enganchados a un Liga que estaba perdida mucho antes de perderla. Palazo de Luis Suárez en el Wanda para perder contra el Levante de Dani Cárdenas y Morales. El Madrid a tres puntos del líder, un Atlético, que aún con un partido menos, ya no parece ser tan sólido ni tan infalible como era hace apenas diez minutos, cuando todos (ay, en ocasiones incluso nosotros) consideraban su solidez y su infalibilidad como perennes. Como si la historia atlética no nos hubiera enseñado sus costuras; como si la historia blanca no nos hubiera confeccionado los mejores trajes con lo que propios y extraños llamaban retales.

Sí, amigos, como titula Marca, "ya está aquí el Madrid", convocado por un ensalmo en el que pocos confiaban, a fuerza de seguir queriendo cuando muchos habían desistido de hacerlo y ya preparaban sus cobertizos para la escasez de cosecha, para los truenos y las lluvias, para los vientos y hasta los huracanes. No podemos decir que fuera el de anoche en Pucela un estupendo partido de los nuestros, sobre todo por cierto descontrol defensivo, pero entre el alboroto demostró de nuevo Courtois (¿cuántas veces van ya para que sea tan ponderado como otros?) que es un pilar fundamental más grande de lo que mide, Modric volvió a no parar de seguir volviendo a bailar bajo la lluvia en su segunda o tercera adolescencia, Kroos no dejó de poner centros medidos de sastre pulcro, meticuloso e inspirado, y Casemiro la tuvo dos veces antes de que fuera la tercera la vencida para que sean solo tres puntos los que separan al Madrid del Atlético.

"Arde la Liga", titula As, y los colchoneros ya divisan humo en lontananza, ya desvelan pisadas conocidas a su paso, ya sienten pálpitos ancestrales, recuerdos no olvidados, "anoche soñé que volvía a Manderley", el eterno retorno de lo mismo, que se pinta de blanco la cara, que se canta con trece Copas de Europa, que se entierra antes de tiempo, que después del tiempo vuelve a tener tiempo para tener siempre (siempre) la posibilidad de volver a ganar. No hay hoy aficionado atlético que no reconozca en lo más íntimo el temor y temblor. No debería haber hoy aficionado madridista que no sepa que se puede, vaya sí se puede, de tanto haber podido otras veces.

También dicen que hay Liga en la prensa culé, pero lo dicen a medias, con la boca pequeña, como bien evidencian sus portadas a dos aguas, a dos espacios, en misa y repicando. Saben en el fondo que para ellos hay menos Liga, no solo porque su diferencia de puntos sea algo mayor, sino porque su diferencia de todo lo demás es también ancestral e inequívoca.

Por eso la posible vuelta de Pau Gasol les llena espacios y sonrisas, noticia que era confirmada ayer por todos los medios como un bombazo informativo que el propio Pau se ocupó de hacer explotar con un mensaje en sus redes sociales donde advertía, "al hilo de las noticias aparecidas", que aún no está "listo para volver a la pista". Coitus interruptus del que la portada de Sport parece hacerse eco, aunque manteniendo su "bombazo" en grandes caracteres, que para eso tenían una ilusión hace apenas diez minutos y ese tamaño de letra se ve de lejos en un quiosco.

Mientras, para Mundo Deportivo hay aún menos Liga y más Gasol. Es sabio ese medio. Conoce bien lo que la historia marca, obliga y concede. Sabe de sobra que, puestos a poder ganar lo que está perdido, no hay nadie que confíe más en el Barça que en un casemirazo en una fría noche pucelana.