Desde la cuenta de Twitter del Atleti a la del Barcelona. Desde Piqué a Rafa Nadal, pasando por Arbeloa, Pedro Sánchez y Gareth Bale, e incluyendo por supuesto un comunicado lleno de genuina emoción por parte de su club de siempre y para siempre, el Real Madrid. De todos los sectores del deporte, pero también de la vida política y social de España y de otros países, han llegado las manifestaciones de solidaridad con Iker Casillas al conocerse la noticia del infarto que ha sufrido esta mañana en el entrenamiento del Oporto.
Afortunadamente, la vida del (acaso) mejor portero de la historia del Real Madrid, y capitán del equipo durante largo tiempo, no corre peligro en este momento. Todo va a quedar, si todo va bien, en un susto terrible. Se recuperará, a buen seguro, completamente y con rapidez. Ése es el deseo de todos y ése es el mío, como lo es también el de todos cuantos componemos La Galerna. Aún ateridos ante la noticia, que refleja la extrema fragilidad de nuestras vidas, incluídas las de nuestros ídolos, sólo resta hacer votos para que esto quede en eso, en un susto, y para que Iker pueda sobrellevar de la mejor forma posible, rodeado de la gente que le quiere, una recuperación que probablemente conlleve un reto psicológico también. Pero todo es llevadero y hasta sencillo cuando te quieren, por estereotipado que el mensaje pueda sonar, por cursi o edulcorado que nos resulte decirlo. A Iker se le quiere mucho, muchísimo, y así se puede hacer todo, encajar la propia vulnerabilidad revelada, asumir el alejamiento (ojalá solo temporal) de los terrenos de juego, hacer caso de los médicos aunque a veces no gusten sus consejos. Todos, aunque muy especialmente su familia y amigos cercanos, vamos a volcarnos en ayudarle en lo que se pueda. Ojalá se pueda hacer algo, por poco que sea. Ojalá La Galerna pudiera hacer más.
La oleada de cariño desatado a raíz de la noticia ha obrado un milagro mayor aún que el de la armonía mundial. Me refiero al milagro de la armonía del madridismo. Todos los sectores de aficionados del club, algunos aparentemente irreconciliables, se han unido en la expresión de los mejores deseos para nuestro exportero que en realidad es nuestro portero, un poco como pasa con los presidentes de los Estados Unidos, que nunca pierden el título, ni siquiera tras su retirada. Para ser siempre nuestro portero, que es lo que es, primero tiene que ser nuestro. Y eso lo que hoy se ha visto. Es uno de los nuestros, y uno de los más importantes.
Ánimo, Iker. Estamos contigo.
Estamos todos contigo, Iker. Ánimo.
Los Santos se recuperan antes, venga Iker
Otra cardiopatía en el fútbol, menuda plaga...le deseo una pronta recuperación.
Vaya por delante que en ningún caso me alegro de lo que le ha pasado a Casillas, pero el hecho de que le haya dado un infarto no va a hacer que me olvide que se comportó como un mierda con el club y con los que amamos al Real Madrid y que ha sido de largo el peor capitán de la historia del club. Le deseo una pronta recuperación y que disfrute de su familia y se olvide del fútbol, pero eso sí, espero y deseo también, que en la vida tenga ningún tipo de vínculo con el Real Madrid al que tanto daño le hizo.
Y por supuesto jamás será mi portero.
Con todo el respeto y sin ningún tipo de acritud eso de "... los que amamos al Real Madrid...", sobra. Yo siento tanto o más amor hacia el Real Madrid que tú, y me parece una falta de respeto tu comentario. Aquí nadie reparte carnets de madridismo, cada uno tiene su opinión (absolutamente respetable), pero nadie está en posición de imponer sus ideas a los demás. Para ti Iker ha sido un mal ejemplo. Para mí, todo lo contrario. Y eso de "que tanto daño le hizo al Madrid"... telita.