Andrés Junquera fue portero del Real Madrid durante nueve campañas. En su trayectoria en la capital, Junquera sobresalió y entró en la historia por ser el séptimo guardameta blanco en lograr ser el arquero menos goleado de Primera División y conseguir así el Trofeo Zamora.
Junquera nació en La Felguera (Asturias) el 23 de abril de 1946. En su tierra empezó a destacar en época juvenil en la Cruz Blanca, lo que le llevó a fichar por el Círculo Popular de La Felguera que pronto se fusionó con la Unión Popular de Langreo. En el cuadro langreano jugó en 1964 en la categoría de plata. Dos años después, y nada más proclamarse el Real Madrid campeón de Europa, le llegó la oportunidad de su vida, declarando que “era un sueño. Mejor que eso no hay nada”.
El asturiano era un portero de gran envergadura: medía 1.92 cm y era muy ágil en todos sus movimientos. Además dominaba el juego aéreo y el día que estaba inspirado era un cancerbero espectacular y difícilmente batible.
En el club blanco se encontró con varias dificultades que le impidieron gozar de continuidad en el marco. El primero fue la gran competencia en el puesto con Betancort, Araquistain, Borja, Miguel Ángel o García Remón en sus años en el vestuario merengue. El segundo fueron varias lesiones como dos roturas de menisco y dos problemas oculares. Y el tercero algún caso polémico de indisciplina como en 1967, cuando viajó en coche a su localidad natal sin permiso del club y sufrió un leve accidente de tráfico.
Su debut se produjo en un amistoso de pretemporada ante el CA Osasuna, en el campo de San Juan, el 21 de agosto de 1966. Sin embargo, el estreno oficial no tuvo lugar hasta la Copa, en mayo de 1967, cuando jugó en los dieciseisavos en el Bernabéu ante la Gimnástica de Torrelavega. Al año siguiente, gozó de la confianza de Miguel Muñoz y terminó el curso con 27 encuentros, 22 de ellos en Liga en los que recibió 19 tantos y se proclamó Trofeo Zamora por delante de Iríbar o Sadurní. Este premio le convirtió en el séptimo de la historia de la entidad en conquistarlo tras Zamora, Bañón, Juanito Alonso, Vicente Traín, Araquistain y Betancort.
En la temporada 1968-1969, volvió a ser relegado al banquillo por Betancort y en la campaña siguiente se turnó la portería en Liga con el canario. Ese comienzo de curso, sin embargo, estuvo marcado por un grave error en la Copa de Europa ante el Standard de Lieja. En la ida se perdió por 1-0 en Bélgica y en la vuelta a los nueve minutos un disparo de Pilot no lo blocó bien y el balón se le escapó entre las manos para terminar entre las mallas. La remontada se complicó en exceso y el choque finalizó 2-3 con la consiguiente eliminación en octavos. Unos meses más tarde pudo resarcirse al ser el arquero titular en la Copa y levantar el trofeo tras ganar los blancos al Valencia por 3-1 en la gran final. Los tres años siguientes estuvo prácticamente en el ostracismo y vivió en primera persona el comienzo de una gran rivalidad en la portería del Real Madrid entre García Remón y Miguel Ángel.
A pesar de contar con apenas siete partidos en tres años, el asturiano no se dio por vencido y permaneció en el equipo. La confianza en sí mismo y el espíritu de lucha le permitieron tener una buena temporada 1973-1974, en la que le disputó la titularidad a García Remón. Fue su última etapa importante en el marco blanco con 17 partidos de Liga, aunque no tuvo minutos en la Copa que se levantó frente al Barcelona con una goleada por 4-0.
Un año más tarde, ya con Miljanic como técnico blanco, hizo las maletas debido a una rencilla con el yugoslavo y se fue al Zaragoza tras acumular un palmarés de cinco Ligas y tres Copas. En el equipo maño estuvo durante el ciclo de los ‘Zaraguayos’ con Arrúa, Diarte o Insfrán y, a pesar de que descendió a Segunda en 1977, pudo devolver al equipo aragonés a Primera en su último año como profesional en la temporada 1977-1978. Una lesión de rodilla le hizo colgar los guantes con 32 años.
En su vida posterior al fútbol se retiró a Sama donde estuvo ligado al negocio hostelero. En los últimos años sufría de las consecuencias del deporte de alto nivel y tenía artrosis y una prótesis en una de sus rodillas. Falleció el 6 de mayo de 2019 a los 73 años de edad.
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