Entrevistamos hoy a Federico García Lurker, colaborador egregio de La Galerna, que se distingue de tantos expertos en diversos temas deportivos y de otra índole por ser un completo lego en todos ellos, lo que no le impide opinar y pontificar (y en ello no se diferencia de los expertos aludidos anteriormente). Como colofón a su extraordinaria serie "Madridistas egregios", le pedimos que se atreva a poner nombres a un once ideal, por supuesto egregio.
Comencemos por la portería, ¿a quién colocaría bajo los palos?
Este es uno de los pocos puestos en los que no tengo ninguna duda; el portero titular es San Pedro.
Por supuesto, por supuesto, no hay elección mejor; y ¿en la defensa?
Aquí colocaría gente aguerrida, que sepa sufrir, mancharse de barro y de sangre y que no abandone jamás la posición. En los laterales pondría a Blas de Lezo y Agustina de Aragón; en el centro de la defensa, a Juan de Padilla, que es una persona que no pierde la cabeza fácilmente, y como hombre clave, dirigiendo la defensa, el emperador Carlos I, que tiene una autoridad que nadie discute.
Bueno, señor Lurker, perdone que le contradiga, pero yo diría que Padilla sí le discutiría esa autoridad; además podría haber una mala coordinación entre ellos; recuerde que en Villalar se las tuvieron tiesas.
Eso fue hace mucho tiempo, joven, y son rencillas olvidadas. Entre hombres de honor, lo que pasa en la llanura de Villalar se queda en la llanura de Villalar.
Si usted lo dice… Vamos con el centro del campo.
Ahí se necesita una cabeza bien organizada, científica: Isaac Newton es la elección natural. Junto a él situaría un buen estratega, como Julio César, y eso que llaman un box to box, alguien capaz de coger la pelota en una zona peligrosa y conducirla a terreno favorable: Moisés es el más adecuado.
Desde luego; si supo llevar a los hebreos de Egipto a Palestina, su capacidad de conducción es innegable. Nos falta la delantera.
Arriba dejaría a Alejandro Magno, que se ha revelado como un gran atacante, y le pondría como compañero a un genio, alguien imprevisible: Mozart es perfecto.
Señor Lurker, no puedo oponer ninguna objeción a su propuesta, pero sólo ha escogido diez jugadores; falta uno para completar el equipo.
Lo sé, no crea que estoy senil. Pero hay que tener en cuenta que el Real Madrid debe acostumbrarse a jugar con diez, por si pita Iturralde. En todo caso, como undécimo miembro del equipo me decanto por Martín Fierro, que sabe buscarse la vida solo, y además es argentino, como Di Stéfano. Un argentino siempre le viene bien a un equipo.
Magnífico. Y para acabar, necesitamos un entrenador, ¿cuál es su elección?
Pues fíjese, aquí me ha resultado difícil escoger. El primero en quien pensé para dirigir a ese fenomenal equipo, a esa magnífica orquesta, fue en Wilhelm Furtwängler, que une a su descomunal talento un nombre impresionante, pero luego se me ocurrió un candidato mejor (que me disculpen los melómanos la osadía de postergar al gran Furtwängler), alguien que nació para dirigir al Real Madrid: John Ford. A esta última elección me atengo.
Muchas gracias, señor Lurker. Disculpe si abuso de su amabilidad: ¿le importaría elaborar también una alineación egregia para un hipotético rival del egregio Real Madrid?
Naturalmente, joven. Quizá sería más adecuado hablar de alineación infame, pero no mareemos la perdiz. Adelante con los faroles.
Muy bien. ¿Quién sería el portero de ese equipo, señor Lurker?
En la portería debería estar Cerbero. Si la nuestra está defendida por San Pedro, que cuida la entrada al cielo, la Lógica exige que la suya esté protegida por quien guarda la del infierno.
Es muy lógico, en efecto. Como cancerbero, el can Cerbero. El propio Aristóteles no habría razonado mejor. Y ¿para la defensa?
Vellido Dolfos y Judas Iscariote ocuparían las dos alas.
Ha escogido usted a dos traidores, señor Lurker.
Así es. En el equipo infame juegan infraseres capaces de cambiar su voto a la presidencia de la Federación a cambio de favores. Junto a ellos, un plasta como Günter Grass (¿han leído algo más soporífero que El tambor de hojalata?)
Bueno, El rodaballo no es precisamente divertido.
Cierto, muy cierto. Y en el eje de la defensa, organizándola, puede jugar Stalin, que es un hijo de **** sanguinario, pero de defensa sabe un rato. ¿Ha oído hablar del sitio de Stalingrado, joven?
Algo me suena. De alguna película, supongo. Ahora los centrocampistas.
Un buen estratega es esencial ahí: Napoleón les puede dar mucho juego (será un ****ón con pintas, pero en cuanto a maestría en la estrategia no se le pueden poner pegas). Junto a él, y para el tipo de juego que desarrolla el rival, son perfectos Chaikovski, con sus florituras, sus saltitos y volteretas con el tutú y su cursilería, y Woody Allen, que es casi tan pelma como Günter Grass y además es un ejemplar químicamente puro de verborrea vacua, un tiquitaquero de manual.
Ya sólo hay que decidir la delantera.
En esa línea viene muy bien alguien que muerda; podría ser el protagonista de Tiburón (el pez, no Roy Scheider). En el centro del ataque, Wagner (la cabalgata de las walkirias es insufrible, pero motivadora para un bombardeo). Y para completar el equipo, algún individuo pendenciero, como Robespierre.
Desde luego es un equipo que da miedo ¿Quién sugiere usted para que lo entrene?
Para dirigir a esa banda hace falta un tipo sin escrúpulos que sepa tratar con gente de esa calaña y consiga que le teman y le obedezcan. En un principio, pensé en Al Capone, pero no acabo yo de ver a Napoleón ni a Stalin obedeciendo dóciles al mafioso. No, sólo puede dirigir a esa tropa aquel a quien han obedecido toda su vida: Satanás.
¡Demonio! Sí que es un míster capaz de helar la sangre. Muchas gracias por su amabilidad, señor Lurker. ¡Hala, Madrid!
Muchas de nada, joven. Es un honor ser entrevistado para La Galerna, como las ínclitas vacas de Setién. ¡Hala, Madrid!
Madridistas egregios:
Capítulo 1: Carlos I de España
Capítulo 7: Agustina de Aragón
Capítulo 9: Juan de Padilla
Capítulo 10: Blas de Lezo
Ja, ja, ja, muy bueno, casi nada que objetar, solo lo de Woody Allen. Me ha dolido.
Muy bueno.
Yo a Wagner lo pondría en el Madrid. "La Cabalgata de las Walkirias" me recuerda a ataques continuos, feroces, enérgicos, como el Madrid en una remontada. Su música acompaña perfectamente la búsqueda del "anillo de los nibelungos de la champions".
A Woody Allen, lo siento, Amiguete Barney, que se lo queden. Hace mucho que se dedica al tiquitaca en el cine, sobando los guiones, los actores y aburriendo. Además dirigió "Vicky, Cristina, Barcelona", síntoma de no sentir nuestros colores. En su lugar, podría haber hecho "Las mocitas madrileñas" .Para ellos, que se lo queden.
Un equipo maligno, dirigido por el Maligno.... um, déjeme pensar en el color de su equipación. ¿A qué sabe cuál es el segundo color favorito de Satán después del grana?
Jajaja. Muy divertido. Felicidades.
*que