El director de As, Alfredo Relaño, ha escrito un editorial a propósito del partido jugado por Leo Messi en Nervión, encuentro que concluyó con la victoria por 1-2 de los catalanes merced a una destacada actuación de Messi y (oh, sorpresa) del colegiado del encuentro. En su editorial (oh, nueva sorpresa), Relaño solo se refiere a lo primero. A lo de Messi.
Y para referirse a lo de Messi inventa Relaño un término: distefanización. "Messi distefaniza en el Pizjuán", viene a titular. Es de suponer que este titular no es el resultado de una sesión de ouija de las que pirran a Alfredo, porque me da la impresión de que su tocayo Di Stéfano, a lo largo de una hipotética comunicación extrasensorial, no habría acogido de buen grado el que alguien acuñara ese verbo para describir la actuación de un jugador que no fuese del Real Madrid. Cuánto menos menos habría aprobado que ese ejercicio de creatividad lingüística se ideara para retratar el juego del mayor estandarte del máximo rival.
Por distefanizar entiende Relaño -o eso se desprende de su editorial- emular el juego por todo el campo del gran (por oposición al pequeño) D. Alfredo, que lo mismo remataba en boca de gol que bajaba a crear al medio campo, apoyaba a los interiores o defendía en el área propia. Varios jugadores del Real Madrid actual distefanean con asiduidad o lo han hecho en partidos muy relevantes de forma muy reciente, y quien más ha destacado en esa distefanización es precisamente el heredero moderno de la Saeta Rubia, que no es otro que Cristiano Ronaldo.
Hay muchos ejemplos. Citaremos solo unos pocos. El gol de Cristiano en Anfield en la temporada 14/15, tejiendo desde el medio campo y con ayuda de varios compañeros una pared múltiple que termina en gol del portugués, es el paradigma de eso que Relaño llamaba distefanizar, pero Alfredo (el pequeño) no tuvo entonces la ocurrencia de acuñar el término.
La remontada del curso pasado ante el Wolfsburgo fue un ejercicio de distefanización a partido completo de Cristiano, que se echó el equipo a la espalda (como, por lo demás, en tantas otras ocasiones) para atacar, presionar, defender, meter miedo y meter goles (tres, para ser exactos, es decir, todos los que hacían falta para pasar la muy complicada eliminatoria). Salvo error u omisión, tampoco en esa ocasión se le ocurrió a Alfredo el pequeño trazar el paralelismo entre Cristiano y D. Alfredo (el grande).
La final de Milán fue otro claro ejemplo de su modo de tomar las riendas del equipo, a la manera de Di Stéfano, por parte del de Madeira. Jugó (sí) por todo el campo, e incluso le vimos en los últimos estertores del partido, cuando las fuerzas tanto flaqueaban y los calambres musculares cundían entre sus compañeros, correr como un poseso detrás de Griezmann en una peligrosa internada hacia al área del estupendo jugador francés. Aparte de escribir que el Madrid había ganado "de aquella manera", ¿tuvo al menos Alfredo el pequeño el detalle de alumbrar la ocurrencia -no tan audaz, pues ya otros muchos, con todo el respeto, la hemos apuntado en ocasiones- de comparar el liderazgo de Cristiano con el que en su día ejerció de Di Stéfano? La respuesta es no, o no que yo sepa.
Es posible que ningún futbolista, ni siquiera el mismísimo Cristiano, merezca ser comparado con el gran D. Alfredo. Pero nadie con un mínimo aprecio por el Real Madrid puede concebir la barrabasada de compararlo con Messi a través del alumbramiento de un verbo que tiene más de ofensa al madridismo que de auténtico hallazgo verbal.
Las musas son veleidosas. Qué culpa tendrá el pobre (y pequeño) Alfredo de que la ocurrencia no le asaltara en ninguna de esas ocasiones en las que fue un jugador del Madrid el que se pareció al más grande jugador del Madrid de todos los tiempos. Qué pena que no se le ocurriera -y mira que ha tenido oportunidades- a fin de loar la actuación de algún jugador del mismo equipo al que hizo grande (y del cual se sirvió para hacerse grande) D. Alfredo Di Stéfano, es decir, el Real Madrid C. de F.
Las musas son veleidosas, sí. Y en ocasiones, también, demasiado antiflorentinistas y filoculés como para brindar la inspiración cuando la ocasión es más propicia, esto es, en medio de la eterna (y por fortuna frecuente) gloria del Real Madrid. Digo "por fortuna", claro, sin tomar en consideración la opinión de Alfredo el pequeño.
Leo a Alfredo el pequeño desde hace años y con asiduidad. Hace tiempo devoraba sus artículos con verdadera admiración. Ahora lo hago con la curiosidad malsana de quien se acerca a cada nuevo disco de un cantautor en largo y tortuoso declive. Si por ventura me he perdido un artículo de Alfredo (que fue grande) en el que comparara a Cristiano, o a algún otro jugador del Real Madrid, con el inconmensurable Di Stéfano, hablando de la distefanización de su desempeño, emitiré las oportunas disculpas, aun con matices. Mientras tanto, consignó aquí mi indignación, con el debido respeto.
A mi me ha pasado lo mismo; yo también esperaba los artículos de Relaño e incluso los compartía en un foro de internet defendiéndolos y ahora no le soporto. Totalmente de acuerdo con todo el artículo.
Un poco mas y en AS declaran a CR7 retirado.
Buenas tardes y enhorabuena por este artículo que pone en su sitio al sicario de P.R.I.S.A. quizás
señalarle el desliz de asociar anti florentinismo y culerismo, cuando son dos
conceptos que nada tienen que ver, estoy seguro que no lo ha hecho a propósito, pero hay que
andarse con cuidado que hay mucho indocumentado y mucho analfabeto que confunde a veces
interesadamente la crítica con el anti madridismo.
Saludos blancos, castellanos y comuneros
Una lástima que este periodista se haya echado definitivamente a perder en los últimos años. En cierto sentido, es como el Wyoming de la prensa deportiva, se ha quedado sólo para adeptos acríticos que quieren sentir que piensan por sí mismos.
La mala baba de Little Fredo es evidente sino no se entiende que utilice al máximo símbolo del madridismo, D.Alfredo, para elogiar a la figura actual del Barsa; y no es que la comparación sea ofensiva, Messi es un jugadorazo de época, es que es ridícula ya que cualquiera de los que hemos tenido el privilegio de ver jugar a Di Stéfano estaremos de acuerdo, seamos del equipo que seamos, que en lo físico, en lo táctico, en lo anímico y en el liderazgo ambos están en las antípodas. Más lógico sería que hubiera utilizado a otros iconos del barcelonismo como Cruyff o Maradona que tenían un estilo más parecido a Leo, grandísimos partidos seguidos de desapariciones totales en otros. Pero claro esto no le serviría para manifestar una vez más el odio sarraceno que destila hacia el R.Madrid
Yo también le leía, pero eran otros tiempos. Ahora por no seguirle no sigo ni su web. Al enemigo ni agua
"Leo a Alfredo el pequeño desde hace años y con asiduidad. Hace tiempo devoraba sus artículos con verdadera admiración. Ahora lo hago con la curiosidad malsana de quien se acerca a cada nuevo disco de un cantautor en largo y tortuoso declive".
El largo y tortuoso declive de "Supimos Tardíamente", grupo de pop sofisticado y melancólico que primero fue un cuarteto y después, con la marcha del frágil y sensible Juanma Trueba, se quedó en un trío compuesto por Alfredo Relaño, Pedro Pablo San Martín y Carmen Colino.
A mí me pasó esto mismo, de manera mucho más acentuada, con Segurola. Segurola, elegante 'crooner' al que muchos llamaban "el Bryan Ferry vasco", y al que, como a éste, supimos tardíamente que le olía el aliento.
A mi tambien me ecantaba Juanma Trueba.
Pura y mala baba de Alfredo Relaño que desde hace mucho tiempo ha perdido el norte cargando tintas contra el equipo de sus amores por sus fobias personales. Pura esquizofrenia malsana que se ve claramente en las portadas del AS (no hace falta ni leerle) describiendo cualquier cosa del RM.
Hoy, día 8 de noviembre, Segurola se marca con su artículo "Bale es la nueva bandera" lo que en el mundo de los cómics se conoce como "retcon"; o sea, una continuidad retroactiva. Si antes el Bryan Ferry vasco decía que Bale "es un chico que no sabe jugar al fútbol", pese a que ya maravillaba con su juego asociativo desde la mediapunta (Bale, no Segurola) antes de fichar por el Madrid, ahora, obligado a reconocer la categoría de Bale (a la fuerza ahorcan), Segurola altera el pasado para que coincida con el presente, y nos sale con que Bale ha aprendido a jugar en el Madrid y en la Liga española.
Cómo de evidente debe de ser lo de Bale para que hasta quienes lo ridiculizaban tengan ahora que pasar por el aro. Trágala, Segurola.
Es que Alfredo lleva largos años empeñado en dejar constancia por todos los medios y agarrándose a lo que sea (la falsa distefanización de Messi puede valer como ejemplo) de una translatio imperii que no se acaba de verificar porque el Madrid, qué jodío, se resiste por todos los medios. Según esta teoría (más un desideratum que otra cosa) la hegemonía balompédica ha pasado, o está pasando, de Madrid a Barcelona y una muestra más sería que el “legítimo” heredero del futbolista total, del gran Alfredo, es el pequeño Lionel.
Esto es un mensaje, como ha visto bien Don Jesús, más dirigido a ofender los sentimientos del madridismo que a dar satisfacción a los antis, para los que el gran Alfredo, el enorme Alfredo, ni siquiera suele entrar en las ternas de mejores de todos los tiempos (Pelé, Maradona Messi).