Todos tenemos algún conocido -es difícil que personas así lleguen a ser amigos- capaces de defender una cosa y la contraria casi en la misma frase, según con quien estén hablando, según vengan los vientos, o según les beneficie lo uno o lo otro en cada momento. Contra estas personas no existe más hemeroteca que el recuerdo de sus interlocutores y la consecuente prevención que en ellos provocan a la hora de ponerse a conversar, cosa evitable para la buena salud. No es el caso de la prensa deportiva, que fija sus contenidos en papel, en Google y en la memoria de los aficionados, así como, modestamente, en este Portanálisis, que solo conversa con las portadas precisamente para fijar memoria y, con ello, separar a los conocidos de los amigos.
Hoy nuestro conocido se ha levantado lisonjero y lo saludamos con el ceño fruncido. Hoy dice que James no construye autopistas, sino que es la autopista misma. Dice que Keylor Navas impresiona y no es esa sombra que tan bien lucía -que tan poco molestaba- en el banquillo mientras Iker alargaba lo inevitable. Y dice que Bale... Bueno, dice que Bale mejora, simplemente mejora según Marca, sin que As diga ni siquiera una palabra sobre su más que notable actuación. Abrió el marcador el galés de cabeza, dio una asistencia de gol a Benzema y cerró la goleada con gloriosa patada desde el mismo centro de Cardiff, pero solo mejora, así, como en voz baja, sin que se entere nadie, y mucho menos Relaño, que está siempre a otras cosas. Bueno, no todo iba a ser regalarnos el oído. Algo de coherencia mantienen nuestros conocidos, aunque sea una coherencia tramposa e injusta, pero coherencia al fin.
Nosotros nos alegramos muchísimo por los tres protagonistas de anoche, y nuestra alegría es proporcional a la desconsideración que cada uno de ellos ha recibido por parte de la prensa. Nos alegramos por James, cuyo fichaje quisieron empozoñar -por supuesto sin aportar pruebas- catalogándolo de mera argucia económica y extrafutbolística, cuando el colombiano se nos antoja un talento fuera de serie no exento de sacrificio, simpatía y generosidad. Nos alegramos mucho por Bale, ese capricho de Florentino que no encuentra hueco en el campo, que lastra el ataque, que no habla español, que los isquios de Bartra, que tiene una hernia, que el gol de la Décima fue solo el de Ramos... Y nos alegramos muchísismo por Keylor, un profesional intachable, lleno de orgullo por pertenecer al Madrid, educado y -lo mejor de todo y lo menos que se dice- un portero formidable, como ayer (y no solo ayer) pudimos comprobar.
Léase nuestra alegría como desafío a tanto maltrato, como mirada alta, directa y sonriente a la cara de nuestras portadas de cada día, nos devuelvan la mirada o no, nos miren sus perpetradores o no, sigan diciendo lo que digan mañana, autopistas, hernias y De Geas mediante.
En Barcelona celebran un gol (sí, uno) de un defensa llamado Vermaelen (esperamos haber escrito bien su nombre). Hay en las portadas cierto exceso en la celebración, como quien hace esfuerzos por alegrarse, busca motivos hasta debajo del sofá y no los termina de encontrar, como quien convoca a los amigos a una fiesta y los amigos no saben muy bien a qué viene esa fiesta si se acaba de morir el gato; en definitiva, como quien exagera lo bueno e ignora lo malo, notable virtud esta (o vicio) que comparten Mundo Deportivo y Sport para su bien y para el mal de la realidad. De paso, se hace un homenaje al eufemismo hablando de victoria difícil y no de mal juego blaugrana, o de poca capacidad goleadora, o del más arriesgado y con un punto canalla aburrir a las ovejas, pero quiénes somos nosotros para censurar las veleidades literarias (?) de nadie. Y, por último, coinciden ambos medios en las quejas a los árbitros, y eso ya se nos antoja una terrible noticia, el fin de una era (que nunca existió), la caída del imperio del seny, la muerte de todos los gatos de color rosa chicle (que, por supuesto, tampoco existen, no como Vermaelen).
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4 comentarios en: Alegrías
Buenos y felices días, como o por lo menos supongo, ya no les leé ningún madridista, o digamos ya no les compran, las pulp fiction de la capital, que se podría traducir como ficción extraña, cada día se superan, sobre todo el ás, asi en minúsculas.
Bale mejora, con dos cojones y un palito.
Estos impresentables, cada vez que Usain Bolt, bate un record mundial, supongo que dirán lo mismo, al fin y al cabo un segundo no es para tanto.
Obviando esta hipérbole, ¿estos descerebrados, no se darán cuenta del ridículo que hacen?
Tenemos un portero, que aún no le han metido un gol ni de penalty, y resulta que tenemos un problema.
Hay frases, que creo ya no es que las escriban ni para los antimadridistas, sino sólo para sus mentes enfermas.
Llega un momento, que ya no te dan ni asco, ni pena ni rabia.
Si por un casual, que todo puede pasar en esta vida, me encontrara en un ascensor con Alfredo Relaño, me pegaría a la pared de la cabina, y aguantaría la respiración, hasta que el o yo bajasemos, porque he llegado a la conclusión que razonar con estos seres es como hacerlo con el virus del ébola.
Según mi opinión, están devorados, como escribió mi admirado Poe, por el demonio de la perversidad.
Sus ventas, caen día tras día, pero pareciera que prefieren autodestruirse, a ceder un ápice en sus apreciaciones, como si creyeran que sólo hay una imprenta, y que es suya. Ni imágenes, ni internet, ni nada que les haga sombra.
Todos, madridistas y no madridistas, por lo menos en su ensoñación diaria, somos no ya personas, que saben leer, y que tenemos, por lo menos la mayoría, ojos para ver.
No, somos un rebaño de ovejas, sordas y ciegas, a todo lo que no sea su ¿criterio?
Hay numerosas publicaciones, de todo tipo, documentales, libros, páginas web, etc. Que se plantean, o catalogan a las Corporaciones o Multinacionales, por su actitud de psicopatas, como por ejemplo, Inside Job. Pero aunque sea nocivo o este mal o bien, es para conseguir unos beneficios, sobre todo a corto plazo, el mayor posible.
Joder, y perdón por la palabra, pero me parece mucho más normal, lo que hacen el Sport o el Mundo Deportivo.
Escuchando la semana pasada al sr. Dees, se quejaba de que les salía gratis. No creo estar de acuerdo con él, de alguna u otra manera "pagarán" y pondré un pequeño ejemplo.
No creo que Paco González, tenga hijos con edad de escuchar la radio, o si le dejarán escuchar a papá, pero me pregunto, ¿cómo les explicaría que "a Benitez hay que quitarle el carnet de entrenador por no poner a James" ?
Lo siento, yo eso no me atrevería a decirlo ni en privado, a algún nene en el colegio se le puede ocurrir decir que su padre es un miserable. Y con eso no se juega.
Sólo recordar a MD y Sport las palabras del profeta del catalanismo Piqué: "no creo que los árbitros influyan".
Una característica tradicional del carácter inglés (sobre todo, el de clase alta) es el "understatement", que significa algo así como quitar importancia a las cosas, sub-reaccionar. Por ejemplo: un matrimonio da un paseo, cuando la mujer ve un elefante volando. Le dice a su marido:
-Querido, mira: un elefante volando.
Y el esposo responde:
-¿Mmm? Ah, sí. Verdaderamente.
Si el Marca fuera un periódico inglés, y si estuviéramos en la época victoriana, y si no supiéramos todo lo que sabemos sobre la línea editorial de ese periódico y de sus intereses bastardos (¡hola, Fernando Burgos!), diríamos que lo de la "mejoría de Bale" es un "understatement".
Hace unos días, Galahad dejó una frase que nos ha gustado mucho a varios de los que solemos comentar en La Galerna, a cuenta de un comentario de Ignacio Herrero Gil en el artículo de Ramón Álvarez de Mon "Una hazaña imposible hasta para el Madrid", que se puede leer aquí (si aún no lo han hecho): https://www.lagalerna.com/una-hazana-imposible-hasta-para-el-madrid/
La frase en cuestión es: "Suscribo hasta los espacios". Pues eso, DeSqueran, pues eso. ;))