El dueño por delegación del Paris Saint Germain , Nasser Al Khelaifi, se está convirtiendo en un protagonista imprescindible de la prensa europea y no solo por motivos deportivos, donde también está ocupando titulares desde hace ya bastante tiempo y no siempre por motivos positivos, sino por cuestiones que muy poco tienen que ver con el fútbol.
Libération, periódico de referencia en Francia, ha publicado esta semana una exclusiva de gran alcance sobre el turbio papel de Al Khelaifi en la presunta detención y extorsión de un empresario franco-argelino en su país, Qatar. No es misión de La Galerna entrar en este tipo de informaciones, para ello están los medios de comunicación de carácter general, pero sí que es necesaria una reflexión sobre un personaje que entró en el fútbol europeo como un elefante en una cacharrería y que, según han ido pasando los años y su gran proyecto global al frente del Paris Saint Germain ha ido acumulando fracaso tras fracaso, se le han ido viendo las costuras. Y cada vez lo que se ve gusta menos.
Esta misma semana, Al Khelaifi, hiperactivo, criticó el sistema de ‘palancas’ del FC Barcelona. El magnate se llevó las manos a la cabeza y puso el grito en el cielo. Lo de las ‘palancas’ azulgranas es de traca. Algún día se verán las consecuencias de vender las joyas de la abuela a toda prisa y se conocerá todo lo que está pasando de verdad entre bambalinas con acuerdos milmillonarios con fondos y empresas amigas que ponen encima de la mesa del club de Laporta ingentes cantidades de dinero. Dicho esto, que sea el presidente del PSG quien hable de ‘palancas’ es al menos paradójico.
Estamos hablando del presidente de un club-estado, con acceso a fondos que, hasta el momento, parecen inacabables. Un club con capacidad de fichar o retener a cualquier jugador del mundo, por inverosímil que parezca, sin mirar la cuenta de resultados. Para Al Khelaifi, el balance y el cuadrar ingresos y gastos no existe. Su chequera no se agota.
Libération, periódico de referencia en Francia, ha publicado esta semana una exclusiva de gran alcance sobre el turbio papel de Al Khelaifi en la presunta detención y extorsión de un empresario franco-argelino en su país, Qatar
Al Khelaifi también ha cogido la mala costumbre de bajar a vestuarios a hablar con los árbitros cuando no le gusta lo que ha visto sobre el césped, como sucedió en el Santiago Bernabéu, cuando se sintió ganador del duelo ante el Real Madrid e iniciador de una nueva era a lomos de Mbappe, Messi, Neymar, Ramos, Verrati y demás elenco de megaestrellas y se encontró con algo tan intangible como la magia del Bernabéu.
El PSG sufrió en sus carnes lo que muchos otros clubes con más recorrido que los parisinos han padecido durante décadas cuando han visitado el Viejo Chamartín. Es lo que hay. Nasser no lo soportó y perdió su compostura de gentleman, fachada que se empieza a resquebrajar a pasos agigantados.
En este sentido, de sustanciarse lo publicado por Libération, más allá de las repercusiones que nada tienen que ver con el deporte; la federación francesa y la UEFA deberían tomar cartas en el asunto y dar un ejemplo contundente.
Si el organismo competente en el fútbol europeo lleva años intentando concienciar a los aficionados al fútbol en el Viejo Continente de la necesidad de abogar por el Fair Play, es hora de aplicar de verdad un concepto que no solo debe hablar de juego limpio sobre el césped y entre los aficionados, siempre blanco de todas las campañas y sujetos de todas las sospechas, sino que va siendo hora de aplicar Fair Play sin contemplaciones a los directivos y dueños de los clubes.
En un fútbol limpio, que sea de los aficionados, donde puedan ir las familias a las gradas, no debe haber sitio para personajes que parecen sacados de una película de James Bond. Así de claro.
Fue un tenista profesional de tenis y bastante mediocre.Su padre y/o abuelo fue/ron pescador/es de perlas. El asunto se fue al garete por mor de las sintéticas.
Tengo un concepto sobre semejante tipo cercano a alguien con habilidades sociales, ambiciones socio-económicas y pocos escrúpulos. Uno de los riesgos del poderoso es el exceso de confianza y el granjearse enemistades de otros poderosos que , aún siendo menores individualmente, al constituirse en alianza pueden derrocarlo. No me extrañaría que el emir lo deje caer y sirva de chivo expiatorio.
Fue un tenista profesional y bastante mediocre.Su padre y/o abuelo fue/ron pescador/es de perlas. El asunto se fue al garete por mor de las sintéticas.
Sobre semejante tipo tengo un concepto cercano a alguien con habilidades sociales, ambiciones socio-económicas y pocos escrúpulos. Uno de los riesgos del poderoso es el exceso de confianza y el granjearse enemistades de otros poderosos que , aún siendo menores individualmente, al constituirse en alianza pueden derrocarlo. No me extrañaría que el emir lo dejara caer y sirviera de chivo expiatorio.
Madridismo y sintaxis.
El presidente del PSG se inició en el tenis en un club de Qatar, cuando tenía 11 años, como recogebolas o recogepelotas.