Apenas pude saborear la derrota del Barcelona a manos de un heroico Aduriz. Unos minutos después de terminar el 1-0 en San Mamés, leí por Internet que mi ídolo ciclista de infancia, el italiano de Lombardía Felice Gimondi, acababa de fallecer a los 76 años víctima de un infarto mientras se bañaba en las aguas de Sicilia.
Ha supuesto todo un mazazo para mí. No me pregunten por qué, pero en una época en que todos los niños admiraban a Eddy Merckx, y algo menos a Luis Ocaña o al “Tarangu” Fuente, yo era un admirador del que ya a sus 25 años había ganado la “Triple Corona”, Vuelta/Giro/Tour, y con el enorme mérito de haberse impuesto en el Tour de Francia de 1965 con tan solo 22 años. Hasta ese momento, sólo Jacques Anquetil podía presumir de ese codiciado triplete. Luego vendría el “caníbal” Merckx y destrozaría todas las plusmarcas habidas y por haber.
Uno de los días más felices de mi vida fue el del Campeonato Mundial de ciclismo en ruta de 1973, disputado en Montjuic, en el que tras una carrera espectacular, Gimondi batió al sprint a sus compañeros de fuga, nada menos que a Freddy Maertens, al gran Ocaña y al mismísimo Eddy Merckx que en su plenitud quedó apartado del podio en aquella maravillosa carrera.
En esos tiempos, una de las mayores aficiones de los chavales de mi edad era jugar a las chapas. Particularmente, en casa, teníamos mis hermanos y yo equipos de chapas para unos cuantos deportes: fútbol, fórmula 1 y ciclismo. Por supuesto mi equipo de chapas de fútbol, que se jugaba con un garbanzo a modo de esférico, y con porterías de cartón, era el Real Madrid. Era habitual perseguir a los camareros del Retiro o del parque Eva Duarte de Perón para pedirles las chapas sobrantes de cada servicio. Recuerdo que las de Coca-Cola o de Fanta eran muy habituales pero cuando el camarero me daba alguna de Mirinda o de Ryalcao casi hacía una fiesta ese día. ¡Ya no digo cuando caía en mis manos una de la bebida Canada Dry! Las mejores chapas, las más perfectas y más lisas, eran revestidas en casa con papel blanco impoluto y luego había que poner el número del dorsal y el nombre del jugador o del ciclista.
Mi XI madridista era el formado por Betancort; José Luis, De Felipe, Sanchís; Pirri, Zoco; Amancio, Fleitas, Grosso, Velázquez y Gento. Mi jugador predilecto, por su elegancia, era Manolo Velázquez, con su forma de conducir el balón y sus exquisitos pases milimétricos a los pies de Gento y de Amancio.
Yo creo que de ahí vino mi gusto por Gimondi, nunca vi montar a nadie en bicicleta con esa elegancia y con ese porte. Merckx era un animal competitivo capaz de disputar cada meta volante o cada puerto de tercera categoría. Ocaña subía sufriendo y era un gran contrarrelojista. Poulidor era la constancia sin brillo, todo pundonor. Gimondi era capaz de subir, bajar a tumba abierta e incluso esprintar sin aparentemente derramar una simple gota de sudor. Un gentleman dentro y fuera de las carreteras. Sin duda fue siempre un madridista sin saber que lo era. Un “fuoriclasse” como dicen sus compatriotas.
No era pues casual que mi equipo de chapas ciclistas era la selección italiana, comandada por el gran Felice, cuyos “domésticos” eran todos nombres gloriosos, como salidos de la pluma de Alighieri o del mismo Boccaccio: el sprinter Marino Basso, el especialista en carreras de un día Franco Bitossl, el escalador Vladimiro (por Lenin, ídolo de su padre) Panizza, el siempre regular Gianni Motta, el gran gregario Michele Dancelli, el pundonoroso Italo Zilioli, todos ellos precursores de posteriores glorias italianas como Francesco Moser, Giuseppe Saronni o Giovanni Battaglin. Mi equipo de chapas transalpino era imbatible en todos los circuitos de los parques de Madrid, ya bien fuera en etapas llanas o en etapas plagadas de puertos de montaña y sinuosas curvas. Siempre batían a las escuadras francesas de Pingeon, Danguillaume, Guimard y Poulidor y a las españolas de Perurena, Miguel Mari Lasa, Lazcano, Galdos y Fuente.
Aquello para mí era el ciclismo de verdad, el que se seguía malamente por televisión y por la noche escuchando “Radiogaceta de los deportes” en Radio Nacional a las 9 de la noche mientras cenábamos escuchando a Juan Manuel Gozalo.
Descanse en paz mi querido Gimondi, estoy francamente afectado por su pérdida. Una gran porción de mi infancia dichosa de juegos de chapas se va con Gimondi, que siempre hizo honor a su nombre de pila: Felice. Eddy Merckx, rival y amigo del alma, acaba de declarar: “Con Gimondi se va un pedazo de mi vida.” Un caballero de otro tiempo, digno de la Mesa Redonda.
Precioso artículo. No sé si me pone más nostálgico la muerte de Gimondi, el evocar algunos de los nombres que ha citado (¡Danguillaume, por Dios!), o el mundo perdido de las chapas y el Retiro.
Lo leo y me parece compartir con vd. cierta condición de náufrago de la misma patria perdida, ésa de la que hablaba Rilke.
PS: Mi equipo de chapas del RM era casi idéntico. Solo cambio mi preferencia por Pirri, siempre Pirri, aunque no seré yo quien le afee su amor por el gran Velázquez.
Muchísimas gracias por compartir recuerdos y nostalgias, amigo José Manuel. Un abrazo.
Tardes de verano.....en el suelo, más fresco, viendo en blanco y negro, con poca calidad de imagen, ese ciclismo.
Recuerdos......y la Mirinda !!
( La Mirinda era de ricos, jaja)
¡Válgame el cielo! Otro aficionado a la Mirinda. Es una leyenda urbana que en España la prohibió Sanidad. Me gusta pensar que es así. Yo la he encontrado en países lejanos, como Venezuela o la República Dominicana y a fe mía que lo he aprovechado sin limitaciones. Las añadas de tonos naranja más fluorescente son las que suelen dejar un retrosabor más dulzón y un gusto a antioxidantes y conservantes más vivo. Siempre he pensado que traerla de contrabando y venderla clandestinamente sería un bonito negocio.
Mirinda, chapas, Gimondi... No puedo seguir.
Felice... hoy nos ha hecho infelices
Magnifico artículo Arhos teñido de recuerdos de carreteras de chapas.
Y maillots en blanco negro y gris (como había que afinar con la vista para distinguirlos!!!)
Campionossimo Felice Gimondi
Tante grazie, carissimo.
Aunque soy de una generación más joven (nací en el 76) también jugaba a fútbol y ciclismo con las chapas. A fútbol hasta en el pasillo de casa con mi hermano. Recuerdo jugadores de mis equipos, siendo muy niño: Miguel Ángel, Chendo, Camacho, Maceda, Gallego, Santillana, Stilikie, Juanito...y en ciclismo Laguía, Lejarreta, Gorospe, luego llegó Perico.
Excelente artículo, como es habitual. No conocí a Gimondi, pero tú artículo es entrañable y precioso. Descanse en paz.
Por cierto, lo olvidaba: era admirador del malogrado Alberto Fernández, del BH. Murió teniendo yo 8 años, y recuerdo que a ni me gustaba mucho y lo tenía en mis chapas.
Según he escrito me ha aparecido su recuerdo. Son tantos años, y era yo tan pequeño...que no sé no como puedo tener recuerdos.
También me gustaba Vicente Belda, Arroyo, Cabestany, Pino, Anselmo Fuerte ( jugué una vez una pachanga de fútbol sala con él, y flipé claro)
Discuto con mi hijo para quitarle la tablet. Es cierto que no tiene hermanos y yo con el mío jugaba de pequeño a todo, incluso a baloncesto en una pared sin canastas. Pintando un cuadrado. Pero veíamos ciclismo siendo muy pequeños...cuando pasaba la Vuelta por Móstoles (donde vivía y vivo) era un día increíble para mi.
Mi hijo ni ve el fútbol....que lástima. Va a hacer 6 años la semana que viene, pero yo a su edad veía fútbol, ciclismo, baloncesto, las motos con Ángel Nieto. Como cambian los tiempos.
Siempre tan amable, Yebrita. Muy agradecido.
Gracias por tan bello artículo, Athos. Descanse en paz, Felice, un gran deportista.
Indefectiblemente es un noticia que nos retrotrae a otra época. Mis amigos y yo jugábamos con figuras de ciclistas , que cuando perdían la pintura, eran vueltos a pintar a nuestro antojo. Les poníamos dorsales con papel y celo , aprovechábamos bancos o muros bajos que convertíamos en trazados (etapas) utilizando el yeso. Con tablones construíamos puentes...,ideábamos los puertos de montaña, las metas volantes ...Y anotábamos las posiciones , puntuando también cara a la clasificación general.
Yo ya era un merengue irredento en oposición a mis "amigos" culers. Trasladando la rivalidad también al ámbito de los ciclistas. Ellos estaban que no cagaban con Pérez Francés, Pesarrodona, Martos...yo prefería a Bahamontes, Julio Jiménez , el madrileño Abilleira...
Poulidor,Anquetil, Gimondi, Bitossi, Goodefrot ( el ciclista gordo siempre era el belga Goodefrot..., jejeje),Van Springel, Pingeon, los holandeses , Karstens, Jan Jansen y Zoetemelk, el alemán Rudi Altig...Van Impe...López-Carril, Gabica, Galera, Gómez del Moral y unos cuantos más formaban el pelotón. Sin olvidarse del Tarangu, Fuente, Ocaña y Eddy Merckx, el caníbal. Podían ser 30-35 figuras de ciclistas y el dado decidía el número de casillas (o celdas o baldosas- si jugábamos en el interior de la casa- ) que avanzaban. ¡ Qué tiempos !.
Qué bueno, Floquet de Neu!!!! Me acuerdo de todos y cada uno de los que has nombrado. Más Van Linden, Patrick Sercu, Jacques Esclassan, Lucien Aimar, Baronchelli, Pedro Torres (lo de Abilleira muy Top), aquellos míticos tiempos de los equipos Salvarani, Molteni, Bic, Kas, Gan-Mercier, Peugeot... ¡Cuando de verdad me apasionaba el ciclismo! Muchas gracias!!!
Adiós al caballero del ciclismo: Felice Gimondi - La Galerna
lagalerna.com
Ese día, en el, que murió Felice Gimondi, también se me detuvo el corazón. por un momento, por más de un momento. Uno de mis ídolos de infancia y adolescencia había muerto. Efectivamente, entonces muchos adoraban a Merckx, Ocaña o Fuente; a aquel por triunfador insaciable y a estos por comprensible patriotismo y también por su calidad y carácter. Yo siempre fui de Gimondi. Su elegancia, su caballerosidad, su deportividad, su sencillez en la victoria y en la derrota. También he admirado siempre a los "segundos" que con inteligencia y tenacidad son capaces de plantar cara e incluso derrotar, en ocasiones, a monstruos como el Caníbal Eddy Merckx. Quizá sea desear la victoria del talentoso frente al genial, la victoria casi (disculpen la exageración) del humano frente a la máquina. Y pese a que Gimondi coincidió toda su carrera con Merckx, consiguió un palmarés extraordinario, el mejor de su época después del belga. De hecho fue su único gran rival entre 1965 y 1970 (que me disculpen los grandes Poulidor, Pingeon, etc); después, en los setenta además de Felice rivalizaban en lo posible Ocaña, Thevenet, Fuente y alguno más.
Como el autor del maravilloso artículo, Athos Dumas, yo también jugaba a chapas para hacer carreras del Giro o el Tour, tambien de Formula 1 o Fútbol. A veces recortaba en cartón los nombres de los ciclistas y hacía carreras en el tablero del parchís. Con Gimondi y el escrito de Athos Dumas, los recuerdos van cayendo como niebla suave desde montañas que créia lejanas y en realidd no están tan lejos. Eso sí, yo soy del Barça, no del Real Madrid, y en las chapas o en los cromos los nombres eran los de Sadurní (qué gran portero, bastante desaprovechado), Rexach, Gallego, Torres, Fusté, Marcial, Rifé, Eladio, Asensi, un poco después Cruiff... Y es que los valores de Felice Gimondi, la elegancia, dignidad y deportividad, la inteligencia y el esfuerzo, son universales, y ahora me siento muy muy cerca de Athos y de todos los demás, del Madrid o del Barça, españoles o italianos.
Bravo Felice, grazie per tutto, campioníssimo per sempre!