El Madrid que conocemos ahora mismo, el Mejor Club del Mundo con mucha diferencia, a años luz de cualquier otra institución a nivel planetario, lo es gracias a los jugadores que han vestido su camiseta a lo largo de más de un siglo; lo es también gracias a sus dirigentes, que han sabido gestionar un gigante con pies de acero que comenzó siendo apenas un club de barrio hace ya 122 años; lo es también gracias a su estadio y su dimensión planetaria. Y lo es por los más de cien títulos que ha conseguido con precisión de reloj suizo, los cuales ha ido sumando a sus vitrinas año tras año.
Pero también lo es, y no en su menor parte, por el hilo conductor que han supuesto generaciones y generaciones de madridistas anónimos. Ellos han sido el sostén moral y la razón de ser esta entidad, desde que empezó a jugar en el legendario estadio de O´Donnell hasta el gran Bernabéu, que hoy en día es el buque insignia de la entidad.
Ese sostén moral del Madrid lo han formado y lo forman personas como Luis Maroto. Luis falleció esta Nochevieja y apenas dos días antes, el domingo, cuando el agotamiento apenas había empezado a asomar, había disfrutado una última vez de su Madrid con la victoria en el Clásico de la ACB ante el FC Barcelona. Hasta el último momento, tuvo al Madrid presente en su día a día.
Entró a trabajar como acomodador en el estadio en tiempos de Santiago Bernabéu y abandonó el Club en los de Florentino Pérez. Era un acomodador de los de antes, de los de gorra de plato. En su retina se acumulaban las imágenes de las primeras Copas de Europa, desde el ‘todocampismo’ de Alfredo Di Stéfano a las carreras ‘galernautas’ de Gento; de los saltos sin pértiga de Santillana a los vuelos del ‘Gato de Odessa’; de la irrupción sin complejos de la Quinta del Buitre al glamour de la primera generación de Galácticos.
Vivió el Madrid desde el grito en las gradas de ‘cerveza, cocacola y copita de coñac’ a los tornos electrónicos y los palcos VIP, y mantuvo siempre una fidelidad de base sin límites a su Madrid, al de ayer y al de ahora, hasta el punto de llevar en su último viaje, ligero de equipaje, que escribiera Antonio Machado, la gorra del Madrid y el pin del Club en la solapa.
Luis, como muchos otros, representa la esencia verdadera del Real Madrid. Ha sido la base sobre la que se ha cimentado la grandeza de este Club desde tiempos inmemoriales. Honor para todos esos aficionados que ya no están y que son la razón de ser del Real Madrid de siempre.
¡Hala Madrid!
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En pie! Hay un hombre de honor en la sala!
Descanse en paz y un abrazo a la familia
Otro personaje insustituible
Llegue a conocerle en sus tiempos de acomodador
Personajes como el.y Santiago Bernabéu
PRESENTES SIEMPRE
D.E.P. Don Luis Maroto, padre ejemplar y madridista de pro"
Descanse en Paz Luis, madridista hasta la médula. Hala Madrid y nada más.
Te echaremos de menos.
Muchas gracias Isra por este conmovedor homenaje que has hecho a nuestro padre.