Delon era para el cine una suerte de David Beckham, también guapo como pocos, y cuya belleza a veces impidió que a ambos se les reconocieran sus enormes méritos profesionales. Y es que el actor francés, desaparecido a sus 88 años, era, además de sus atractivos estéticos, también un actor de primera categoría, como Beckham fue de los mejores jugadores de su generación.
La primera vez que vi actuar a Alain Delon fue en una adaptación de una novela de mi antepasado (?) Alejandro Dumas, "El tulipán negro", una coproducción franco-italo-española, y en cuyo reparto aparecían la bella Virna Lisi y nuestro Adolfo Marsillach, en un rol de villano. El niño que ahora les escribe quedó fascinado por la pareja protagonista y jugó innumerables veces a hacer de "Tulipán negro", una especie de Robin Hood del sur de Francia, por el Parque del Buen Retiro.
Delon, como buen actor, y más que posiblemente madridista, trabajó a las órdenes de los mejores directores europeos, Visconti, Clément, Antonioni, Melville, Verneuil, Schlondorff, y, pese a vivir casi dos años en Hollywood, no quiso atender a los cantos de sirena americanos, prefiriendo permanecer casi siempre en Europa, como un Luka Modric, que dijo no varias veces a enormes ofertas venidas de Oriente Medio.
Delon era para el cine una suerte de David Beckham, también guapo como pocos, y cuya belleza a veces impidió que a ambos se les reconocieran sus enormes méritos profesionales
Alain Delon era una apuesta segura para las taquillas europeas, y raro era el año en que alguna película protagonizada por él fuera la más exitosa en Francia, siempre en dura competencia con las de su primero rival y luego gran amigo Jean-Paul Belmondo, con quién por fin coincidió en 1970 en "Borsalino", éxito de taquilla aunque película mediocre y olvidable.
Un líder, pues, en cuanto a recaudaciones, tal y como el Real Madrid, indiscutible número uno de las audiencias televisivas, además de un referente mundial por su atractivo y por su intensa vida amorosa que copaba casi cada semana las portadas de las revistas cinematográficas y del corazón.
Y con un talento interpretativo inmenso, ya con menos de 30 años había participado en dos películas de Luchino Visconti, como protagonista en "Rocco y sus hermanos" y en la espléndida "El Gatopardo", sobre la obra de Lampedusa, en la que no desmerecía en nada dando réplica al gran Burt Lancaster, y enamorando a la simpar Claudia Cardinale.
Élite europea, en los años en los que el Madrid lograba miles de adeptos arrasando el continente a base del mejor futbol jamás jugado por entonces. No puede extrañar por tanto que René Clément eligiera a Delon como el perverso Ripley en "A pleno sol", con una interpretación casi felina poseída por una belleza casi demoníaca.
En los años 60, Delon se especializó en papeles de gángster y de asesino a sueldo, mostrando siempre frialdad y sobriedad absoluta en sus interpretaciones, destacando en "Le samouraï" (en España se título "El silencio de un hombre") y "Círculo rojo", ambas obras maestras de Jean-Pierre Melville, o "El clan de los sicilianos" de Henri Verneuil, en la que coincidió con los soberbios Jean Gabin y Lino Ventura.
Hizo muchas más películas, de menor categoría, en los 70 y en los 80, y, como un Toni Kroos de su momento, prefirió retirarse a tiempo cuando aún era líder de las taquillas francesas. Por eso es raro ver ya algún papel suyo tras cumplir 50 años, ya que su canto del cisne fue con "Nuestra historia*, de Bertrand Blier, allá por 1985, donde obtuvo su Oscar francés, el premio César.
Se nos va, pues, quien ya se nos había ido del cine hacia décadas, dejando papeles emblemáticos en diversas joyas del cine, con un largo historial de seducciones (Brigitte Bardot, su querida Romy Schneider, Mylène Demongeot, Mireille Darc), valiosas Champions amorosas, además del cariño y de la admiración de millones de espectadores que esperaban cada año sus películas para llenar los aforos de cientos de salas de proyección. Un guapísimo y no exento de talento actor cinematográfico, que hace un poco más triste este mes de agosto, tan esperanzador para nuestro Real Madrid.
Descansa en paz, Alain.
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Excelente artículo
Ha regresado el mejor Athos tras sus merecidas vacacioned
El tulipán negro se rodó en Trujillo
Descanse en paz. Se va definitivamente de vacaciones una figura legendaria. Seguro que por Cannes, Saint Tropez y la Costa Azul hizo mucho daño. Era/es la guapura y la elegancia personificada en vida y eternamente a través de sus películas; su inmortalidad. Au revoir et merçi.
El Madrid lo cubre todo con su manto. Habitual finura interpretativa del sin par Athos.