Buenos días, amigos, aunque sí sois del Atlético de Madrid no es fácil que sean del todo buenos, si bien es altamente improbable que estéis aquí y seáis del Atlético de Madrid. Cuidado: no seríais los primeros. La Galerna tiene su estimable porcentaje de lectores colchoneros y hasta culés, que abrevan en estas aguas al ser de las pocas potables de este páramo y son capaces de abstraerse de nuestra filiación indisimulada.
En un momento dado, querido lector, podría incluso suceder que fueses valencianista. Cosas más raras se han visto, como aquel verano que no paró de nevar (Sabina, ilustre atlético, debería ser lector de La Galerna si hay algo de lógica bajo el cielo). Si eres valencianista y además lector de La Galerna, puede que a ambas condiciones unas la de lector de cierta publicación llamada Superdeporte, pero no es fácil, porque si tienes pulsiones o dramas internos que te conducen al quiosco en busca de tu ejemplar de Superdeporte no se antoja fácil que además te guste La Galerna.
Se nos entiende, ¿no?
“¡A ver ahora!” suena a lo que dices cuando aprietas por quinta vez el botón de un lavaplatos díscolo, pero no es el caso. Digamos que Superdeporte aboga por una sanción para Ancelotti, que como sabéis está siendo investigado por el Departamento de Integridad de la RFEF, del que ayer os hablábamos en esta sección, a cuenta de sus declaraciones tras el empate blanco ante el Girona.
¿Y por qué quiere Superdeporte que se sancione a Ancelotti?, os preguntaréis anhelantes. Nosotros también nos preguntamos muchas cosas sobre Superdeporte, publicación pasmosa donde las haya como bien refrenda el ejemplo de hoy. Quieren que se sancione a Ancelotti porque en su momento se sancionó al valencianista Gayá por unas quejas (según ellos) similares. Extendamos la censura, coartemos la libertad de expresión en la malvada capital ya que a nosotros se nos coartó en el litoral. No esperemos siquiera a saber si finalmente se sanciona a Carletto o no para, a partir de ahí, decidir si ponemos o no ponemos al grito en el cielo.
No, no, no. PREPONGAMOS el grito en el cielo. Quien grita pronto tiene cien años de perdón. A quien antes grita Dios su dicha agita.
Gritad con nosotros, amigos: ¡A ver ahora!
Más fuerte. No os oímos.
¡¡A VER AHORA!!
Ahora sí. Ya funciona el lavaplatos del provincianismo más ramplón y acomplejado. Ya hace el típico ruido de lavar, aunque sean los estertores de quien sufre y presufre en la penumbra del victimismo agudo. Hay quien sufre de victimismo agudo, hay quien sufre de victimismo crónico y hay un victimismo agudocrónico, que es el que padece Superdeporte. Si en la vida te lastra un victimismo del tercer tipo, eres capaz de pedir en portada una sanción para el entrenador más caballeroso (y exitoso, pero ese es otro tema) de la historia del fútbol de élite solamente para que un jugador tuyo tenga compañía en el cuarto oscuro.
Carletto matizó ayer sus declaraciones post-Girona, reiteró que no habló de mala fe ni faltó al respeto al árbitro, y hasta apuntó una cuestión idiomática (“rigore inventato”) que al parecer resta gran parte de polémica al asunto porque no tiene la carga de mala intención que en español se puede atribuir (o no) a “penalti inventado”. No estamos seguros de esto. Lo dejamos en manos de los lingüistas, al tiempo que lo de Superdeporte lo dejamos en el diván de un especialista en otras materias.
Marca y As no titulan “¡A ver ahora!” para referirse al Cholo, aunque bien podrían. Seguramente saben que ahora no hay nada que ver por cuanto el Cholo, pese a llevar tiempo de ridículo en ridículo, proceso sellado ahora con esta eliminación continental (ni Europa League los pobres), tiene su futuro blindado. El entrenador que más cobra del mundo no ha sido capaz de clasificar a su equipo ni siquiera para la competición de la segunda división del balompié europeo. Con una plantilla que parece diseñada por su peor enemigo y que sin embargo ha diseñado él (tiene abundancia de buenos delanteros pero al Cholo no le interesan los delanteros, mientras su defensa y medio campo producen horror), se ha estrellado con todo, se ha esnafrado espectacularmente y antes de que caiga el mundial catarí.
Catarí que te vi. A ver ahora.
No le queda al Cholo ni siquiera el consuelo al cual, en cambio, sí se abraza alborozado Xavi Hernández, que ayer se despidió de la Champions con una sonrisa que se explica a través de su fenomenal aserto: “Se ha quedado una Europa League muy bonita”. A las europalís les sucede como a los días o las tardes, que “se quedan” bonitos a pesar de que a más temprana hora amenazaban tormenta. Pero ya brilla el sol, amics, se ha quedado bonita la europalí, saca las sillas al jardín que vamos a jugar al cadáver exquisito. Ya sabéis que la Europalí es lo que se lleva ahora, es lo IN (nada habrá más OUT que decir IN), es la moda, la fiebre del otoño. Se ha quedado una Europalí cuajada de “tiburones fracasados” (Mou dixit) que pretenderán dotar de mayor dignidad a sus dentelladas por esta misma razón, mientras por encima el Real Madrid observa esa lucha de escualos entre sonrisas de condescendencia.
Pasad un buen día.
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