Uno mira a la actualidad, como siempre, pero no hay nada. Es como un estante vacío en el supermercado. Es la mejor imagen de la situación extraordinaria. No se habla del Madrid. Se han callado. Todos. Es asombroso e inquietante. Nosotros sí lo hacemos. Y vamos a seguir haciéndolo. El Madrid también es grande por eso. El Madrid es una gran novela que siempre se puede escribir y releer. Esta época inédita de convalecencia es buena para recordar al Madrid y evadirnos de una realidad paralizante.
El Madrid es nuestra realidad paralela, adonde hoy más que nunca resulta necesario acudir. Hay miles de realidades paralelas, pero el Madrid es una de las más importantes. Nos podemos reunir allí todos los madridistas sin peligro de malos contagios a través, por ejemplo, de La Galerna. Yo hoy me he puesto a visitar sus páginas y he encontrado verdaderas maravillas. La Galerna es hoy, ya, una enciclopedia del madridismo.
Y no una enciclopedia como la que había (hay) en casa de mis padres (quizá también en la de los suyos, querido galernauta), que creo que ya fue de mis abuelos. La enciclopedia Labor, la recuerdo bien. Abundantísima, oscura y universal, de color sepia y con diminutas letras en sus páginas comprimidas. Un universo del saber (conciso y tan milimétrico en su interior, a pesar de su enorme volumen exterior, que casi había que leer con lupa) de donde saqué casi toda la información para mis trabajos escolares.
La Galerna es igual de abundantísima, pero fresca y agradable como una brisa libre con la que ya soñamos en nuestro confinamiento. La Galerna son los Episodios Nacionales del madridismo. Uno puede volver en ella al pasado o, si no quiere tanto, repasar la actualidad de los últimos años. Revivir los grandes momentos que nos ha dado el Real Madrid desde que nació esta ventolera que es mucho más que Madridismo y Sintaxis. Es literatura y música y arte. Es humor. Es historia y arquitectura y matemáticas. Ciencia. Y eso que estamos hechos, mayormente, de letras.
Tengo una imagen de cuando niño. Es la del tío Gilito bañándose en su piscina de monedas. Nosotros somos ricos como ese pato avaricioso. Podemos bañarnos en nuestra piscina de madridismo y de muchas cosas más. Podemos bañarnos en La Galerna y disfrutar y salir incluso ahora que no podemos salir a ninguna parte. En La Galerna podemos ir a todas partes y de todas las formas respirando sin cuidado el aroma inconfundible de Chamartín. Es una salida. Es una escapada sencilla y agradable y duradera. A La Galerna sí se puede viajar.
Sus despensas están magníficamente surtidas. Yo las he mirado hoy. He revisado sus repisas y estantes y cajas y he tenido la misma emocionante sensación del padre y el hijo de La Carretera, de Cormac McCarthy, cuando, agotados y sucios y hambrientos y desesperados, encuentran el refugio bajo tierra repleto de toda clase de alimentos, ropa y comodidades impensables en medio del apocalipsis. La Galerna es tu refugio, galernauta. En ella estás seguro y caliente y feliz, igual que Hemingway en el invierno de los cafés parisinos, mientras dure la tormenta.
CHAPEAU D. Mario y mil gracias!!!
Gran artículo motivador y oportuno!!!
Y SIEMPRE Hala Madrid y el auténtico carácter Madridista!!!
Reconfortante artículo. Es cierto que, para muchos, la Galerna es nuestra 2ª ó , para los más afortunados, 3ª residencia.
https://www.mundodeportivo.com/baloncesto/20200314/474130612452/ocho-ligas-basket-acabadas-europe-campeon-lider-barca.html
La culerada en estado puro. En cuanto a zafiedad y mezquindad son seres únicos. Superioridad incuestionable.