Al descanso, el Partizan se iba con un +16 que parecía irremontable. Los tiros imposibles de los serbios, con un Punter imperial, y las tres faltas -la tercera de ellas absolutamente delirante- de Tavares sumían al equipo en un pesimismo total, máxime cuando el Madrid carecía absolutamente de jugadores en la pintura. El chaval Ndiaye se había batido como un jabato, eso sí.
Pero pasó un relámpago por el Wizink. Al salir para empezar el tercer cuarto, Chacho Rodríguez dio la señal: no iba a haber prisioneros. Encendió a un Wizink que parecía cloroformado por la exhibición de las camisetas negras del Partizán.
Fue Chacho, pero fueron también unos tipos irrepetibles como Tavares, aguantando más de 14 minutos con 4 faltas; como Musa, infalible en los tiros libres; como Hezonja, en su mejor partido como blanco, reboteando, llevándose dos luchas decisivas y anotando de 3; como el capitán Llull, con dos triples, sobre todo el segundo, absolutamente increíbles. Como Hanga, como Nigel. Como Rudy, partiéndose la cara sin parar, destrozado su hombro una vez más, en esta ocasión por un salvaje salto de Exum.
Un equipo, un alma, con arraigo absoluto, esa palabra que tan mal se está usando por ciertos antimadridistas que han adquirido protagonismo por hablar de algo que desconocen y que confunden con un pueblerismo ya pasado de moda.
Y todo empezó con el Chacho, madridista de ida y vuelta, a punto de cumplir 37 años, con más energía que muchos veinteañeros. La vieja guardia (Chacho, Rudy, Llull -un autentico Red Llull, te da alas, ya saben-) se puso en primera fila de ataque. Luego fueron secundados por todos sus compañeros y, por fin, por el propio Wizink Center, que llevó en volandas a los suyos, y eso pese a una dantesca actuación del trío arbitral, que, ante cualquier duda, barría del lado de los discípulos del gran Zeljko Obradovic.
Una vez más, el Madrid abre camino, y es el primer equipo de la historia que remonta un 0-2 adverso en cuartos de final de Euroliga. Dos batallas inolvidables en el Stark de Belgrado, y la batalla definitiva de Madrid, con emoción adicional tras remontar una diferencia que llegó a ser de 18 puntos en el tercer cuarto.
No busquen más allá: el único equipo capaz de hacer estas machadas es el Real Madrid, de baloncesto o de fútbol, de cadetes o de profesionales.
“El horror, el horror”, decía el coronel Kurtz en “El corazón de las tinieblas”, aka “Apocalypse Now” en cine. Hoy habría que decir “El arraigo, el arraigo”, ya saben, lo de echar raíces profundas en un corazón inmenso. ¿Acaso hay otras raíces que de verdad importen?
Qué partidazo. Reconozco que nunca he sido seguidor del baloncesto, y no me había interesado hasta que mi pareja me hizo ver con ella el segundo partido contra el Partizan. Después vimos el tercero, y con él despertó algo dentro de mi. Me sentí como de niño descubriendo el fútbol, lleno de gigantes y galácticos que hacían magia. Con el cuarto se consumó este sentimiento y me dejó ansioso por el quinto. El pasado domingo fui por primera a ver en directo un partido, el Madrid-Unicaja, y espero que haya sido el primero de muchos.
Lo de hoy ha sido espectacular. No sé si por costumbre, pero yendo 18 abajo daba por hecho que el Madrid remontaría. Será que estoy mal acostumbrado del fútbol, pero, ¿cómo no iba a hacerlo? Era un partido histórico, ya que de ganarlo sería el primero en remontar un 2-0 (o eso leí el otro día). Y el Madrid escribe la historia.
El Real Madrid es historia irrepetible del deporte. Obran milagros que ningún otro club es capaz. Cuando les das por muertos te matan.
Espectacular es decir poco para hablar de esta serie de 5 partidos.
En 2018 ganamos los titulos continentales de fútbol y baloncesto, siendo el único club en hacerlo una misma temporada...y se puede repetir.
El otro día Grealish con sus declaraciones a BT nos dio pistas: "No recordamos la última vez que perdimos en el Etihad, nos sentimos invencibles allí"
Gracias Jack, ya tenemos otro motivo para reescribir la historia.
HALA MADRID, Y NADA MÁS!!!!
Lo de ayer es arraigo, pero no en sentido pequeño, tirando de lo regional como dicen algunos, arraigo en grande, de ese que se te pega a las entrañas, del que llevas en el corazón, del que no te deshaces nunca porque ya es parte de uno. El Real Madrid es ganar, dicen con tono peyorativo. Exacto, digo yo. Ganar. Porque cuando ganamos los demás pierden. Y es entonces cuando llegan la bilis y las excusas. Ganar y hacerlo como lo hace el Madrid. Competir como un animal. No rendirse jamás. Que todo el mundo lo sepa. Eso es el Real Madrid.
Amén amigo!!!
¡Hala Madrid!!
Le doy gracias a Dios por ser y amar a este bendito equipo
Muy bueno. ¡Yo también!
No vi el partido. No pude hacerlo por razones ajenas a mi voluntad . Esperé a seguirlo , por un diario digital madrileño, cuando ya estaba bastante avanzado el tercer cuarto ; leí en el titular que el Madrid reaccionaba. Pero antes aún observé que el marcador reflejaba una desventaja de 11 puntos. Dejé pasar suficientemente el tiempo....volví a mirar y ya estaban a 7....dejé pasar más aún y vi que ya mandaban los de la capital 89-86. Subidón. Luego ,fui teniendo pistas de que no podía ir mal , para el R M, al ver que en los comentarios del diario digital del grande de España no comentaba apenas nadie....
Pasadas las 23 h. , conecté y vi el resultado final.
Aparte de esa característica común y seña de identidad en el club, empoderamiento por el escudo y luchar hasta el final, que tantísimo distingue a cualquier categoría en todas las secciones, creo clave el tercer partido , primero en Belgrado, dónde los nuestros se impusieron por 2 puntos de ventaja. Aquel partido empezó en un ambiente infernal, con miles de energúmenos en trance, con un 12-0 en el luminoso. No es la primera vez que lo comento, la capacidad mental de este equipo, para sobreponerse a todo tipo de adversidades, es extraordinaria. Y de los "àrbitres", prefiero no hablar. Juzguen ustedes.
Es indescriptible la emoción y el orgullo que siento como madridista. Soy catalán, sí...vale....soy español, pues muy bien...Soy madridista, es la hostia en verso..
Real Madrid, mi patria.