He de confesar que, amén del cosquilleo inicial que siempre genera un clásico, el de ayer fue el más tranquilo de los vistos en mucho tiempo. Ni siquiera ausencias de peso, como las de Tavares y Deck, disminuyeron la sensación de suficiencia con la que el Real Madrid transitó por el encuentro. Ese dominio de la situación que permite aflojar y acelerar a conveniencia, jugar a ratos posponiendo el rigor en favor de la imaginación y el disfrute.
Un equipo cuajado frente a uno que busca identidad podría ser un resumen del choque. La plantilla de Mateo, aun con las novedades, selló la impresión de poderío que ha transmitido desde su reunión apenas hace unas semanas. Por el contrario, el Barcelona acusa las bajas, la pérdida progresiva de capital humano que la llegada de Willy Hernángomez no ha podido compensar. En esta oposición de estados, el Real Madrid se puede permitir colocar en cancha al jugador más joven en disputar un duelo así. Ismaila Diagne sorprendió por su impacto inmediato, ¡ocho rebotes y cinco puntos en siete minutos!, impropio de una juventud casi adolescente. Sólo son dieciséis años, algo impropios, eso sí, en su estatura y movilidad, las suficientes para dominar las zonas en el inicio.
El resultado premió la valentía del preparador blanco, sin ambages en su resolución de acudir a la cantera cuando las circunstancias aprietan. El año pasado lo hizo con Ndiaye, y ayer fue el turno de Diagne. Bienvenida sea la sangre nueva, el ímpetu de los jóvenes, la pujanza de una cantera que no cesa. O sea, la labor de los responsables madridistas que permiten el surgimiento de noveles que se comportan como veteranos.
Un equipo cuajado frente a uno que busca identidad podría ser un resumen del choque
Por lo demás, vimos que la llegada de Campazzo ha ajustado muchas cosas, en especial, la defensa y el control del juego. A salvo de esos momentos en los que el base argentino riza su rizo, su labor está afinando al equipo, entre otros, a Musa, ayer con tantas asistencias como el director principal. Ahora también los contragolpes son más constantes y fluidos, y la aparición del Chacho para cambiar el ritmo y proporcionar otras soluciones sigue vigente en el nuevo orden. Una fortuna para el Real Madrid, delicatessen para los espectadores.
Por cierto, que Poirier tuvo uno de esos días en los que parece el mejor pívot de Europa, omnipresente ayer mientras estuvo en cancha. De tanto verlo junto a Tavares se nos olvida lo grande que es y las habilidades que, en ocasiones, le cuesta sacar a relucir, quizás por falta de minutos de juego.
En definitiva, el Real Madrid completó un encuentro de los denominados serios, sin perjuicio de aperturas al talento. La mejor virtud que muestra, en vías de consolidación, es la densidad de variantes, de cabezas, de jugadores dispuesto a aportar el grano o la guinda, lo esencial y lo que ayuda a que lo sea. Lo colectivo impera por encima de cualquier otra premisa, y ayer ofrecieron esa imagen de conjunto equilibrado y dominador dispuesto a seguir dando muchas alegrías.
Fotografías: realmadrid.com
Ayer pude presenciar y disfrutar no sólo del juego del equipo sino constatar la grandeza de esta plantilla.
Creo no equivocarme que a lo largo de esta temporada las alegrías serán pródigas
HALA MADRID , HASTA EL FINAL
Buenos días,
ayer pude disfrutar por primera vez un Madrid-Barca en el WiZink. Durante todo el partido tuve sensación de seguridad, parecía que el equipo tenía el encuentro controlado. Enorme partido de Campazzo. No tengo ni idea de baloncesto, soy un aficionado muy reciente, pero Facu me recordaba a Messi en el fútbol: pequeño, rápido y muy ágil. Desesperante para los rivales.
Daba la sensación de que los árbitros permitían más contacto a Barca que a Madrid, especialmente evidente después del descanso. También quería preguntar por qué se le tiene tan poco cariño a Chus Mateo, al que apenas se aplaudió cuando sonó su nombre.
Un saludo.
Es un placer para un madridista ver los partidos de baloncesto del Real Madrid. En contraste, es
un tormento para el anti. Veo a los integrantes del equipo , médicos, fisios, auxiliares, entrenadores , los albertos, los jugadores ...y observo un compromiso, un trabajo y una motivación sobresalientes. Es más, si tuviera que quedarme con un único adjetivo que los definiera, tras lo anteriormente escrito, sería el de inteligentes. Son conscientes de donde están, lo que supone la inversión del club realizada por ellos y no quieren perder esa posición privilegiada. Saben que solo el trabajo y el juego colectivo , unidos al talento que tienen, conllevará victorias y títulos . Gloria y dinero, en definitiva.
Sobre el partido, encontrar una mejor crónica que la de José Luis Llorente me parece muy dificil.
*Me ha parecido notar por los nuevos nombres y apellidos que veo en los arbitrajes al Real Madrid , además de las correspondientes labores , que algo ha cambiado a mejor. Pero continúan teniendo un sesgo antimadridista. Hay que exigir justicia . Que se quiera pitar con el máximo de objetividad y honestidad posible. Sin tener en cuenta ni la camiseta, ni el escudo, ni el luminoso.