“Nos han ganado correctamente. Lo único que me preocupa es recuperarnos y hacer el mejor partido posible el viernes”. Palabras de Laso a los micrófonos de Movistar Plus tras la debacle La Fonteta. Desastre absoluto, caída en toda regla y preocupación por el 2-1 y por lo mostrado por el equipo durante el partido del domingo y por el de este miércoles.
Con 21-28, Rudy Fernández robó una pelota y puso el 21-30 en el marcador. Era el segundo cuarto y ahí fue la última vez que se le vio con vida al Real Madrid. Desde entonces, el abismo. Tres triples seguidos, dos de San Emeterio y uno de Diot, para un parcial de 9-0 y 30-30. Quedaba muchísimo por jugar, pero el Madrid, tras ese parcial, ya se había colocado 2-1 en la serie final. No hubo reacción por ningún lado. No se sabe si es que fallan las piernas, la cabeza o que simplemente el Valencia jugó la mejor tarde de la temporada, en el momento preciso. Y el Madrid, la peor. El del miércoles 14 de junio ya se puede incluir en el museo de los horrores de la era Laso.
Tras el descanso, al que ya se llegó con el Valencia por delante (36-35), el Madrid si apareció, pero sólo de cuerpo presente. Porque lo que es jugar, únicamente lo hizo un Valencia supremo, con Will Thomas en su máxima anotación de la temporada, Bojan Dubljevic como siempre, agotando la defensa rival y Ayón, muy sólo atrás y completamente superado. Ese Madrid que empezó finísimo atrás se quedó sin pilas no llegado ni el minuto veinte. Ese Valencia que no dio una en el triple cuando el rival le asfixiaba, se convirtió luego en una máquina demoledora de anotar desde el exterior.
El Real Madrid se quedó sin pilas antes del minuto veinte
Al final del tercer cuarto, 59-51 ya. Pero si los aficionados del Madrid pensaban que lo peor ya había pasado, la pesadilla continuaría un cuarto más. Ahí, el Valencia le barrió, le exprimió (22-13) y redujo a su enemigo a la figura de Llull, punto a punto desde el tiro libre. A todas luces, insuficiente. Cuando el único recurso del Madrid es Llull, malo.
El Madrid ya está sin red para el partido del viernes. Se puede agarrar a dos precedentes que vivió como protagonista. Y de alguna manera, sale ganando en los dos. Me explico: en 2005, con 2-1 abajo, forzó el quinto en Vistalegre para luego ganar al Baskonia en Vitoria con ese triple de Herreros. En 2012, al revés, pero también hay que cogerlo como positivo. Porque ese año, como ahora el Valencia, el Madrid arrasó al Barcelona en el tercer partido, se puso 2-1 y lo tenía todo listo para resolver en el Palacio. No lo hizo. Y en el quinto la Liga se le fue por el Palau. La idea para el Madrid es que el Valencia sea el Madrid de 2012 y ellos ser el de 2005. Parece lioso, pero es sencillo. Al final, la Final ya se reduce para los merengues a forzar el quinto partido, traer la serie de vuelta a la capital y que sea lo que tenga que ser. Un tiro al aire sin posibilidad de hacer otro más.
Si el Madrid juega como la segunda mitad y sobre todo como el último cuarto, despídanse. Si rinde como en el primer cuarto, la playa está más cerca. Y si hay un punto intermedio, habrá Final. Se prevé una batalla dura, suponemos, porque cuesta creer que el Madrid cae tres veces seguidas, porque cuesta pensar que por muy tocado y poco fresco que estén los de Laso, no haya recursos para vivir hasta el domingo. Y luego allí ya se vería, pero todo pasa por sobrevivir el viernes. No hay más.
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Yo sí creo. Hala Madrid y nada más!
El equipo lleva jugando muy mal hace bastante tiempo y nadie pone remedio, del entrenador no se esperan muchas soluciones porque nunca las aportó. Esto es deporte de élite profesional y no los Harlem Globetrotters.