Hoy se cumplen exactamente 75 años del día de la inauguración oficial del Nuevo Estadio Chamartín. Fue el 14 de diciembre de 1947, fecha a memorizar por todo madridista que se precie de tal.
Tres cuartos de siglo han pasado desde entonces, en los que el club más laureado del planeta ha vivido cientos de partidos, la gran mayoría victoriosos, y nada menos que 33 de los campeonatos de liga de los 35 que posee (los otros dos fueron en los años 30, con los Zamora, Ciriaco, Quincoces, Regueiro y compañía) y las 14 Copas de Europa que enarbola con orgullo.
Por razones obvias de edad, este articulista no estuvo el día de la inauguración, pero tiene el privilegio de conservar memorias de aquel día, ya que su padre estuvo allí presente y le narró con detalle lo que allí sucedió.
Hoy se cumplen 75 años del día de la inauguración oficial del Nuevo Estadio Chamartín. Fue el 14 de diciembre de 1947, fecha a memorizar por todo madridista
Tras más de 3 años de obras, desde que se consiguió en 1944 un crédito por medio del Banco Mercantil (presidido por Rafael Salgado, que da nombre actualmente a la calle del fondo norte del estadio) a la entidad, presidida desde el año anterior por D. Santiago Bernabéu, para comprar los terrenos colindantes al viejo Chamartín, por fin llegó el día de la inauguración oficial del nuevo recinto. Todo ello tras haber jugado el Madrid desde el 13 de mayo de 1946 (un año y medio antes), todos sus partidos oficiales en el Stadium Metropolitano del Atlético de Madrid, es decir toda la liga 1946-47, más las correspondientes eliminatorias de Copa, y los primeros meses de la liga 1947-48. En el verano de 1946 el viejo estadio de Chamartín había pasado a la historia y se procedió a su demolición.
El rival que escogió Don Santiago para el magno acontecimiento de su inauguración fue el club portugués Os Belenenses, cuya morada se encuentra en la periferia de Lisboa (en la localidad de Oeiras) y que había sido campeón de la liga inmediatamente anterior, la de 1945-46.
En 1947 el estadio se encontraba bastante lejos del centro de la ciudad, en pleno descampado, cercano a la colonia de El Viso (en esa época se estaba procediendo a construir la prolongación del Paseo de la Castellana, que llegaba hasta donde hoy en día se encuentran los Nuevos Ministerios) y la mayoría de la gente acudió en tranvía o en autobús desde las plazas céntricas de Cibeles o de Colón. O bien caminando desde Cuatro Caminos o desde el barrio de la Guindalera.
El encuentro, que comenzó a las 3 y media de la tarde, ya que aún no disponía de iluminación artificial (tardaría 10 años en instalarse, en mayo de 1957), contó con una magnífica asistencia, más de 55.000 espectadores según narran las crónicas, aunque no se llegó a completar el aforo total de 75.145 localidades, 27.645 de las cuales eran entradas de asiento (y 7.125 de éstas eran cubiertas, todo un récord en su momento). 7 años después, en 1954, hubo una ampliación hasta 125.000 localidades. El árbitro designado para la contienda era el más prestigioso con diferencia de su época, D. Pedro Escartín.
El rival que escogió Don Santiago para el magno acontecimiento de su inauguración fue el club portugués Os Belenenses, campeón de la liga inmediatamente anterior, la de 1945-46
El Real Madrid de aquel año transitaba por la liga en posiciones modestas, tras haber acabado la temporada anterior en el séptimo puesto, pero habiendo ganado la Copa de España de 1947 en La Coruña, el 22 de junio ante el Español, por 2-0, con goles de Vidal y de Pruden en la prórroga. Con aquel título, el Real Madrid revalidaba el conquistado el año anterior en Barcelona, en el estadio de Montjuic, ante el Valencia (3-1), el cual había supuesto el primer gran éxito del club desde la copa conquistada en Valencia aante el Barcelona unas semanas antes del estallido de la Guerra Civil, el 21 de junio de 1936 en el estadio de Mestalla, en Valencia.
La alineación que presentó el Madrid aquella fría tarde de domingo, entrenado por una leyenda como era el fabuloso defensa Jacinto Quincoces, fue la siguiente: Calleja en la portería (el titular Pepe Bañón estaba lesionado), Clemente y Corona como defensas, Pont, Ipiña (el histórico capitán) y Huete en la medular, y, como delanteros, Alsúa, Chus Alonso, Barinaga, Molowny y Vidal. El uniforme era, como desde 1931, blanco en camiseta y pantalón y las medias de color negro.
El partido, por lo que nos contaron quienes lo presenciaron, fue muy entretenido y ambos equipos desplegaron un juego ofensivo y llamativo. El Real Madrid había empezado mal la liga, pero en este amistoso jugó sin ataduras y sin los nervios de la competición. Sabino Barinaga, el delantero vasco nacido en Durango (Vizcaya), tuvo el honor de inaugurar el marcador con su gol en el minuto 15. Tras empatar a 1 los lusos, por medio de Teixeira da Silva, finalmente el partido concluyó con un 3-1 a favor del equipo anfitrión, con dos goles anotados por Chus Alonso. Curiosamente, los dos goleadores blancos habían participado 4 años antes muy activamente en el célebre 11 a 1 infligido al Barcelona, con “póker” de Barinaga y doblete de Alonso, el asturiano nacido en La Habana, Cuba.
14 días después, el 28 de diciembre de 1947, se disputó el primer encuentro oficial en el Nuevo Chamartín (oficialmente llamado al principio “Estadio Real Madrid Club de Fútbol”), en competición liguera, ante el Atlético (todavía no Athletic) de Bilbao, con victoria de los merengues por 5-1, y cuyo primer gol oficial sería de Chus Alonso, a pase de Sabino Barinaga.
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