Saber aguantar la presión (o no saber)
El Joventut de Badalona jugó un partidazo en Madrid para inaugurar la serie de semifinales de la Liga Endesa y se impuso claramente por 10 puntos (83-93) con una exhibición del pistolero de Indiana Kyle Guy (30 puntos). Ya se oía por los corrillos tuiteros que Guy debía ser fichado de inmediato, que había que echar a Mateo (15 días después de ganar la Euroliga), que si Musa al Breogán y que si tocaba jubilar de nuevo a los Chacho, Llull y Rudy.
Lo de siempre.
La incertidumbre de la serie duró hasta el principio del cuarto cuarto del segundo partido disputado en el Wizink. El Madrid apretaba de lo lindo en defensa, con el mejor partido de blanco de Yabusele, y los verdinegros se desplomaron en gran parte por los nervios de su buen técnico, Carles Durán y, sobre todo, de su veterano pívot, Ante Tomic, que se autoexpulsó tras una falta intencionada clarísima (codazo a Yabusele) y otra casi acto seguido.
El partido acabó con un +17 para los blancos, que recuperaron sensaciones tras un primer encuentro en el que salieron poco concentrados y fueron sorprendidos por el buen hacer de Guy, del base dominicano Feliz y de secundarios de calidad como Joel Parra, Ellenson y Brodziansky.
Las aguas volvían a la normalidad y más de uno —entre ellos el que suscribe— pronosticó un 3-1 final, con dos victorias en el Olímpic de Badalona.
Durán se encargó de calentar el ambiente, con varios aliados de la prensa, poniendo el foco en el arbitraje del segundo partido (¡recordemos que el árbitro principal había sido Hierrezuelo!, un clásico azote del madridismo), argumentando que a Tavares no se le había pitado ni una sola falta en contra en 80 minutos.
El resto ya lo protagonizó el paletismo imperante de este nuestro querido país, y el sábado pasado, el Olímpic era una caldera de aceite hirviendo, con una sobre excitación entre sus aficionados pocas veces vista. El otrora entendido público de Badalona soltaba espumarajos por la boca desde el minuto 1, insultando todo lo blanco y tomando a Yabusele como el muñeco de pim-pam-pum de turno, como el Vinicius de las canastas.
Una final más para el Real Madrid, que ya espera rival para las batallas de fin de temporada, en las que, pase lo que pase, habrá sido la de la gloriosa conquista de la Undécima Euroliga, la de las remontadas imposibles
Recordemos que Yabusele, tras una feísima acción ante Partizán (segundo partido del play off de cuartos de Euroliga), fue debidamente juzgado y sancionado de forma exprés con 5 partidos de descalificación, lo cual le eliminó del resto de la serie ante los balcánicos y también lo dejó fuera de la Final Four de Kaunas.
Los repetidos gritos de “¡Asesino, asesino!”, dirigidos hacia el francés debieron de ser cortados de raíz por los árbitros, cosa que no sucedió, pese a la reiteración de los gravísimos gritos.
Aun así, paradójicamente, ese sucio ambiente antideportivo y violento poco favor le hizo al equipo local, que estuvo acelerado desde el primer momento y francamente fallón en ataque y blando en defensa.
No supieron soportar una presión elaborada de forma artificial, y ello les condenó directamente al infierno del fracaso. El Madrid se paseó con ventajas de hasta 30 puntos en el tercer cuarto, y los locales apenas llegaron a inquietar una vez que Mateo mandó sentar a casi todos los titulares y acabó jugando con 5 “pequeños”.
Algo similar ocurrió en el cuarto y ya definitivo partido, aunque los decibelios ambientales estaban bastante más bajos que dos días antes. El Joventut, con Guy desaparecido como en el segundo partido y en muchas fases del tercero, aguantó hasta el descanso (35-38) y sucumbió claramente en el tercer cuarto, en cuanto Tavares, Nigel Williams Goss (y luego exhibición del Chacho en el día de su 37 cumpleaños), Yabusele (que ha hecho una serie impecable) y Musa, se pusieron el traje de remeros, y barrieron a los verdinegros con un parcial de 14-25.
Ya no hubo más partido. El último cuarto fue un duelo de triples en el que se apuntó a la fiesta un Súper Mario Hezonja, que anotó en 7 minutos 16 puntos.
En tres partidos ganados por el Madrid, había dejado curiosamente al Joventut en 73 puntos, demostrándose una vez más que en duelos tan físicos se acaban imponiendo las buenas defensas, y ahí los NWS, Hanga, Yabusele y Tavares son los reyes de la ACB.
El entrenador local, que empezó la serie como pirómano, acabó reconociendo deportivamente la superioridad de los de Mateo. Se palpó la diferencia enorme entre un equipo ganador, acostumbrado a vivir situaciones en el alambre, y un equipo con talento y con grandes fundamentos, que no supo calibrar, ni menos todavía convivir, con la presión que suponía un posible pase a la final de la Liga Endesa.
Una final más para el Real Madrid, que ya espera rival para las batallas de fin de temporada, en las que, pase lo que pase, habrá sido la de la gloriosa conquista de la Undécima Euroliga, la de las remontadas imposibles.
La decadencia de la región catalana es absoluta. El proceso abductivo ,que comenzó allá por la década de los 80,s , dirigido al global de la sociedad catalana y con mayor énfasis sobre la población infantil, lo Mas vulnerable , ha desembocado en la enorme cantidad de estiércol que cubre a la otrora pujante sociedad catalana. Lamentable espectáculo , por lo que concierne al ámbito social y político, el que se ha ofrecido estos días con motivo de 2 partidos que debían haber sido una fiesta de baloncesto.
Me sabe mal por Amaya Valdemoro, auténtica profesional del baloncesto. Qué , aunque condicionada y arrastrada por la tendencia antimadridista del canal, es la única que se salva de la quema. El resto provoca arcadas. Que un individuo, como el barbas y principal locutor ayer,
suelte por el bokino la serie de frases cargadas de antimadridismo...solo hace que corroborar y explicar lo que digo. No sé lo que debería hacer el Real Madrid al respecto. Porque no es fácil paliar el feroz antimadridismo existente. Pero no han de mantenerse impávidos. Vomistar plus es un arma al servicio del nazional-culerisme.
Vergonzosa la actitud del comentarista principal de Movistar, un auténtico indeseable al que solo le faltó unirse a los gritos racistas del "respetable". Que un individuo así proclame su cavernícolo antimadridismo en cada intervención sin aparentemente consecuencia alguna - allí estaba otra vez el cuarto partido - es para hacérselo mirar. Desgraciadamente, los encargados de la retransmisión con el audio de RMTV son un par de sosos que lo más redondo que han visto es un melón de Socuéllamos.