Volvía la Champions al Bernabéu. A diferencia de lo que suele ser habitual, en esta edición el Madrid está ofreciendo peores prestaciones que Atleti y Barça, aunque sin alfombras arbitrales, y cada partido de los que restan es importante. El rival era el RB Salzburgo, pero no de Osma, sino de Austria, cuna de un pintor austríaco con mucho predicamento entre cierto sector de la afición rojiblanca desde hace casi 100 años. Los blancos, además de ganar, buscaban prolongar la buena dinámica mostrada ante Las Palmas a partir del segundo 26. Lograron ambas cosas.
Volvieron a la titularidad Mendy y Modric, en el lateral derecho se ubicó Fede Valverde en lugar del sancionado Lucas, y aportando densidad al centro del capo repitió Ceballos, que salió por la puerta grande el último encuentro. Arriba, los cuatro delanteros.
En contra de lo que podíamos prever, el Madrid no salió ejerciendo un fútbol dominante y era el Salzburgo quien tenía el control de la pelota. Al filo de los 10 minutos, un disparo de Gloukh no se marchó muy lejos del palo izquierdo de Courtois. Los blancos debían despabilarse y agarrar el timón del choque.
Los de Ancelotti parecieron leer está crónica y comenzaron a entrar más en contacto con el balón. Ceballos, de nuevo, se hacía grande en la zona ancha con un Modric que no quería ser menos. Los blancos visitaban más los córners que si estuviesen jugando en un campo octogonal, pero llegamos al 20' sin ninguna ocasión de peligro. Tenía el balón, pero no lo estaba moviendo con velocidad.
Prácticamente sin tiempo para terminar de escribir el párrafo anterior, una buena acción de Valverde terminó con el balón en Mbappé, quien le dio continuidad hacia un Vini que lo puso a la llegada de Jude, pero el inglés no pudo controlarlo y fue Rodrygo el que apareció por la derecha para cruzarlo adentro. Primer tiro, primer gol. 1-0.
El Madrid se animó y a continuación Vini pudo aumentar la ventaja, cazó el rechace a un chut de Rodrygo, sin embargo, disparo mal, muy alto. A la media hora, Modric lanzó un hueso a Kylian desde la medular que el galo no pudo alcanzar. Un par de minutos después, una arrancada felina de Bellingham fue desbaratada por Blaswich.
Las ocasiones anteriores no habían terminado gol porque la noche se estaba reservando para la exquisitez que cocinaron Goes y Jude. El brasileño se apoyó en el tacón del inglés en el flanco izquierdo del área y depositó el balón cruzado de primeras en la esquina más lejana de la red. Más que un gol, un manjar.
El Madrid es ese equipo en el que esperas que brille Mbappé y de repente aparece Rodrygo con un cañón de luz. Y mientras, Bellingham diestefanea por el campo vestido de Mozart. Cuando Jude se pone a jugar, todo cambia.
La primera parte concluyó con amarilla a Vinícius por caer en el área rival. Ni siquiera había reclamado penalti. Acarrea suspensión.
El Madrid es ese equipo en el que esperas que brille Mbappé y de repente aparece Rodrygo con un cañón de luz. Y mientras, Bellingham diestefanea por el campo vestido de Mozart
Rodrygo comenzó la segunda mitad de la misma manera, jugando muy bien al fútbol. Tras una esplendorosa incursión, la víbora Goes sirvió a Kylian, cuyo control eléctrico se marchó largo y el guardameta llegó primero al balón. Pero Mbappé demostró en el campo lo mismo que en rueda de prensa, que sabe lo que es vestir la camiseta del Real Madrid, y no dio por perdido el balón, recuperándolo y anotando el 3-0 a lo Benzema.
Es difícil ocultar la sonrisa cuando uno ve a Kylian. Y la satisfacción cuando ve conducir el balón a Bellingham como si fuese John Wayne.
A ambos los estaban viendo Modric y Vini y se ve que sintieron envidia. El croata centró en profundidad al siete, quien recortó y la reventó a gol. 4-0. Gol número 100 de Vinícius con la camiseta del Real Madrid.
En la tele, Valdano decía que Bellingham no estorba ni en un ascensor, y fuera de ella, los aficionados querían ver a Güler y a Endrick, a poder ser más de dos minutos. ¿Concedería Ancelotti ambos deseos?
vinícius superó los 100 goles con el Real Madrid
En lo que al turco se refiere, sí. Carletto lo sacó con media hora por delante, junto a Alaba. Sustituyeron a un gran Ceballos y a Wolfgang Amadeus Bellingham, que se iba al banco tras haber compuesto otra sinfonía. El Bernabéu quiere a Ceballos y ama a Jude. La entrada del recién recuperado austriaco relegó al lateral a Asencio y propició el retorno de Fede al timón de la nave blanca.
Precisamente Alaba facturó un excelente balón a un Vini que controló de maravilla, pero la jugada se diluyó antes de materializarse en peligro. En ese momento, Mbappé y Rodrygo salieron del campo entre aplausos para que entraran Endrick y Brahim. Quedaban 20 minutos para intentar más goles, hecho que viene bien en este nuevo y peculiar formato de Champions.
Brahim a punto estuvo de lograr el quinto, pero Blaswich lo evitó con una intervención notable. Quien si lo anotó fue Vini después de una jugada de libro que había comenzado en Courtois. 5-0. Si cambias a Vinícius cuando está mal, te pierdes al Vinícius que después la enchufa.
La aspiración de no encajar ningún gol la hizo añicos Bidstrup de volea colocando el 5-1 en una jugada que el Madrid pudo defender mejor. Acto seguido, no anduvo lejos Vini de firmar el hat-trick.
Con una postrera ocasión de Brahim, terminó el concierto blanco. Mención especial al director de orquesta, Wolfgang Amadeus Bellingham, bien acompañado por virtuosos músicos, varios de los cuales ejecutaron la partitura de manera sobresaliente para ganar.
Lo mismo desde hace 100 años.
Getty Images.
DesBaratada. Corríjanlo, por favor. Produce esguince de córnea.
Como contra Las Palmas, me ha dado la impresión de que el equipo no ha apretado lo suficiente en los últimos minutos, adoleciendo de falta de ambición. Es una pena, porque con un gol más hubiera adelantado al Bayern en la clasificación y lo hubiera tenido un poco menos difícil para entrar entre los ocho primeros. En cualquier caso, a mí el Madrid como equipo no me ha gustado. Partido con mucha facilidad, con Ceballos demasiado sólo en el medio y con nula profundidad de sus laterales. Vinicius hizo un mal primer tiempo, pero luego se entonó, marcando dos golazos, al contrario que Rodrygo, que firmó una primera parte magnífica. También Bellingham, aunque a veces se pasó de individualista. Creo que Valverde es básico en el centro del campo y que Fran García aporta una energía y profundidad de la que carece el insípido Mendy.
"Diestefanea"; ¿para qué leer más? Magistral. He seguido leyendo, por supuesto.
Que no nos engañe el Salzburgo: queda mucho por mejorar. Pero "carpe diem".