1. La paradoja del posconfinamiento.
Recordaremos siempre esta Liga porque es una Liga pero son dos. Dos evaluaciones. El parcial (antes del confinamiento) lo perdimos por ser un equipo poco fiable, tan capaz de lo sublime como del batacazo. El examen final lo superamos con nota precisamente por nuestra fiabilidad, administrando lo sublime con cuentagotas y neutralizando los batacazos. Paradoja. El parón del Covid como punto de inflexión.
2. El reto de la anomalía.
Al Madrid, inevitablemente ahíto de Historia, le excitan los retos nuevos, y el viejo fútbol depara pocos. Una vez se vio galvanizado para superar el empate con el que se iniciaron los seis minutos pendientes de un partido aplazado por un aviso de bomba. Ahora se ha visto espoleado por un desafío que también ha tenido su origen en lo extrafutbolístico. Estos once partidos, estas once finales de Liga, han constituido la versión maxi-single de aquellos seis minutos. Aquel minipartido se ganó. Esta miniliga también.
3. Los gritos del silencio.
La ausencia de público ha supuesto una ayuda adicional. Ya Fantantonio adelantó en este espléndido artículo el alivio que supone “el silencio de España” para los jugadores del Madrid, entendiendo por dicho silencio el del antimadridismo y sus características encerronas. Más triste y digno de inspirar reflexión en la masa social blanca es el hecho de que al Madrid también le haya venido bien jugar en casa pero sin su público.
4. La discreción del Di Stéfano.
En este sentido, el optar por el Di Stéfano en lugar del Bernabéu se ha manifestado un verdadero acierto, y no solo por haber permitido avanzar más rápidamente en las obras de remodelación del estadio, sino también en el plano meramente deportivo. El Madrid se ha adaptado mejor que nadie a las nuevas condiciones, y ello ha sido en parte por el nuevo recinto. Jugar sin público es una anomalía, pero jugar sin público en un pequeño estadio es una anomalía menor que hacerlo en un estadio gigantesco. La mente lo asume mejor que al hacerlo ante enormes extensiones de cemento vacío.
5. Ni encerronas ni piperos.
Jugar sin público ha podido tener un peso en el factor arbitral. Fuera del Bernabéu, los árbitros han tendido siempre a dejarse influir por el ambiente de linchamiento (con un poco de suerte, solo moral) a los blancos. En el coliseo blanco, los colegiados propenden tradicionalmente a sobreactuar para, precisamente, dejar bien claro que no se dejan influir por esa masa social en concreto. Todo ello ha quedado neutralizado por el síndrome del estadio vacío.
6. Videoarbitraje y justicia.
El VAR ha sido decisivo. Quien (empezando por la prensa cataculé) ha llamado despectivamente al Real Madrid “el campeón del VAR” cree hacer de menos a la legitimidad del triunfo blanco, ignorando que es la simple constatación de una realidad objetiva y en absoluto vergonzante. Si acaso, debería hacer pensar a quienes han sostenido en la competición, durante lustros, un dominio al que habría ahora que pasar el VAR como la prueba del algodón. El videoarbitraje no ha hecho más que objetivar un reparto de justicia que ha contado con el sonrojante escándalo de muchos que se han destapado, así, como enemigos de la verdad. La herramienta, y sobre todo el uso de la misma, son susceptibles de indudables mejoras que deben ser puestas a discusión. Tantas manos a la cabeza por decisiones acertadas del VAR, en ocasiones corrigiendo un dictamen inicial erróneo de los colegiados, deben hacer reflexionar sobre todo, sin embargo, a los propietarios de las manos. “No, es que son muchas decisiones al límite”. No. Con el VAR no existe el límite, esa es precisamente su ventaja. Posibilita una medición objetiva de muchas cosas, con la justicia (a veces reparadora) que ello trae consigo. Opinaré exactamente lo mismo si algún día las decisiones objetivas del VAR favorecen en la consecución de un campeonato para el Barça.
7. Think globally, play locally.
“Algo pasó tras la vuelta del parón. Una ilusión especial en los jugadores. Se quedaban horas entrenando al final de los entrenamientos”. Estas palabras de Zidane tras ganar el título revelan el afán casi insensato con el que los jugadores se prepararon, en la soledad de sus confinamientos primero, y en el reencuentro de los entrenamientos después, para ganar esta Liga. Fue una conjura interior, individual primero, que se vio después galvanizada por la puesta en común de ese anhelo. Resulta que todos estaban igual de locos por ganarla, y todos se aplicaron con el mismo ahínco y algo que va más allá del extremo de la profesionalidad. El Madrid, club universal donde los haya, alentó el empeño irrenunciable de llevarse la competición a la luz de su localismo. Madrid, la ciudad, la provincia, habían sufrido como pocos otros lugares en el mundo la lacra del Covid, y se sabía obligado a hacer algo al respecto. Obligado a ayudar. De igual modo que el Club había prestado todo su apoyo financiero y logístico, que es mucho, a la Comunidad en la lucha contra la pandemia, no es aventurado pensar que los jugadores se vieron transidos por una voluntad superior de similar cariz. El Club podía poner dinero, podía prestar su legendario estadio para albergar material sanitario. ¿Y ellos? ¿Qué podían hacer los futbolistas para paliar en lo posible tanto padecimiento? Estaba claro: jugar al fútbol y cumplir con lo que se espera del Real Madrid: ganar. No hizo otra cosa (10 de 10) desde que el desastre abrió entre sus zarpas un hueco para dejar rodar el balón. Produce un escalofrío escribirlo, pero qué le voy a hacer si lo siento así. Esta gente ha jugado por nuestros muertos. Ha ganado por ellos. ¿Cómo no ganar cuando la causa es así de incalculable, así de abrumadora, y si además resulta que eres y te sabes buenísimo?
8. El Zidane anímico.
Volver a escribir sobre la capacidad de Zidane para aglutinar a su alrededor las voluntades de sus subordinados resultaría redundante. Pero sí lo ejemplificaremos: bombas de relojería en potencia como Bale o James, jugadores de fama mundial en situación de práctica marginación, no han generado apenas conflicto, sabedores de la magnitud del crimen que habría supuesto poner palos en las ruedas de una voluntad colectiva tan unánime, la voluntad de ganar la 34.
9. El Zidane táctico.
Aunque algunos se sorprendan o finjan sorpresa, el control táctico de los partidos por parte de Zidane no es cosa que acabe de manifestarse. Es más bien algo que cualquier observador no sesgado debió admitir ya en los primeros meses de desempeño de Zidane al frente del equipo, cuando conquistó para el club la Decimoprimera merced a unas semifinales ante el City y una final ante el Atleti que entran por derecho propio en la relación de los partidos más puramente tácticos que ha jugado el Real Madrid en su historia reciente. “Be Italian”, le reclamaba yo a Zizou en un viejo artículo en El Español. Acabamos de vivir el segundo apogeo de su tacticismo made in Calcio y nos hacemos los encontradizos, pero sólo Capello y Mourinho han ganado en el Madrid moderno con patrones de pizarra tan definidos. Flexibles, nada dogmáticos, pero profundamente trabajados.
10. El Zidane físico (aka as Dupont).
Zizou y su muy eficiente experto en preparación física han puesto a los jugadores como toros para esta vuelta a la competición tras el parón del Covid. Mientras los demás hacíamos una tabla online para mantener los michelines bajo control en pleno confinamiento, cada uno de estos jugadores se convertía en la quietud de su domicilio en su propio sargento de hierro, y todo con la sola ayuda de un francés que daba consignas al otro lado del zoom. Y todo ello para ganar por la causa. La causa ya comentada.
(Continuará...)
Cuando competimos, normalmente ganamos. La clave es competir en la élite, y el objetivo es ganar. La forma me es indiferente. Competir y ganar, eso es el Madrid, lo demás es filosofía barata.
Muy orgulloso de mi Madrid.
Si señor pero el problema es cuando no te lo permiten como es en esta liga corrupta y ya lo vimos en la última que conseguimos robo tras robo hasta en el último partido el robo que le hicieron al Eibar lo de este equipo tiene mucho mérito salir a competir cuando sabes que te patearon un día si y otro tambien
La siete he tenido que leerla varias veces. Número mágico para todos. Abrazos Somos Campeones
Las claves:
1. Zidane. Guiando un grupo en el que los nuevos fichajes apenas han aportado nada, viniendo del abismo de uno de los peores años de nuestra historia reciente, mentalizando, alternando, motivando, preparando físicamente. Sencillamente magia.
2. Benzema. En la línea de la temporada anterior, completamente liberado, liderando, marcando, ejerciendo de delantero cuando más lo necesitaba el equipo. No es mi jugador favorito pero su versión post Cristiano es de nota. Solo recordar que no acaba de llegar, lleva una pila de años y yo, al menos, nunca lo había visto a este nivel. Aún así otro 9 que juegue junto a él es necesario.
3. Courtois. Los buenos porteros te hacen ganar partidos (Keylor), los grandes porteros te hacen ganar ligas. Un autentico baluarte. Nos ha dado un montón de puntos.
4. Los centrales. Ramos y Varane han estado magníficos. Posiblemente la mejor pareja del mundo. El liderazgo del capitán es incuestionable.
5. La aportación de los veteranos. Kroos en nivel de hace tres o cuatro temporadas, sin apenas errores y con mucho mayor verticalidad que en los últimos años. Sencillamente genial. Modric nos ha dado minutos de calidad en la recta final.
6. La aportación de los jóvenes. Valverde, Vinicius y Rodrygo. Casi en recorrido inverso. Ambos tienen un potencial tremendo. No han estallado pero han aportado en momentos concretos. Buen nivel en general aunque algo irregular.
7. Las decepciones. Bale y James. Se veía venir desde pretemporada, al menos Zidane lo veía venir. El club no fue capaz de venderlos y ha resultado un error. Hazard también podría estar aquí. El Madrid arriesgó con un jugador de 29 años. Desde Kaka no se gastaba tanto en un jugador de esa edad. Las lesiones le han impedido brillar pero también su llegada fuera de forma. Aportación nula hasta ahora.
8. Los suplentes. Isco. Bale. James. Jovic. Militao. Nacho. Odriozola. Mariano. Brahim. Vazquez. Mendy. Areola. De todos estos solo Mendy y no con regularidad, han demostrado nivel e implicación. A Militao se le adivinan cosas pero no ha echado la puerta abajo. Es más de la mitad de la plantilla la que ha rendido a un nivel bastante bajo. Al final el Madrid campeón apenas han sido 15 jugadores a pesar de las rotaciones. No, la plantilla no es perfecta ni esta compensada. Haríamos mal en no verlo y aparcar los cambios necesarios. Si ahora mismo el club decidiera vender a James, Bale, Isco, Odriozola, Areola, Jovic, Nacho, Mariano, Vazquez y Brahim ninguno nos llevariamos las manos a la cabeza. Pues bien, son 10 jugadores señal de lo que decía antes. Cuando tienes 10 prescindibles es que algo no has hecho bien.
9. Muchos de los jugadores que han liderado el triunfo son veteranos. Benzema, Ramos, Modric, Kroos, Marcelo... también se acercan Carvajal, Casemiro, Isco... Sé que hemos fichado muchos jóvenes pero no queda muy claro si el club confía en ellos o simplemente van a ser inversiones a corto plazo.
10. Lo que el Madrid ha hecho tiene un mérito tremendo. Un equipo con muchas limitaciones ha salido campeón merecidamente y siendo bastante superior a los rivales. Pero la felicidad no nos debe hacer obviar que el campeonato, en lineas generales, ha sido mediocre con muy poco fútbol por parte de la mayoría de los rivales. Ningún equipo grande ha destacado. Tampoco el Madrid ha jugado bien. Hemos ganado una liga poco competitiva objetivamente. Yo, como muchos madridistas, aspiro a un Madrid dominador en el juego y resultados, un Madrid que enganche y transmita con su futbol. Creo que para eso necesitamos algo más. Hay muchas luces en nuestro futuro, pero también hay sombras que debemos detectar. De los 5 fichajes apenas uno han funcionado medianamente. No hemos recuperado los goles que perdimos con Cristiano, ni siquiera una parte. La edad de los jugadores diferenciales esta por encima de los 31 años. La plantilla tiene demasiados miembros que apenas aportan nada. Esta liga nos permite planificar con tranquilidad y sin presiones los próximos años, no nos equivoquemos, podemos estar ante un ciclo ganador ahora que Messi esta en el fin de su carrera. Vamos a aprovecharlo.
Al Varza, la mafia proVarza y proculé le han dado ligas regaladas desde hace 30 y robadas Tenerife p.e. así que no protesten, que mascherano piqué incluso pujol saben de que hablo...¿verdad saldo arbitral? ¿Verdad que mas quiere que te de? Ay que cortos de memoria son...jajaja las ligas robadas son¿ cuantas? Ya se han olvidado de los clos Gómez de los hh de los burgo bengechea y de los aytekin ovrebo deblekker etc que poca memoria jajaja y todos los opinadores mirando pa Cuenca.. los segurolas maldinis castaños carreños lamas y demás calaña sin olvidar al marza asport culevision española jajaja...ay que poca memoria tienen..jajaja
Para mí una de las claves más importantes ha sido el jugar a puerta cerrada, se han evitado muchos ambientazos hostiles, que es uno de los factores clave por lo que nos cuesta ganar la liga. Vamos a Valencia, encerrona. Vamos a Sevilla, encerrona. Y así un largo etcétera. Os imagináis la trampa que nos habían preparado en Bilbao con 60 horas de descanso, a las 14h, con un San Mamés a rebosar?
Por eso hay que dejarse perder ante Lega y así le damos bien dado a una de las peores aficiones de España, mandando a segunda al Celta.
Al final vino bien el pinchazo contra el betis porque espoleó el grupo.
Mi apunte: Hazard nos va a dar muchas alegrías....
Por varios motivos, porque es un crack, porque es un crack y sobre todo, porque es un crack. Y los cracks siempre vuelven. Hazard amigo mio, te esperamos.
No ha tenido suerte porque cuando le lesionaron estaba jugando muy bien. Y en los regresos han ido a buscarle el tobillo lesionado. En cada partido, al primer regate, le arreaban en el tobillo y ya medio cojo todo el partido
Muy bueno el análisis de david, muy completo, nada que discutirle me gusto mucho. Felicidades. De acuerdo totalmente con Mojonenculerden. Un abrazo a todos y sigamos soñando con este equipo, el mas grande del mundo.
Desde Cuernavaca, México.