El pasado sábado, ante el Sevilla, Raphael Varane cumplió la magnánima cifra de los 300 partidos portando la camiseta blanca. Todo un hito, máxime si tenemos en cuenta los veintiséis años del futbolista, el carácter intransigente del público del Santiago Bernabéu y la complejidad que reviste jugar en la posición de central, en permanente exposición al error fatal y acotada por incesantes comparaciones con jugadores de otra época o de otras características. El central galo, que llegó procedente del Lens en 2011 tras haber jugado únicamente 23 partidos en la Ligue1, se aclimató a una velocidad de relámpago a su nueva vida en la capital. Y es que Zinedine Zidane, fue su mayor avalista, pues haciendo un ejercicio de valentía apostó expresamente por un jugador al que la bisoñería y la impericia no parecían hacer mella. Desde la perspectiva actual, podemos determinar que el tiempo ha dado la razón a Zizou. Para variar.
Zidane apostó expresamente por un jugador al que la bisoñería y la impericia no parecían hacer mella. Desde la perspectiva actual, podemos determinar que el tiempo ha dado la razón a Zizou. Para variar.
Y es que el francés, desde sus primeros compases en el club, ya dio muestras de una precocidad física y futbolística muy sobresaliente. No en balde, consiguió estrenar su cuenta goleadora en su segundo partido oficial, debutando pocos días después en la Uefa Champions League. Se consagraba de esta manera como el cuarto futbolista más joven en debutar en la máxima competición continental. Datos que hablan por sí solos. De todas estas virtudes es causa principal la prudente humildad y la sencillez de la que ha hecho gala durante toda su trayectoria, y que conforman el caldo de cultivo idóneo para un jugador que siempre ha tenido los pies en el suelo. Y es que Varane procede de una familia humilde y numerosa, que le ayudó para forjar un carácter estable, fundamental para triunfar en el máximo nivel. Lo que explica, de manera inmejorable, por qué creció a una mayor presteza que otros muchos profesionales de su generación.
Si bien es cierto que en su primera temporada no tuvo un papel notorio, pronto demostró una disposición aventajada para asumir la exigencia y el rendimiento inmediato que conlleva enfundarse la zamarra blanca, hecho que dista, por otra parte, con otros muchos grandes jugadores que ven subyugados su talento y confianza a la enorme presión ambiental que ejercen numerosos agentes exógenos, muchos de ellos derivados incluso de la abigarrada exigencia de la propia entidad. Conforme iban pasando los meses, pronto empezó a ser uno de los habituales en el XI, doctorándose en su eximia eliminatoria ante el Fútbol Club Barcelona en semifinales de Copa del Rey del ejercicio 2012/13; donde pudo marcar tanto en la ida como en la vuelta goles de vital importancia, salvando además un gol bajo palos. Ese hecho le catapultó al reconocimiento internacional, siendo pocos días después convocado con la selección francesa cuando tenía tan solo 20 años, liderando a partir de tal momento el eje de la zaga de una de las mayores potencias futbolísticas como lo es el combinado bleue.
pronto demostró una disposición aventajada para asumir la exigencia y el rendimiento inmediato que conlleva enfundarse la zamarra blanca, hecho que dista, por otra parte, con otros muchos grandes jugadores
Así, el natural de Lille fue quemando etapas a lo largo y ancho de la década, ganando títulos y engrosando un currículum brillante. A sus 26 años, ha logrado 4 Copas de Europa, 2 Ligas, 4 Mundial de Clubs, 3 Supercopas de Europa y otras 3 de España, y 1 Copa del Rey, sumando también un egregio Campeonato del Mundo. Patrimonio que habla por sí solo y que refleja la grandeza de un futbolista que ya es leyenda viva y que, de haber gozado de una mejor prensa, hubiera sido un potencial candidato al Balón de Oro por sus impecables prestaciones en el Mundial y su buen hacer durante largos tramos de la temporada 2017/18
En el presente ejercicio está siendo el bastión de la retaguardia, pues buena culpa de la palpable mejoría en el apartado defensivo del equipo la tiene él. A su intrínseca elegancia y finura con el balón en los pies está sumando una mayor agresividad y una mejor capacidad para convivir en el eje de la zaga sin la audiencia jerárquica que impregna Sergio Ramos como acompañante. En campo abierto es el central más fiable del mundo, pues su galopada le permite vencer cualquier duelo individual con una suficiencia inusitada, propiedad que asimismo le permite corregir ciertos desajustes posicionales cuando la situación así lo requiere. Goza de una pulcra salida de balón, es un gran activo en jugadas a balón parado y su solvencia en la mayor parte de balones divididos va aumentando. Juega con el aplomo de un central veterano, y sin perjuicio de que quizá su mayor déficit sea su candidez en las marcas, -deficiencia que cada vez va paliando mejor-, el francés reúne todas las condiciones de un defensa modélico, atesorando también un carácter fuerte y recto que le ha ayudado para lidiar ciertos episodios duros como la famosa lesión de rodilla que sufrió justo en el momento de su eclosión.
En el presente ejercicio está siendo el bastión de la retaguardia, pues buena culpa de la palpable mejoría en el apartado defensivo del equipo la tiene él.
Desde los albores de su debut ha dominado pruebas de exigencia contra entidades y delanteros de toda naturaleza, ha sabido aprovechar sus respectivas oportunidades y ha conjugado con maestría la madurez y la calidad óptimas que se demandan para asentarse en el máximo nivel. Y es que hay que decirlo más veces, Raphael Varane se está consagrando como uno de los mejores defensas centrales franceses de la historia. Un central de los pies a la cabeza, cuyo punto álgido no ha hecho más que comenzar. Mariscal Varane a su servicio.
Con las barbabaridaes que hemos tenido que escuchar y leer por parte de la prensa y muchos "madridistas" de este jugador frances, junto con Benzema, con el mejor palmares de la historia, por encima de Zidane, Platini y Kopa, como jugador digo. Aunque la verdad no me extraña, en el mundo tuitero he visto hoy que llamaban "SEGUNDON" a Doncic por estar por debajo de Lebron James..
MARISCAL VARANNE