El Real Madrid femenino se llevó (3-2) los tres puntos en el derbi capitalino ante el Madrid CFF en un duelo alocado y repleto de ocasiones. Gracias a un gol de Linda Caicedo y a un fantástico doblete de Teresa Abelleira, las blancas mantienen los seis puntos de ventaja sobre un Levante empeñado en pelear la segunda plaza hasta el final.
Cuando en el minuto 95 del partido disputado en el estadio Alfredo di Stéfano se fue al suelo derrotada por el esfuerzo la atacante del Madrid CFF Racheal Kundananji, Kathellen Sousa y sus compañeras de defensa respiraron con tranquilidad por primera vez en lo que iba de tarde. Lejos quedaba el plácido derbi de la primera vuelta resuelto con un 0-4 a favor del Real; esta vez sobre el césped se presentó el rival madrileño que acostumbra a crear dolores de muelas allá donde va.
Enfrente y sobre el papel, Alberto Toril optó por uno de sus onces de garantías, con la única pincelada diferente en la figura de Caroline Møller como nueve. Sin embargo, bastaron quince segundos de reloj para entender que el cauce del partido discurriría por un trazado peculiarísimo: el de un encuentro que pareció estar controlado por los mandos de consola de dos quinceañeros que prueban el FIFA por primera vez. Espacios a mansalva, errores impredecibles, goles por doquier y habilidades futbolísticas fuera de la realidad.
La primera pista la dio Misa Rodríguez en cuanto fue a entrar en contacto con un balón que pedía ser despejado bien lejos. Falló la canaria con estrépito, dejando manso el balón para que Flor Bonsegundo pusiese el 0-1 y, peor aún, obligando al Real a ofrecer metros y metros de pradera a espalda de su defensa desde el pitido inicial. En ese escenario, el Madrid CFF es un niño con un paquete de gusanitos. Sus jugadoras veteranas saben jugar en la trinchera y, por delante y a campo abierto, dejan que Racheal Kundananji abuse de una potencia y velocidad que nada tiene que envidiar a la de Adriano en el Pro Evolution Soccer 6.
Siete minutos después respondió el Real poniendo el empate en una jugada no por casualidad construida por Teresa Abelleira, Caroline Weir y Linda Caicedo, las tres más entonadas de blanco. La colombiana lleva dentro el veneno de los grandes futbolistas, por lo que en media ocasión sumó un nuevo gol que, aún así, no calmaría las aguas. De vuelta al otro área, Bonsegundo buscó de primeras a Kundananji a espaldas de Kathellen y la africana volvió a adelantar a las visitantes antes de que muchos espectadores llegasen a sentarse en su localidad.
El intercambio de golpes siguió, manteniendo la frecuencia del fútbol virtual, y antes del minuto 20 llegaría el 2-2. Esta vez, el orden de la secuencia fue exactamente el contrario al del primer gol madridista: Caicedo ganó por coraje un balón en el lateral del área, asistió raso a una Weir que pisaba área, y la escocesa dejó pasar el balón para que en segunda oleada Abelleira conectase un zapatazo ajustado al palo de Paola Ulloa. Las cartas estaban sobre la mesa. A un lado los focos se centrarían en las piernas de Kundananji y al otro lo harían en la bota derecha de Abelleira.
Sabiendo que el Levante seguía sin levantar el pie del acelerador en la pelea por el subcampeonato, el Real aceptó hasta el descanso la ruleta rusa de la defensa de cuatro adelantada. La estrategia, por momentos, pareció ser la de intentar marcar un gol más de los que pudiese convertir la delantera de Zambia. Y pudo hacer varios, pues en la zaga blanca no había nadie con la velocidad punta necesaria para frenarla. En cualquier caso, la mejor noticia para el Real Madrid fue el desempeño de Teresa Abelleira, quien creció con el paso de los minutos y mejoró con cada una de sus intervenciones el trenzado del juego local.
Toril aprovechó el descanso para modificar su dibujo, pasando a un 3-5-2 con Athenea del Castillo y Olga Carmona en los carriles, y el nivel de caos se redujo a niveles asumibles. A pesar de todo, las gotas de genialidad capaces de desequilibrar la balanza seguirían sobre el campo… y la moneda cayó del lado madridista. Al borde del 50, en una descarga hacia atrás de Møller para Abelleira, la gallega recibió el cuero lejos de la frontal del área y decantada hacia el perfil izquierdo. No le importó lo más mínimo. Sin necesidad de controlar el balón, disparó seco y plano con el empeine en busca del palo corto de Ulloa, que quedó de atrezo para la foto del enésimo golazo de la centrocampista.
El 3-2, a la postre definitivo, bajó las pulsaciones. Kundananji tendría todavía la contrarréplica en el 72, pero esta vez Misa pudo resarcirse de su error inicial ganándole un duelo cara a cara a la atacante y el marcador no se movió. El Real Madrid guardó como oro en paño su ventaja y esperó a que las leyes de la física hicieran sucumbir a Kundananji. Sólo superado el minuto 90, ya sin fuelle en los pulmones, pudieron disfrutar las blancas de su +6 sobre el Levante.
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El primer gol del equipo visitante nunca debió subir al marcador. Fuera de juego claro que se comieron. Tal como puede apreciarse en el vídeo resumen en la web del club. Siempre es la misma historia. No tiene nada de casual; sí, en cambio, de causal.
Teresa Abelleira, ¡vaya dos golazos!. Técnica exquisita en el golpeo de balón, lo cual le permitió imprimir una potencia y colocación digna de encomio.
El cuerpo técnico debe seguir trabajando y mejorando el equipo. En mi opinión es prioritario hacerse con los servicios de una lateral derecha y una lateral izquierda , un central y una crack, de medio campo para arriba, con llegada y gol. Necesitamos mayor velocidad , especialmente en la defensa.
Acabo de ver el resumen. Lleva usted toda la razón respecto al fuera de juego.
Creo que tiene mucho mérito que este grupo esté peleando por el subcampeonato. Yo estoy muy orgullosa. ¡Hala Madrid y nada más!
En el deporte la patrulla canina, perdón, la patrulla feminista hace mutis por el foro. El robo descarado y persistente no debe ser violencia de género
Lamentables comentarios: el primero por mezclar la parte con el todo perversamente; el segundo por su cinismo deshumanizado.