Zinedine Zidane abrazó con toda la ilusión del mundo la posibilidad de eliminar a un rival de tronío en la Copa del Rey, y con ella la opción de ganarla, a base de ofrecer a los que todo lo saben sobre este deporte -sobre todo cuando lo juega el Madrid- lo que ellos interpretaron como una lección sobre cómo tirarla a la basura.
Cristiano, ni convocado. Benzema, en el banquillo. Zidane sabe perfectamente que la Copa es un torneo de importancia -y al mismo tiempo de andar por casa- que demanda un plus de hambre, de ansia si cabe, de rabia incluso. No era un trabajo para la delantera que viene de proclamarse campeona del mundo, con la consiguiente e inevitable tendencia acomodaticia. Era un partido para los delanteros que mueren por jugar, que muerden por jugar porque quieren hacerlo y porque saben que juegan como los ángeles. También lo sabe Zidane: James por Lucas (lesionado) y Morata y Asensio porque sí. Los tres impartieron una lección de presión, pujanza y talento que aún tiene a los de Sampaoli sin respiración.
De estas tres buenas noticias es especiamente reseñable la de James. Marcó dos goles, el primero de ellos espléndido, y se implicó de tal manera que hasta incurrió en un mal despeje defensivo que casi da un susto, sí, pero un susto positivo por el grado de compromiso que su presencia en esa zona denota. Se vació, como sus otros dos compañeros de ataque. Hablo de ellos porque fueron la gran novedad en la alineación, pero lo cierto es que los más habituales rozaron la perfección también. El Real Madrid, sencillamente, despachó uno de los partidos más intensos y espectaculares que se le recuerdan en el Santiago Bernabéu. Ejerció del primer al último minuto (la condición física del equipo es envidiable como consecuencia del manejo selectivo de sus fichas por parte de Zidane) una presión alta que ahogó a los sevillistas y les condujo a la desesperación más absoluta. Cuando el partido agonizaba y el Madrid ganaba 3-0 -un marcador que le sitúa prácticamente en la siguiente ronda-, vimos a Modric y Kroos (repito: Modric y Kroos) presionar a la vez el juego de pases entre Sergio Rico y su defensa más cercano. Cuando tuvo el balón, es decir, casi siempre, el Madrid lo movió con sabiduría y verticalidad al mismo tiempo. Fue un partido que rubricó lo que hace tiempo sostiene el madridismo que no se deja contaminar por la prensa: que hacía años, lustros quizá, que no existían tantas y tan variadas razones para el orgullo. Aún no se ha ganado ninguno de los tres títulos principales de la temporada, es cierto. Pero no lo es menos que hacía mucho que no existían tantas razones para confiar en un éxito rotundo.
El encuentro constituyó un monólogo insultante del Madrid. Las escasas aproximaciones sevillistas fueron solventadas por un colosal Varane (que volvió a marcar en otra jugada de estrategia) y un Nacho Fernández que en este caso no rozó, sino que alcanzó la perfección. Nacho está para ser titular en el Real Madrid siempre, y solo la pertenencia de los goles de Sergio Ramos al ámbito de la leyenda más rutilante será capaz de impedir que se instale en esa posición de manera perenne. Se doctoró en el Calderón con un partido que fue un punto de inflexión en su carrera, y ayer volvió a ofrecer una sensación de solvencia aplastante: veloz, expeditivo, sobrio, impecable.
Se hablará del primer tiempo porque la superioridad fue manifiesta y enardeció al frío Bernabéu, y porque en ella se vieron los goles, pero lo cierto es que el Sevilla se vio aún más empequeñecido en el segundo. La posibilidad de que marcase un gol que abriese la eliminatoria en esa segunda mitad fue prácticamente inexistente, hasta tal punto se vio maniatado. Lo único decente que pudo pasar en el segundo tiempo, a tenor del juego desplegado, es que el Madrid ampliase su renta. No sucedió, y probablemente no hará falta: salvo sorpresa mayúscula, el Madrid estará en cuartos tras dejar para la Historia un partido de ida memorable.
ASÍ JUGARON:
-Casilla: Muy seguro en las escasas llegadas sevillistas. 7.
-Carvajal: Incansable. 8.
-Marcelo: No siempre acertó, pero su omnipresencia es siempre un glorioso escándalo. Rico le paró un chutazo. Jugó más de lo que le dio la gana que nunca, y dejó gestos técnicos imborrables. 7,5.
-Nacho: Sencillamente perfecto. 10.
-Varane. Sensacional y goleador. 9,5.
-Casemiro: Falló algún pase que pudo meter en problemas al Madrid, pero en general fue rocoso, luchador y aseado en el movimiento del balón. 7,5.
-Kroos: En su mejor línea. 9.
-Modric: En su mejor línea pero con un extra de presión y remate. Pudo marcar de chilena. Habríamos tenido que cerrar la Galerna. 9,5.
-James: Dos goles y un partido completísimo. 9.
-Morata. Falló alguna ocasión muy clara, pero presionó, se zafó ejemplarmente y jugó muy bien de espaldas. 8.
-Asensio: Muy activo. El mejor socio de Marcelo. 8.
-Isco: Desentonó ligeramente en su entrada, pese a algunos buenos gestos técnicos. 6.
-Danilo: Zidane le dio entrada como interior y, aunque fue una decisión tácticamente interesante, no aportó mucho. 6.
-Mariano: Todo pundonor, rondó el gol en sus escasos minutos. 7.
Qué merecido el 10 de Nacho. Qué aseado en el corte, qué bien colocado siempre, qué inteligente para anticipar, aguantar o apretar según haga falta. Y todo ello, con serenidad y sin estridencias.
Qué pedazo de jugador.
Partidazo del equipo con muchos de los habitualmente suplentes en el 11 inicial del partido, con Zidane, y ésto es lo mejor que se puede decir del mejor entrenador posible que puede tener el Real Madrid, ese término no existe desde que está en el cargo y ahí radica gran parte del éxito que ha obtenido en este año entero en el banquillo blanco, lleno de pundonor y garra de todos, pero especialmente, porque iba a ser el jugador más observado, de James, hacía mucho tiempo que el colombiano no hacía un partido tan aguerrido y tan completo, luchando por todos los balones divididos como si fuera lo último que tenía que hacer en esta vida, y para enmarcar su partido, ha inagurado el marcador con un golazo que nos recuerda al James de su primera temporada en el club, un zurdazo con mucha rosca pegado a la cepa del poste que ha hecho imposible la estirada del buen portero sevillista, luego ha cerrado el marcador transformando el claro empujón a Modric dentro del área como un verdadero especialista desde el punto de penalty, no sólo por los goles, James ha realizado hoy su mejor partido como madridista desde que llegó en julio de 2014, y mira que los hizo buenos en su primera temporada con Ancelotti. Todo el equipo ha rayado a gran altura, la lección que han dado los dos centrales de cómo defender a los atacantes rivales, anticipándose a ellos por velocidad, bien colocados siempre, con muy buena salida del balón desde atrás y sin hacer faltas, es para enseñar en todos los colegios a los niños que empiezan a jugar a fútbol, y hacía mucho tiempo que no se veía por el Bernabéu en ambos centrales del equipo, Nacho está que se sale, y como nos cuenta D. Jesús en su crónica, sólo los numerosos y trascendentes goles de Ramos en estos últimos años, impiden que sea titular habitual en las alineaciones blancas, pero como defensa central, es bastante más sobrio y seguro que el andaluz. Todo el equipo ha hecho un partido muy completo, a la altura de los mejores de la temporada, como pueden ser los del Calderón, Benito Villamarín o los dos con el Borussia de Dortmund, y todos han luchado muchísimo, disputando todos los balones divididos como si fueran los últimos de sus vidas, el primer gol de James viene por una preciosa barrida de Casemiro al borde del área sevillista, que James, después de buscarse la posición más beneficiosa para su golpeo, manda a las redes con un zurdazo precioso pegado a la cepa del poste, pero han habido muchas jugadas de ese estilo, en las que Casemiro, James, algo infrecuente en él, Modric y casi todos los jugadores blancos, se tiraban al suelo para barrer a su favor los balones divididos en las disputas, ganando casi todos. Resultado perfecto de cara a la vuelta del próximo jueves en Sevilla, y ahora a refrendarlo con una victoria el sábado ante el Granada que nos permita afianzar el liderato pendientes de la difícil visita del farsa a Villarreal, y el próximo jueves en la vuelta de este partido en el Sánchez Pizjuán. HALA MADRID.... Y NADA MÁS¡¡¡¡
Llego a la oficina y un compañero "madridista" (las comillas son importantes) me da los "buenos días" diciendo:
- ¿Qué tal en el Bernabeu? No vi el partido pero fue un atraco... al Sevilla. Corner precedido de falta clamorosa y penalty que no fue, es decir, dos goles que no debieron subir al marcador...
Jesús, qué hacemos con él, lo atamos a una silla a modo naranja mecánica y le metemos Galerna y El Radio en vena, o es un caso perdido?
Siempre un placer, un abrazo.
Sólo una precisión, Jesús. Dices que el Madrid tuvo el balón casi siempre. La realidad es que la posesión estuvo repartida, pero el Sevilla "ganó" en ese apartado. La percepción de todos es que el Madrid mandó todo el partido. Y así fue. Lo que demuestra que "tenerla" nada tiene que ver con "saber qué hacer con ella".
Gracias, Nacho. No tengo las estadísticas de posesión. Pero es posible que tengas razón y el Sevilla tuviese más tiempo el balón que el Madrid y que, sin embargo, el mucho mejor uso que el Madrid hizo de esa posesión alterara, vía cualitativa, mi percepción cuantitativa del tiempo. Fue quizá, como dice Paul Hewson, ese gran madridista, "a moment of surrender / of vision over visibility".
Muy bien el MADRID, en todos los órdenes,,, mejor Mateu Lahoz por el amplio resultado.
Se dice y no pasa nada
Felicidades
El partidazo que se marcaron ayer nuestros teóricos suplentes me dejó aparte de un buen sabor de boca por el partido mismo, la sensación de que este equipo no se va a dejar ir alegremente de las competiciones.
Nada que añadir D. Jesús, magnifica crónica.
PARTIDAZO! que espero avive las "ascuas de oro del Madridismo" y sigan provocando llamas en eso que se llama prensa deportiva. Como Ud. con su crónica, la puntualización del Sr. Faerna y la OPINIÓN siempre LÍRICA y acertada de D. Mario, nos hacen llegar en sus escritos.
HASTA EL FINAL VAMOS REAL!!! (VAMOS GALERNA's)