En una noche europea memorable, el Real Madrid despejó el cielo para que Amancio mirara y disfrutase. O tal vez fue el propio Amancio el que tomó Anfield desde la banda derecha del firmamento.
Acostumbrados como estamos a ser recibidos por los campos de España entre intolerables improperios y groseras provocaciones resulta emocionante respirar el aroma del verdadero glamour del fútbol en Anfield. El impresionante respeto al minuto de silencio por la leyenda blanca fallecida hoy, el presidente de honor del Real Madrid, D. Amancio Amaro, El Brujo, resultó tan emotivo como la ofrenda floral que un directivo del Liverpool, acompañado por nada menos que la leyenda red Sir Kenny Dalglish y Billy Hogan depositaron junto a los aficionados merengues presentes en Merseyside.
En el ansiado regreso de la Copa de Europa, lo que de verdad importa, la puesta en escena de los de Carletto resultó valiente. Renunció el viejo zorro de Reggiolo a un cuarto centrocampista en beneficio de la fantasía de Rodrygo, titular en la ciudad de los Beatles. Una apuesta audaz, sin duda, pero también como reza la sabiduría de barrio; el cementerio está lleno de héroes.
Pronto, muy pronto, golpearon los muchachos de Jürgen. A los tres minutos, un pase cruzado, raso, certero, infecto y letal de Salah fue coronado con un virtuoso taconazo de Darwin Núñez. El gol inflamó Anfield y el Madrid, aseado con el balón pero bisoño en defensa, sufrió la clásica tormenta roja de los reds. El Liverpool atravesaba la medular del Madrid como cuchillo en la mantequilla, fácil de untar, como Enríquez Negreira, ya saben amigos galernautas.
El Real Madrid despejó el cielo para que Amancio mirara y disfrutase. O tal vez fue el propio Amancio el que tomó Anfield desde la banda derecha del firmamento
Ante los imberbes errores en la circulación de balón merengue, resultó profético que un resbalón en el centro del campo fuera el preludio del desastre instantáneo en el Reino Unido. Un extraño balón despejado atrás por Carvajal llego sin aparentes problemas a los dominios de Courtois. El tallo valón controló, pero se asustó al ver aparecer por allí a Salah y las siete plagas de Egipto. El balón le rebotó en la rodilla y el egipcio, la venganza del Faraón, no perdonó.
2-0 en 15 minutos. El Madrid no estaba jugando mal. Tampoco bien. En todo caso, cualquier otro equipo asomado de tal manera al abismo de la Champions hubiera acabado cayendo en picado. No así el Madrid, galopando esta noche a lomos de Vinicius, centrado, respetado, sin aguantar la violencia explícita y las mentecatadas de pazguatos que le defienden en la Liga.
Cinco minutos tardó el sonriente carioca en lucir su colmillo. Asociado con Karim en una baldosa en la esquina del área red, Vini armó el disparo en un palmo e instante para cruzar con rosca, imparable para su compatriota Alisson. 2-1 a los veinte minutos. Pudo ser mejor en una contra lanzada por Camavinga que Vini malogró en su último pase a Karim.
cualquier otro equipo asomado de tal manera al abismo de la Champions hubiera acabado cayendo en picado. No así el Madrid, galopando esta noche a lomos de Vinicius, centrado, respetado, sin aguantar la violencia explícita y las mentecatadas de pazguatos que le defienden en la Liga
Respondió el Pool con una melé digna de Twickenham dentro del área chica que sacaron ante Darwin al alimón Carvajal y Militao, al momento caía lesionado Alaba, entraba Nacho en el lateral izquierdo, el partido no daba tregua.
Al filo de la media hora, Vinicius recogía un balón dentro del área tras un saque de esquina. Cual Indiana Jones rodeado de enemigos fustigó un latigazo letal al que respondió con maestría el portero de la Canarinha. No sabía Becker el funesto destino que le esperaba.
A los 36 minutos, Vini contra todos, persiguió con ahínco un balón perdido en los dominios del arquero red, con la fe del penitente, como si invocara al fantasma galés de Loris Karius. Alisson despejó y Vini ya miraba hacia otro lado cuando el balón rebotó en su tacón para, bombeado, suave cual vuelo de libélula, se depositara mansamente en la portería del Liverpool.
2-2 para alivio de un Thibaut cariacontecido desde su inusual pifia.
El Madrid compareció con un rictus de rígida seriedad en el segundo tiempo. Y pronto se lo hizo saber a un adversario desconcertado por las múltiples vidas del Real Madrid. A los cinco minutos de la reanudación, Militao sacaba brillo con un violento testarazo a una jugada ensayada tras saque de falta lateral de Luka Modric. Gol y 2-3 a los 50´.
El Liverpool acusaba el golpe, directo al mentón. El púgil red se tambaleaba sobre el ring y el campeón blanco olió la sangre. De nuevo a los cinco minutos, una rápida combinación, tuya-mía entre Karim y Rodrygo, concluyó con un afortunado remate de Benzema que tropezó en Joe Gómez y se alojó en la portería del Liverpool. 2-4 a los 55 minutos para jolgorio de un madridismo feliz, sobre todo en Anfield.
Comprendimos entonces que Amancio nos observaba desde el cielo y que ya no podíamos perder esta noche. Modric carburaba, Camavinga se entonaba, el Pajarito picoteaba en todas partes, la fortuna sonreía a Karim, Nacho taponaba el agujero de Salah, hasta Rüdiger se animaba disparando desde Berlín. Klopp movía al banquillo y apostaba por la movilidad de Diogo Jota en detrimento de Darwin. Ni él se creía el golazo de taco que abrió el marcador. Firmino también hacía acto de presencia por el prometedor Gapko que no dejó nada para el recuerdo esta noche. Respondió el Madrid como suele en Europa. Sin piedad. Subido a la ola vikinga con la que el drakar blanco arrasa el Viejo Continente.
Modric filtró para Vinicius, sereno, templado, que aguantó hasta soltar el esférico para Karim en el momento preciso. Mano a mano con Alisson, Benzema quebró con sorprendente soltura a Alisson y, ante un enjambre de defensores red, disparó tranquilo, pero sin contemplaciones para hacer el quinto madridista de la noche de Anfield.
El Madrid era un espectáculo, el segundo tiempo, una exhibición.
Por Amancio.
Va por ti Brujo.
Getty Images.
Éxtasis. Sobran las palabras.
Señorío a raudales por parte del Liverpool, el Brujo se lo merece. Esto es la Champion y no hay tantos tuerce botas como en nuestra Liga. El Madrid ha podido hacer su juego sin entradas traicioneras y mal intencionadas. ¡ Qué inicio de partido! Pero después ha sido una exhibición de fútbol de verdad. Pasará a la historia del Madrid, sin duda. Hala Madrid.
Me falta en la crónica el impresionante contraataque Mourinho style al final del primer tiempo, que inicia Courtois con un pase magistral con la mano a Valverde, éste habilita Vinícius que tras carrerón pone una asistencia de empujar a Rodrygo adelantándose en una genial acción defensiva Henderson.
¿Camavinga se entona? Probablemente, el mejor en el centro del campo. Se adueñó de esa zona. Partidazo completísimo.
En la segunda parte Camavinga robó los mismos balones que todo el Liverpool. Seis.
Esto de hoy es lo que pasa cuando enfrente hay un equipo de futbolistas y no una banda de paletos matones, y juzga un árbitro normal no un juez corrupto de la banda Barça&Negreira. Que asco de competiciones corruptas locales.
Por cierto Ancelotti le tiene tomada la medida al Liverpool, en su primera etapa , en la 2014-15, ya ganó 0-3 dando una exhibición.
En día que cierra el carnaval, el Madrid supo disfrazarse de momentos destacados de su historia. Los hay malos, como las pifias que te hacen perder una liga en Tenerife (obviando tejemanejes delincuentes) o el mismo chorreo contra el Liverpool.
Pero claro.
La historia del Madrid tiene más momentos buenos que malos. De hecho la historia del Madrid tiene más momentos buenos que la de cualquier club del mundo. Por ello, se ha ido disfrazando de la Champions del año pasado, de Benzema robándole la cartera a Karius y de Amaneció, claro. Ganó la Copa de Europa con los yeyés y hoy jugábamos en la cuna de los Beatles.
Va por ti, Brujo.
Malo será que, como cada año cuando finalizan los carnavales, haya mucho antimadridista que empiece a conocer su penitencia.
Ayer, por fin, volví a disfrutar de un espectáculo digno de dos equipos top. Vale que, como ganamos, todos hemos disfrutado mucho más por el resulatdo final. Pero, si piensan en un espectador imparcial, ¿duda alguien que estará más que satisfecho por el dinero invertido en la compra de su entrada o, más bien, del dinero invertido en su abono televisivo?
Ayer se dieron cita la historia, el señorío a raudales por ambos clubes y por los jugadores, un estadio mítico, un partido de grandes jugadas, de alternativas, de grandes goles. En definitiva, po que todos queremos que sea el fútbol.
Recuerden cómo el fútbol inglés tuvo que atravesar su travesía del desierto por culpa del hoologanismo, que les tuvo prescritos de las competiciones europeas durante años. Miren ahora dónde están. No es que yo sea muy fan de los ingleses en general, pero hay que reconocerles su saber estar en ocasiones como éstas. Y digo esto para que recapaciten todos aquéllos que temen que una expulsión del farsa por la compra de favores arbitrales pueda acabar con la liga española. Yo creo que, muy al contrario, sería paramejor. El que actúa correctamente, a la larga, sale ganando. Eso me enseñaron mis padres y profesores, eso trato de enseñar a mis hijos y en esa filosofía de vida trato de mantenerme. Y no me ha ido tan mal...
Magnífico partido. Encuentro para la historia entre dos grandes del fútbol. Primero el agradecimiento a la afición del Liverpool que dio una muestra de grandeza y de respeto admirables. Qué diferente es el trato e incluso la admiración por parte de los rivales a un club como el Madrid en Europa. Es vergonzoso el comportamiento de muchas aficiones en España en ese sentido, pero claro, si los medios, directivos, árbitros y estamentos de fútbol patrio son los primeros en comportarse como hinchas... Segunda parte para la hemeroteca. Enorme el Madrid, una vez más, aguantando un chaparrón en los primeros veinte minutos y emergiendo después con toda la contundencia y el poderío del que es capaz. Imperiales Camavinga, Modric y Militao, muchos problemas en los laterales como casi toda la temporada, muy bien Rodrygo y Benzema, bien Rudiguer y Valverde, y excepcional una vez más Vinicius que fue la pieza clave del partido. Incansable en los intentos por que sucedan cosas y con una verticalidad endiablada. Fue mucho para un Liverpool que se encuentra cuesta abajo pero que sigue siendo un gran equipo capaz de ponerse 2-0 a los 15 minutos. Vamos a ver cómo nos recuperamos del esfuerzo ante el partido del sábado. Enhorabuena a todos. Por cierto, partido excepcionalmente arbitrado, sin intervenciones excesivas, sin aspavientos, sin decisiones polémicas... todo lo contrario a lo que vemos en España. Otro motivo más para la reflexión de lo que ha pasado en este país en los últimos años.
Fue un placer observar el fútbol practicado por el Real Madrid en un estadio mítico, como es Anfield Road, ante un rival de tal categoría.
Fue un placer ver y escuchar la hinchada madridista disfrutando en las gradas. Y fue un placer atender las palabras de los comentaristas-analistas británicos volcándose en elogios hacia nuestros futbolistas y técnicos. ¡Cuánto deberían aprender sus homólogos españoles !
Nunca en Champions, los reds y en su propia casa, habían encajado 5 goals.