El Madrid debió completar una remontada, pero Gil Manzano lo impidió pitando el final justo en el momento en el que Bellingham hizo el tercer gol. Un empate a dos que deja mal sabor de boca.
Ancelotti apostó por Tchouaméni en el lugar de Nacho y dio entrada a Bellingham, Camavinga y Carvajal que volvían tras sus ausencias. Era un equipo lógico y físico ante la batalla que esperaba.
El comienzo de partido fue razonablemente bueno por parte del Madrid. Ante la presión che, el conjunto madridista tocaba y tocaba y con ello parecía controlar con solvencia el impulso local. Esa sensación quizás adormiló al equipo, porque lo que ocurrió entre los minutos 28 y 30 tiene difícil explicación. El gol de Hugo Duro llegó después de un error en salida de Valverde y un error de Vinicius tras una buena acción defensiva en la que se dejó robar el balón. No estuvo exento de suerte el tanto, pero la negligencia madridista era clara.
El 2-0 fue aún más desconcertante: Carvajal cedió un balón a Lunin sin advertir que Yaremchuk podía interceptar el esférico de camino. El Madrid estaba completamente noqueado y hasta Kroos fallaba pases incomprensibles. El final de la primera parte parecía dejar sólo un disparo peligroso de Valverde, pero justo en el último minuto del descuento Vinicius redujo la diferencia a un solo gol. El tanto vino a través de un centro de Carvajal que se envenenó tras tocarlo Guerra.
Lo mejor era el resultado. El Madrid había confundido bajar el ritmo del partido con jugar sin intensidad.
El comienzo de la segunda parte fue mejor. El Madrid, ahora sí, conseguía que su posesión hundiese al Valencia. Vinicius la tuvo en el 52 con la izquierda y dos minutos después la ocasión para Bellingham fue inmejorable. El portero local logró sacar un pie milagroso.
El Valencia hizo cambios y recuperó cierta estabilidad. De hecho, en el 59 Lunin le hizo una parada salvadora a Diego López cuando ya se cantaba el 3-1.
El Madrid debió completar una remontada, pero Gil Manzano lo impidió pitando el final justo en el momento en el que Bellingham hizo el tercer gol
En el 62, entraron Brahim y Modric por Kroos y Rodrygo. El Madrid no tenía un buen día, pero la intensidad estaba siendo otra.
En el 69, Modric encontró en la frontal a Brahim, que estuvo a punto de meter un golazo con el exterior. Poco después entraron Joselu y Fran García por Camavinga y Mendy. La idea era clara, Joselu trataría de fijar a los centrales y aprovechar los servicios desde la banda de Fran y Carvajal. Lo paradójico es que el 2-2 llegó de cabeza, pero no fue de Joselu, sino de Vinicius. El pase de Brahim fue una maravilla. No entendí la revisión del VAR durante varios minutos. En el 85, Nacho entró por Valverde. Tchouaméni pasaría al centro del campo. El partido se paró tras una lesión terrible de Diakhaby. En el 90 Gil Manzano señaló un penalti absurdo que afortunadamente el VAR corrigió.
Los últimos minutos del Madrid fueron un auténtico caos y el Valencia pudo ganar en dos acciones de Peter. Gil Manzano completó su obra maestra señalando el final justo antes de que llegara el tercer gol del Madrid. Incomprensible. Encima, Bellingham fue expulsado.
Getty Images.
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