Para el Madrid F.C. 1905 fue sin duda un gran año. El club fue fundado tres años antes y ya el año anterior había sido uno de los fundadores – junto con las federaciones de Francia, Suiza, Bélgica, Dinamarca, Países Bajos y Suecia - de la Fédération Internationale de Football Association, la FIFA, en París. En 1905, el Madrid F.C. logró también su primer entorchado nacional el 20 de abril: el Campeonato de España, hoy en día Copa del Rey (victoria ante el Athletic de Bilbao), la primera de las cuatro consecutivas que conquistó hasta la de 1908 inclusive. .
Ese mismo año, el 16 de mayo, nació en Grand Island, Nebraska, Henry Jaynes Fonda, uno de los 5 mejores actores americanos del siglo XX para este articulista, junto a John Wayne, Jack Lemmon, Buster Keaton y James Stewart. Éste último, precisamente, fue su gran amigo del alma durante 10 lustros.
Tal día como hoy pues, hace 115 años, vino al mundo, y fue el patriarca de una notable estirpe de artistas cinematográficos, con sus dos hijos, Jane y Peter, sobresaliente ella (la Barbarella de mi infancia y ganadora de dos Oscar por “Klute” y “El regreso”) y emblemático él (inolvidable en “Easy rider”), y su maravillosa y atractivísima nieta Bridget, hija de Peter, presente en varias obras maestras de Coppola y de Tarantino, por ejemplo.
Fonda, conocido por sus amigos como “Hank”, nació en un momento en el que el Madrid inauguraba su vitrina de trofeos, y curiosamente falleció en 1982 con un Real Madrid también recién proclamado campeón, de la Copa del Rey (2-1 ante el Sporting de Gijón, con el gol de la victoria marcado por Ángel De los Santos). Su óbito se produjo unos meses después de haber ganado, al fin, un Oscar al mejor actor por su papel en una película menor como “En el estanque dorado”. Ya se sabe que Hollywood tiene tendencias perversas para no premiar por ejemplo una interpretación magistral como en “Las uvas de la ira” - un Tom Joad excepcional - del propio Fonda y hacer esperar 40 años para dar a ese mismo artista un Oscar honorífico por el conjunto de su carrera (en 1981). Aquel galardón simbólico constituyó algo así como las 2 Copas de la UEFA logradas por la Quinta del Buitre, algo destacable pero no memorable, como sin duda sí hubiese supuesto el triunfo de la Séptima Copa de Europa para un equipo que jugaba de ensueño.
La carrera de Fonda es de primerísimo nivel, destacando sus 7 papeles protagonistas bajo los mandos del “Bernabéu del cine”, el gran patrón John Ford: destacaremos la adaptación ya reseñada de la novela de John Steinbeck, “Las uvas de la ira”, “El joven Lincoln”, y dos obras maestras indiscutibles como son “Fort Apache”, en su caracterización del Coronel Thursday, terco y valiente hasta las últimas consecuencias, y su inmejorable sheriff Wyatt Earp en “Pasión de los fuertes” (extraño título para el original de “My darling Clementine”).
Cuando le preguntaban por este film, el viejo maestro Ford decía aquello de “¿Usted ha visto caminar a Henry Fonda? Pues eso es el cine.” Caminar como el que no quiere la cosa, como viajar por Europa y cosechar una tras otra copa continental, sin aparente esfuerzo, de forma natural y sin estridencias. Por cierto, que la maravillosa sociedad que formaron Ford y Fonda, que forjaron una gran amistad, acabó de forma tan tempestuosa como la ruptura Bernabéu-Di Stéfano en 1964, tras el complicado rodaje de “Escala en Hawai” en 1955, en el que Ford, según parece, no paró de incordiar cada día al gran Hank.
Además de con John Ford, Fonda trabajó a las órdenes de los más prestigiosos directores, los Muñoz, Capello, Heynckes y Mourinho de su tiempo: Alfred Hitchcock (“Falso culpable” en una sobria y agobiante caracterización del músico Manny Balestrero, verdadero acoso injusto a un inocente, que recuerda las numerosas cacerías a las que es sometido nuestro club por parte de buena parte de la opinión pública), William Wyler (duelo mítico con la diva Bette Davis en “Jezabel”), Joseph L. Mankiewicz (“El día de los tramposos”), Preston Sturges (“Las tres noches de Eva”, una sutil comedia en la que da réplica a Barbara Stanwyck), Otto Preminger (“Tempestad sobre Washington”), Billy Wilder (en una pequeña intervención en “Fedora”) o Sergio Leone, en un inolvidable “spaghetti”, “Hasta que llegó su hora”, con su tenebroso personaje del pistolero Frank, tan alejado de muchos de sus trabajos de hombre bueno y justo.
La cumbre artística de ese tipo de papel de hombre cabal y justo lo bordó Fonda en una película que produjo él mismo en 1957 – un año mítico para el Real Madrid, que logró alzar su primer doblete Liga/Copa de Europa -, “Doce hombres sin piedad”, en la que su personaje hace frente a sus once compañeros de jurado cuando la postura más sencilla y cómoda era ponerse de su parte desde el principio. Su interpretación es tan honesta y tan convincente que desde el primer momento logra convencer hasta el último de los espectadores. Peter Bogdanovich, director de cine y prestigioso crítico y biógrafo del Séptimo Arte, definió al gran Hank con las siguientes palabras: "Cuando Henry Fonda dice algo, lo crees... Ésta es una cualidad de las verdaderas estrellas y nadie la tiene más que Fonda." Esa honestidad, esa clarividencia de ideas, esa firmeza en sus convencimientos es una característica tan madridista como la confianza en saber que estamos en el lado bueno de la balanza, en la parte correcta donde impera la dignidad y la transparencia.
Para este escribidor, Henry Fonda sería un perfecto Luis Molowny – precisamente el entrenador que logró las dos Copas de la UEFA - en la historia del Real Madrid: enorme jugador individualmente y también pieza fundamental para el equipo, primera alternativa como entrenador de recambio cuando venían mal dadas las circunstancias, y el perfecto modelo a seguir por todos los entrenadores de la cantera madridista: confianza y eficacia en un solo hombre. El saber estar de Henry Fonda le hacía ideal para componer personajes en situaciones límites como pueden ser las tomas de decisiones militares, vistiéndose de General Theodore Roosevelt Jr. en “El día más largo” o de Coronel Kiley en “La batalla de las Ardenas”, siempre manteniendo la calma y la cabeza fría. No en vano había participado activamente como teniente en la armada norteamericana durante más de dos años en la II Guerra Mundial.
Gran seductor, casado nada menos que cinco veces (la primera de ellas con la maravillosa Margaret Sullavan), tuvo en sus films a las mejores parejas cinematográficas de la historia del cine americano clásico, como las ya mencionadas Bette Davis y Barbara Stanwyck, las dos espléndidas Hepburn, Katharine (“En el estanque dorado”) y Audrey (“Guerra y paz”), Joan Bennett (“Volvió el amor”), Claudette Colbert (“Corazones intrépidos”) o Vera Miles (“Falso culpable”). Una prueba más de su grandeza, ya que siempre se codeaba con la élite del Hollywood clásico, siendo un referente tanto productores, como para directores, guionistas e intérpretes por su carácter sereno, recto y equilibrado. Un líder tranquilo, pausado y ponderado, sin aspavientos, a quien todos dejaríamos sin pestañear las llaves de nuestra casa con total tranquilidad. En definitiva, un modelo a seguir. Un espejo en el que sin duda veríamos reflejada la silueta de un espíritu puro pleno de madridismo.
Unos papeles plenamente madridistas (según comencé la lectura del artículo pensé en "Falso culpable", pero ya lo comenta el autor y por mis mismos motivos), con la excepción de la estupenda "El día de los tramposos". Ahí el bueno de Hank interpretaba a un ventajista tramposete que se aprovecha de su autoridad para perpetrar su robo. Es un personaje claramente culé.
Y dejo una imagen de Henry Fonda como símbolo de lo que como madridista a veces me gustaría ver en los nuestros. La imagen final de "Sometimes a great notion", aquí titulada como "Casta invencible", el brazo extendido de Hank haciendo una peineta inolvidable a todo ese colectivo que le conminaba a rendirse. Una maravilla este tipo de artículos, un saludo, Sr. Dumas.
"El día de los tramposos". Ahí el bueno de Hank interpretaba a un ventajista tramposete que se aprovecha de su autoridad para perpetrar su robo. Es un personaje claramente culé."
No estoy del todo de acuerdo con eso, Amiguete. Desde el inicio de la película hasta la última escena, Henry Fonda interpreta a un hombre escrupulosamente honrado, servidor de la Ley y con gran sentido de la justicia. Estricto, pero honesto. Trata de humanizar las condiciones de vida en la cárcel y no duda en dar oportunidades de culturización e integración a los presos, e incluso de darles cierta confianza y responsabilidades, como hace con el personaje de Kirk Douglas (el verdadero culé de esta película...).
La vida y la gente le ha tratado mal y le ha traicionado en muchas ocasiones, aprovechándose de su honestidad y honradez. Y es en esa última escena, cuando regresa con el dinero recuperado para entregarlo y empieza a sopesar si merece o no la pena seguir con tanto "señorío" para nada, y decide hacerse un merecido "Hasta luego, Lucas", y que le den tila al sistema que tan poco bien se ha portado con él.
Creo que muchos madridistas nos identificamos con él, incluso en esa última escena.
Pues es muy probable que tengas razón, JMB. Me habré dejado llevar por una cuestión de simpatía y el personaje de Kirk Douglas es un truhán simpático y carismático, mientras que el de Henry Fonda es soso, serio y aburrido. Pero al final parece que en el fondo lo que añoraba era la vida excesiva del bueno de Douglas y es el que se lleva el botín, no con buenas artes. Para mí gana el que me produce más antipatía, pero tu análisis es totalmente correcto.
Muy entretenida "El día de los tramposos", según leí durante el rodaje Fonda y Douglas se lo pasaron en grande e hicieron buenas migas, como madridistas de pro que eran. Un saludo, Barney!
Mi cita con el cine también está en la galerna gracias a Athos y sus interesantes y cinematográficos artículos
Fuerte abrazo, Paz!
No soy el único que se deleita con estos amenos artículos donde se relaciona el cine con el Real Madrid y acompañantes. Me gusta el cine, aunque no me considero cinéfilo, y soy más de directores que de actores. John Ford, Billy Wilder, William Wyler...son palabras mayores.
Está usted mencionando a tres de los más grandes, amigo Jaume. Palabras mayores! Muchas gracias por su comentario.
Me encantan estos artículos que unen mis dos pasiones, cine y Real Madrid. Grandes Ford, Wilder, Wyler...yo añadiría a Hitchcock y a Howard Hawks.