El Madrid, a semifinales de Copa de la mano de Linda Caicedo
El Real Madrid femenino derrotó con sufrimiento (1-2) al Villarreal CF en la prórroga del duelo de cuartos de final de Copa de la Reina. Linda Caicedo decidió con su primer gol como madridista un partido en el que Esther González adelantó al Real antes de que Ivana Andrés concediese un tanto en propia meta. Con la victoria, el equipo de Alberto Toril se sitúa a dos partidos de alzar el primer trofeo en la historia de la sección.
¿Cuál es el precio a pagar por ser considerado como favorito en una competición futbolística? La etiqueta lleva implícita cierta ventaja sobre los rivales, una teórica situación de superioridad deportiva lista para ser plasmada sobre el césped. El favorito suele, debe ganar, y esa idea aceptada tiende a facilitar la tarea en ciertos momentos decisivos. La fe del Real en Europa, su convicción de que todo irá bien, es su arma definitiva. El madridismo disfruta de la cara amable de ese privilegio desde hace 60 años, cuando las cinco Copas de Europa primigenias alteraron el rumbo de la historia.
Pero, ¿qué ocurre cuando un equipo salta por primera vez al campo con ese adjetivo brillantísimo y llamativo serigrafiado en su camiseta blanca? Las futbolistas del Real Madrid ofrecieron ayer una clase práctica magistral para explicarlo. Cada zancada, cada pase y cada disparo pasa a llevar aparejado un lastre invisible e indeleble que convierte la otrora feliz práctica del fútbol en una agonía hasta entonces desconocida. De repente, al otro lado del minuto 90 se abre un precipicio: la derrota no es una opción y el favoritismo, más que privilegio, es penitencia de Viernes Santo.
Hasta ahora, a este Madrid femenino adolescente y bisoño las competiciones, aunque sufridas, siempre se le asemejaban a un parque lleno de columpios. Los títulos eran un ideal platónico, un lugar hacia el que dirigirse sin necesidad de alcanzar la meta. Ocurre que ahora y de improvisto, en este tercer año de vida de la sección, la enésima imprudencia en los despachos del FC Barcelona trasladó de un empujón al Real a la mesa de los adultos. Y en Villarreal, con las azulgranas ya eliminadas de la Copa de la Reina, las jugadoras de Alberto Toril sufrieron el agarrotamiento propio de quien entiende que no existe margen de error.
En esa tesitura, con la pareja de centrales titular fuera de combate por lesión —Rocío Gálvez y Kathellen Sousa— y con las dos bombas de oxígeno francesas entre algodones —Sandie Toletti y Naomie Feller—, al entrenador cordobés se le presentó un panorama con banda sonora de suspense. Teresa Abelleira y Claudia Zornoza intentaban entenderse en el centro del campo, pero no era suficiente. Ivana Andrés y Claudia Florentino le ponían fe a la salida de balón desde la defensa, pero sólo la más inexperimentada de las centrales sumaba. Y arriba, ante el dignísimo derroche de solidaridad del Villarreal, las bandas de Athenea del Castillo y Olga Carmona eran una habitación sin luz ni ventanas. Como remate, Caroline Weir sintió por primera vez el óxido en sus piernas.
Con la victoria, el Real Madrid femenino se sitúa a dos partidos de alzar el primer trofeo en la historia de la sección
Superada la media hora de juego, un córner favorable al Real y rechazado por la zaga permitió a Abelleira probar fortuna con su gran golpeo. El balón se estrelló en el poste, lo amortiguó la portera Elena de Toro y el rechace lo mandó a la red Esther González. Fue un gol tan feo como valioso, pero la atacante granadina se los apunta todos, por lo que pueda pasar. El panorama era tan gris y previsible que ni el 0-1 levantó los ánimos. El equipo amarillo, conocedor de sus importantes limitaciones, aceptó el juego arriesgado del marcador corto; el Real Madrid, por su parte, iba enterrándose sin quererlo en el barro de una trinchera desconocida.
La primera parte blanca fue mala y la segunda, en cuanto se superó el minuto 77, lo fue aún peor. Las porteras seguían viendo el fútbol a una cómoda distancia de seguridad, gracias a la poca productividad ofensiva de ambos equipos. El reloj empezaba a correr sin que el Villarreal se lanzase a rescatar la eliminatoria. Y, en esa tierra de nadie, Toril refrescó el equipo a la espera de que la inoperancia general durmiese el choque hasta el pitido final.
Sin embargo, a cada minuto ganado al cronómetro aumentó la tensión entre las futbolistas blancas. La ropa empezó a picar, las pisadas sobre el césped se hicieron incómodas, el contacto con el balón no apetecía demasiado. Había llegado el momento. Al fondo apareció el precipicio, y a la primera de cambio se despeñó la capitana. En uno de los pocos centros con peligro de las locales, servido por Pancha Lara, falló Ivana Andrés despejando el balón a la red de su portería. El empate condenó Real a la prórroga, y quizás a algo peor: al primer batacazo, a la primera gran decepción, a la desagradable introducción al escarnio de los rivales. Todo ello estaba sobre la mesa, imbuido en el cáliz envenenado que debe aprender a esquivar quien asume el papel de favorito.
Pero en esas, con el agua empezando a entrar a borbotones por aquellos agujeros que a la dirección deportiva del Madrid aún no le ha dado tiempo a cerrar, las blancas avistaron tierra firme. En sucesivas ventanas habían entrado al campo Sandie Toletti, Naomie Feller, Linda Caicedo, Maite Oroz y Nahikari García, piezas de recambio imposibles de contestar por el cuadro rival, y en esa demostración de fondo de armario se decantó el partido. Las francesas Feller y Toletti empezaron a ganar cada duelo, Oroz aportó clarividencia y Caicedo mostró otro tráiler de lo que parece un futuro prometedor.
Al borde del minuto 100 de juego llegó la primera acción colectiva de mérito enhebrada por las madridistas. Rompió líneas por el carril central Weir y templó Oroz antes de buscar a Sofie Svava en profundidad. La danesa, incansable, tuvo pulmones para cazar el cuero en línea de fondo y centrar raso al área, y allí, tras un fantástico desmarque de arrastre de Nahikari para aclarar el área, apareció Linda Caicedo con el único propósito de rematar a gol y regalar a su equipo la clasificación.
Esa sucesión de movimientos, culminada oportunamente por la joya colombiana llamada a conquistar el fútbol mundial, mantuvo con vida al Real Madrid en su primer duelo a muerte con el rango de favorito. Todavía quedan batallas por librar.
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Caroline Wier y Linda Caicedo son dos jugadoras extraordinarias que pueden hacer una conexion estupenda en la delatera
Son las dos mejores futbolistas de la plantilla, en mi opinión. Junto a las defensas Lucía ,Kathellen y la guardameta Misa, las únicas que están a un nivel top europeo.
Ayer no me gustó el equipo y , siento decirlo, me genera dudas para la fase final de la Copa de la Reina. Quizás fue la presión psicológica, les pesa la responsabilidad de ganar el primer título. Por lo que fuera , ayer, se les vio timoratas y poco avispadas. El fútbol es de listos/as.
Las 2 centrales titulares que faltaron ayer son fundamentales. Athenea...esta chica tiene facultades pero, le falla la cabeza. Muy precipitada y tomando malas decisiones. Tendrá que solucionarlo o , en caso contrario, sufrirlo. Ojalá no se quede estancada.
Leo con mucha atención los artículos sobre el femenino del Madrid.