Siempre me han gustado los componentes oficiosos de grupos musicales, generaciones literarias o sociedades futbolísticas. No fueron compulsados como miembros de pleno derecho en la categoría que proceda, pero la Historia les reserva el lugar de la rareza y la gloria indie de lo alternativo: se sitúan más allá de la convención a punta de crear la suya propia. Así, George Martin fue el quinto Beatle como Miguel Porlán Chendo fue el sexto de la Quinta. La diferencia reside en una cuestión numérica y otra de matiz: mientras podría discutirse hasta qué punto la contribución de Martin fue más importante a todos los niveles que la de Ringo Starr, no cabe la menor duda de que Chendo mereció ser formalmente coronado quinto con más justicia que el ratoncito Pardeza. El de Totana (mucha gente nació en esa localidad de Murcia pero solo hay un el de Totana) cumple hoy años, razón de sobra –iba a decir- para acordarse de él. Como si yo alguna vez me hubiera olvidado de Chendo.
En la entrevista con el periodista José Luis Sánchez que publicaremos mañana, Chendo es escogido para el lateral derecho del equipo en el Once Histórico del Real Madrid. No anticiparé las razones que José Luis esgrime para dar tan alto honor al gran Porlán, limitándome por el momento a opinar que no es descabellado otorgar a Chendo la posición. ¿Quién si no? Panucci fue muy bueno pero duró poco. Sergio Ramos, de merecer entrar en el Once, merece el puesto de central y no el flanco derecho de la zaga, a pesar de que durante años jugase allí por obra y gracia de gente como Schuster. Arbeloa no resiste el palmarés de El DE TOTANA. Salgado tiene su hueco pero aporta menos longevidad, sobrándole por ende carisma para un puesto que debería ser solo para oficinistas más o menos eficientes de pelo corto y negro. Hablan de Sanchís (padre), pero su recuerdo queda lejos de las generaciones contemporáneas. Claudemir Vitor y Secretario, por su parte, aceptaron no presentarse a examen para que no les corriera convocatoria. (Cada vez que escribo o digo esa frase tan antigua revelo demasiado sobre mi propia edad, y es que Chendo es el lateral derecho de la hornada universitaria que hacía eso: no presentarse para que no les crujieran, es decir, justo lo contrario que el propio Chendo).
No solo era un lateral derecho rapidísimo, sino también uno de los pocos empeñados en hacer valer esa característica en labores defensivas más que en ataque. Eran (vosotros no habíais nacido) tiempos donde los defensas laterales defendían, y si andaban sobrados de alguna virtud la empleaban en defender mejor. Son cosas ochenteras (Chendo también) que os cuento para que sepáis que la chica de Top Gun era también la de Único testigo pero teñida de rubio. En su versión amish, nunca habría podido ser una buena lateral derecho (¿derecha?).
Pero dejemos a Kelly McGillis, si es que tal cosa es posible, para empezar a confirmar leyendas urbanas a quienes no llegasteis a verle jugar o no le recordáis. Sabed que todo es cierto. Por ejemplo, es cierto que no es cierto que le hiciera un túnel a Maradona en el Bernabéu, pero es cierto que sí es cierto que lo intentó. El Madrid estaba sancionado y aquel partido frente al Nápoles se jugaba a puerta cerrada en el Bernabéu. Os aseguro que, si el estadio llega a estar lleno de gente, le sale. Era una gesta demasiado tronchante como para consentir que solo la vieran unos cuantos millones de personas por la tele, y Dios (que para mí sobre todo es ochentero también) no consintió. Maradona, por su parte, no es Dios digan lo que digan: solo es una mano tonta que habría dejado pasar ese balón entre sus piernas de haber sabido que a cambio, aquella noche, Miguel Porlán Chendo le dejaría tocar el balón alguna vez. Del intento de túnel dijo Valdano (comentarista en aquel partido) que era como los pajaritos disparando a las escopetas, sin reparar que aun en ese supuesto los pajaritos dispararían a las escopetas con otras escopetas. Minúsculas al ojo humano y mucho más reducidas que las escopetas objetivo de sus disparos, pero escopetas al fin.
Años más tarde, Valdano entrenaría a Chendo. Un gol suyo a (pongamos por caso) el Valladolid, en el tramo final de una temporada a cuyo término llegaba el Madrid con la lengua fuera, sería decisivo para el logro final de la Liga. Valdano era célebre por su inveterada idealización del juego y su obsesión por el fútbol-espectáculo. Todo el mundo en aquella rueda de prensa esperaba que el argentino se disculpara por una victoria tan rácana, concretada además por un solitario gol del lateral derecho menos goleador del planeta. Valdano, en cambio, sorprendió con un comentario inopinadamente prosaico. “1-0, gol de Chendo, suena hasta bien”, sentenció, regalando esta vez una frase que sí nos gusta. Le quedaba un suspiro a una Liga que el Madrid lideraba aun perdiendo fuelle, y al poeta se le permite que se vuelva ramplón cuando ve cerca el objetivo del éxito. No nos parece mal que sufra esta metamorfosis mientras lo reconozca con humor y gomina.
Wikipedia dice que Chendo marcó tres goles en sus dieciséis años de carrera en el Real Madrid, aunque yo solo recuerdo ese al Valladolid (creo) que acabo de narrar y otro varios años antes, al Zaragoza en la Romareda. Este último, en cambio, fue totalmente intrascendente: solo sirvió para rubricar un escandaloso 1-7, con Butragueño y Hugo Sánchez como insaciables ejecutores previos. Recuerdo que también marcó Milan Jankovic. Al final del partido, los micrófonos se fueron a por Chendo. Pese a llevar un buen número de temporadas en el primer equipo, era su debut goleador.
-Había un poco de cachondeo en el vestuario- admitió el de (sí) Totana, un tanto azorado ante el sobrevenido protagonismo. Chendo habló siempre poco pero no se contuvo cuando lo hizo. “¿Para qué quiere el Barça la Copa si dicen que no es su país ni su rey?”, se atrevió a soltar en la resaca de cierta celebración pioneramente indepe que concitó el Barça tras ganar una final al Madrid. Hoy estas opiniones son moneda de curso común, pero Chendo fue también pionero ahí, en plenos ochenta o primeros noventa. Como el paso del tiempo ha demostrado, las sospechas detrás de su pregunta eran completamente infundadas y Chendo solo veía fantasmas.
Por cierto, feliz día de la Hispanidad para quien quiera celebrarlo. Es posible que Chendo lo haga al alimón con su propio cumpleaños. Me uno a ambos festejos. Loor eterna para el hombre que más ha hecho por borrar del curso de la Historia del fútbol la profesión de extremo izquierdo. No es que tengamos nada contra ella. Solo nos regocijamos en el recuerdo de aquellos lustros en los que Chendo convirtió ese oficio poco menos que en afán baldío.
A Kelly McGillis terminaron por gustarle las mujeres...cómo ha cambiado el cuento con los años.
Metió otro gol en un Madrid - Athletic que terminó 4 a 0, siendo el cuarto marcado por el de Totana.
Estimado Jesús: Me ha llegado tu artículo. Seguro que es por edad...estoy muy cerca de los cincuenta. Los 80 fueron la década de mi vida. Y tus guiños sobre ella no me han pasado desapercibidos. ¡Qué buenos recuerdos! Top Gun, Unico Testigo, dejar correr convocatorias...Y Chendo, el representante de la honestidad y profesionalidad de la Quinta. Gracias por tu web y por este maravilloso momento de volver a los 80
Muchas gracias a ti.
Un fuerte y ochentero abrazo.
¿Quincoces?
Entre otras virtudes que te adornan, me maravillo ante tu memoria. Dado que al parecer mis vivencias son tus vivencias, no alcanzo ni de lejos tanto recuerdo, tanta precisión en las citas..... Enhorabuena, pues al parecer el Alzheimer no te rondará ni en otros cincuenta años.
Ah, y ¡¡¡ VIVAN LOS OCHENTA !!! con sus cardados, los pantalones de talle alto, Grease y El color púrpura, la teta de Sabrina, los conciertos de Barón Rojo y Leño, las Puch minicross trucadas y las Ossa soberbias, los medios cubatas y la Titanic................ Y la Quinta, también de Chendo, por supuesto que si.
Un saludo.
Gracias, amigo!
Pues no creas que tan buena memoria porque ya alguien me corrigió: Hugo Sánchez, en contra de lo que dejo caer en el artículo, no marcó en aquel Zaragoza, 1; Real Madrid, 7, aunque parezca mentira.
Y sí: Vivan los ochenta.
Abrazo!
Se me olvidó. Me permito sugerir una búsqueda histórica sobre Jankovic, el precedente de Schuster en aquellos partidos de las 5 de la tarde, bocata de calamares y cerveza en la grada.